Razones para ver Sky Rojo y razones para no verla: entre la denuncia, el escándalo y el rating

Sky Rojo es uno de los contenidos más vistos de Netflix en las últimas semanas. Como serie, es un contenido fácil de ver y con el que uno se engancha fácilmente por los recursos. Aunque ha sido muy criticada por la banalidad con que aborda la problemática de la explotación sexual.

Una serie ágil y fácil de ver, con entretenidas persecuciones y disputas. Pero que aborda de una forma muy banal y superficial problemáticas realmente complejas. Los pros y los contras de Sky Rojo, Fuente: Instagram @skyrojo
Una serie ágil y fácil de ver, con entretenidas persecuciones y disputas. Pero que aborda de una forma muy banal y superficial problemáticas realmente complejas. Los pros y los contras de Sky Rojo, Fuente: Instagram @skyrojo

Sky Rojo es una de las series del momento; no solo en Netflix (en cuyo catálogo está incluida la producción española), sino en todo el universo del streaming. La nueva serie de Álex Pina, director de la taquillera La Casa de Papel y que cuenta con la polifacética Lali Espósito entre sus protagonistas está entre los contenidos audiovisuales más vistos de las últimas semanas, a menos de dos semanas de haber sido estrenada.

Wendy, Gina y Coral; tres mujeres que son explotadas sexualmente e intentan escapar de las garras de sus proxenetas. Ese es el resumen del argumento de Sky Rojo. Fuente: Instagram @skyrojo
Wendy, Gina y Coral; tres mujeres que son explotadas sexualmente e intentan escapar de las garras de sus proxenetas. Ese es el resumen del argumento de Sky Rojo. Fuente: Instagram @skyrojo

Y, como suele ocurrir con todo aquello que resulta arrollador; sus críticas dividen las aguas. Porque si bien la historia abordada es más que vigente y preocupante (explotación sexual en prostíbulos y clubes nocturnos), la banalidad con que es abordada y los excesivos comentarios simpáticos e irónicos -a veces pueden considerarse innecesarios cuando el hilo conductor es tan crudo- han derivado en comentarios impiadosos. A tal punto, por ejemplo, de que el diario El País (España) resumió a la serie como “otra coartada para el machismo y la violencia”.

Esto no quita que la serie en sí cuente con elementos que la convierten en adictiva: una primera temporada de solo 8 episodios, con capítulos que no superan los 25 minutos y un ritmo tan vertiginoso que termina generando en el espectador esa necesidad de ver un episodio tras otro. Y de casi ansiar que llegue la ya anunciada temporada dos de Sky Rojo, que ya fue rodada y será estrenada el 23 de julio de este año.

Por qué ver Sky Rojo

Álex Pina lo hizo de nuevo. Una historia bien construida, escenas de acción y vértigo adrenalínico e infinitos disparos, explosiones y desenfrenadas peleas cuerpo a cuerpo.

La trama nos muestra a tres jóvenes que eran explotadas sexualmente en un club nocturno de Tenerife (España). Entre ellas hay una argentina (Wendy, interpretada por Lali Espósito), una cubana (Gina) y una española (Coral). Como suele ocurrir -tristemente- en la realidad, las dos mujeres latinoamericanas llegaron hasta España con la siempre atractiva promesa de trabajar y poder mejorar su pasar económico; aunque sin saber que su destino más inmediato era la explotación sexual en un club nocturno al que llegan tras ser engañadas.

El director Álex Pina (La Casa de Papel) logra atrapar a los espectadores de Sky Rojo con episodios breves y la adrenalina de persecuciones, disparos y una fuga vertiginosa.
El director Álex Pina (La Casa de Papel) logra atrapar a los espectadores de Sky Rojo con episodios breves y la adrenalina de persecuciones, disparos y una fuga vertiginosa.

Ya en Tenerife, las mujeres descubren que se han convertido en víctimas de trata y que su destino no era el paraíso que les habían prometido; sino un club nocturno del que -a priori- jamás podrían escapar. Y es que su explotador (la figura del proxeneta en Sky Rojo recibe el nombre de Romeo) lleva anotado todo lo que ha “invertido” en sus víctimas; por lo que exige que si quieren siquiera soñar con la libertad, cancelen esa deuda. Una deuda que, además, es poco confiable al momento de verificar y no se convierte en otra cosa que en una cadena que las atrapa aún más.

Hastiadas de toda esta situación, las tres protagonistas le rompen el cráneo en dos (literalmente) a Romero para emprender la huida; mientras que a lo largo de toda la serie Wendy, Coral y Gina deben atravesar Tenerife de punta a punta intentando escapar de Romeo (que, aunque suene extraño, sobrevive al brutal ataque) y de sus dos sicarios, los hermanos Moisés (interpretado por el galán español del momento, Miguel Ángel Silvestre) y Christian.

Pina recurre a una receta ya conocida -y que aplicó en La Casa de Papel- para cautivar a los espectadores. Entre ellas se destacan las desenfrenadas persecuciones, con vehículos que se desplazan con asombrosa agilidad en terrenos inhóspitos y que se abren paso entre otros vehículos como un explorador abre el camino en una jungla, machete en mano.

