Nada es sagrado: Florencia Peña ya no sirve cafecitos

La actriz dio un golpe de timón, se bajó del Bailando y, en medio de las desgracias pandémicas, se enfrenta al gran desafío de su carrera: un magazine matutino en Telefe, el canal que la vio crecer y ahora le da la posibilidad de reinventarse y tomar todo el protagonismo. 

Flor Peña llevará alegría a las mañanas argentinas.
Flor Peña llevará alegría a las mañanas argentinas.

¿Cafecitooo?”, preguntaba Moni bajando las escaleras de la casa de los Argento. Risueña, cálida, divertida, servicial. Como siempre, la inconfundible Florencia Peña

Ella es de esos famosos que se han vuelto casi un estereotipo. Un estereotipo querible, pero limitado al fin. Cuando no fue una bomba sexual, fue una actriz que se paseaba por la pantalla con tanta gracia que nos destripaba de risa. Y así se volvió una de las famosas más queridas por la gente, para qué negarlo

Pero todo tiene un límite. Hoy Flor tiene 45 años, tres hijos, una figura estupenda, carisma desbordante y ya se dijo que no hará toda su vida lo mismo. Por eso el proyecto que está a punto de comenzar en Telefe, y que quedó firmado el miércoles pasado, es un magazine que la pondrá de frente a una faceta nueva: la conducción. 

No es su primera vez como conductora, porque es un formato que ya hizo varias veces, incluso reemplazando a colegas, pero esta vez ella será la protagonista absoluta. Se sumará oficialmente así a la lista de las famosas que saltaron desde el espectáculo hacia temas más “serios” (Pamela David, Mariana Fabbiani, Verónica Lozano, por nombrar). Quizás no sea la intención de Flor virar hacia ese lugar, pero inevitablemente lo hará

Es un año crucial para ella. Iba a ser parte otra vez del jurado del Bailando, junto a Ángel de Brito, Carolina “Pampita” Ardohain y Marcelo Polino. De esa formación se fueron ya de Brito, que ahora conduce el Cantando 2020, y también Flor, que se bajó a principios de junio para afrontar el duelo de su padre con tranquilidad. Ahora, casi dos meses después, y con un proyecto muy jugoso bajo el brazo, se habrá dado cuenta de las ventajas de correrse del ala de Showmatch y fugarse de tinellandia: quienes no lo hacen, se quedan pegados a un imaginario televisivo del que después es difícil salir. 

Porque Flor Peña sabe a dónde ir, sabe cuándo emanciparse y cuándo es el momento de dejar de servir cafecitos en mesa ajena. Por el momento, aunque el nombre no está anunciado oficialmente, el rumor es que el programa se llamará “Flor de mañana”. Y ojalá el derroche de creatividad que le falta al título lo tenga el formato en sí, pues iría todas las mañanas de lunes a viernes, tocando desde temas del espectáculo hasta de actualidad, con un grupo de panelistas que aún no se termina de definir. 

Ella, por el momento, está chocha. “Estoy muy feliz de volver al canal”, dijo el miércoles. “Es como mi casa, trabajé más de 18 años ahí. Tengo amigos muy queridos, un montón de gente con la que compartí muchas horas de mi vida, muchos éxitos”, festejó. 

Después recordó: “Telefe me tiene en su pantalla ya hace muchos años con la repetición de ‘Casados con hijos’, pero volver significa para mí, en primera instancia, porque la idea es hacer muchas cosas juntos, explorar una nueva faceta como es la conducción, con un proyecto hermoso y en el que tengo muchas ganas de disfrutar. ¡Así que acá estoy! Feliz, feliz, feliz de volver”, comunicó. 

Y hay que creerle las sonrisas a Flor, porque en este año tan pandémico, que ha visto el aplazo y el parate total de proyectos y hasta de productoras, tener un horizonte así es para reír de oreja a oreja. Su popularidad es su mejor ficha, y Telefe lo sabe: si existiera un termómetro social de simpatía, detectaría cómo la gente empatiza con ella. La quieren porque siempre hace reír, y la buena onda es un valor muy grande en estos tiempos tan difíciles. 

En Telefe, su casa, tuvo los éxitos más grandes de su carrera, como “La niñera”, “Botineras”, “Disputas”, “Hechizada” y sobre todo “Casados con hijos”, una comedieta que curiosamente, pese a los cambios de décadas y de humor, parece levantar más pasiones que un River-Boca, como quedó demostrado en el sold out de la obra teatral que se iba a ver en la calle Corrientes en junio y se reprogramó para enero: todos locos por ver el regreso de la familia Argento.  

Mientras Flor se prepara para ese día, tiene todo para ganar. Ella no está parada en ninguna orilla de la grieta y por eso tiene carta blanca en muchos temas que se tratarán y la llevarán a pronunciarse. No tiene que ganarse la credibilidad de nadie, además. ¿Cuál es su desafío más grande? Demostrar que, además de ser divertida, ocurrente y sensual, también es una mujer que opina.

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