Al igual que en La Casa de Papel, Pina intenta reivindicar el empoderamiento femenino; con tres mujeres que se le paran de igual a igual a quienes las oprimió durante tanto tiempo. Y dejando en claro que el silencio y la resignación no son el idioma que ellas quieren hablar: ni la vida que quieren llevar adelante.

Las principales críticas a Sky Rojo giran en torno a la banalidad con que se aborda una problemática cruda como es la explotación sexual y a trata de personas. Fuente: Instagram @skyrojo
Las principales críticas a Sky Rojo giran en torno a la banalidad con que se aborda una problemática cruda como es la explotación sexual y a trata de personas. Fuente: Instagram @skyrojo

Rozando prácticamente lo absurdo, hay escenas que quedan en la cabeza del espectador; aún después de haber transcurrido varias horas y días desde que la vio. La pelea entre uno de los sicarios con un paramédico en el interior de una ambulancia -que se extiende durante varios minutos e incluye hasta la manipulación de un desfibrilador como arma- es una de ellas. O las ácidas reflexiones que, en voz alta, dejan las jóvenes a lo largo de su escape a la libertad.

Si es por acción, frenesí y gancho con el público; la serie cuenta con todos los ingredientes. No solo para devorar la primera temporada, sino también para tachar los días hasta el estreno de la segunda. Y el hecho de que se aborde una temática tan actual, cruel y despiadada como la trata de personas y la explotación sexual no es un detalle menor, porque la compleja temática vuelve a ponerse sobre la mesa para su visualización y combate.

Por qué no ver Sky Rojo

Además de la lapidaria crítica de El País ya mencionada sobre Sky Rojo (“otra coartada para el machismo y la violencia”), son múltiples las críticas que ha recibido la flamante producción española. Juan Sanguino, autor de la crítica ya referida, destaca que los creadores de la serie “convierten cada bofetada, cada humillación y cada amenaza en un espectáculo”.

La mayoría de las críticas giran en torno a la banalidad con que se aborda una problemática que golpea al mundo entero y que contabiliza a millones de víctimas cada año como es la explotación sexual y la trata de personas.

Dentro de la perspectiva feminista, muchas de las críticas también son negativas. Y es que las situaciones que se reflejan de las mujeres teniendo relaciones con 30 o 40 hombres por noche, y dejando en claro que es algo que se encuentra muy alejado del concepto de disfrute; son representadas con tintes de erotismo y placer. En pocas palabras: lejos de resaltar el sufrimiento y calvario de quienes son obligadas a tener relaciones con infinidad de hombres, esta situación se muestra con recursos de erotismo y disfrute. Y todo con recursos técnicos que trabajan (o buscan trabajar) en la estimulación sexual de quien las observa; en lugar de hacerlo sobre lo tenebroso de ser forzada a estos actos.

Fuente: Instagram @skyrojo
Fuente: Instagram @skyrojo

Incluso, y más allá de que las protagonistas dejan en claro en todo momento el sufrimiento que les significa esa vida de la que intentan escaparse; los realizadores recurren a un gag no demasiado feliz en un determinado momento: Wendy (Espósito) es abusada sexualmente en el baño de una estación de servicio y, al salir del lugar -shockeada-, la espera su compañera Gina con un emotivo discurso de que -a partir de ese momento- los hombres sabrán que cuando ellas dicen “sí” es “sí”, cuando dicen “no” es “no”; y cuando dicen “no sé”, también es “no”.

Incluso, y aún desde el discurso de la denuncia social de la problemática; las tomas y muchos de los recursos a los que se recurren en Sky Rojo terminan por reforzar conceptos como cosificación de la mujer y su cuerpo. O, como resumió Sanguino en su columna, “otra coartada para el machismo y la violencia”.

La visión de Lali Espósito

Más allá de las críticas, la artista argentina Lali Espósito (29) reivindicó hace unos días a Sky Rojo y a los personajes que dan vida a la ficción española. “Lo único que hizo esta serie, más allá de entretener y hacer ficción, fue intensificar lo que pensaba del horror, de la hipocresía de todos nosotros”, indicó la actriz y cantante en diálogo con Infobae.

“Esta serie habla de la trata de mujeres; punto. Es un club donde le quitan los pasaportes y están privadas absolutamente de su libertad y son esclavas sexuales; eso jamás puede tener ningún porcentaje de elección. Eso es lo que contamos, dentro de la aventura y del brillo que tiene a priori Sky”, agregó la argentina.

Y también habló de lo difícil que resultó para ella y sus compañeras encarnar a víctimas de trata. “De alguna manera teníamos que mentalizarnos todo el tiempo en que era una ficción. Hay una fibra imposible de tocar hablando de algo tan dramático como la trata de mujeres en la que una, como actriz, no va a llegar nunca a esa verdad. Nuestro trabajo es que estas cosas parezcan reales. Lo hemos hecho con mucho respeto”, sintetizó.

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