La mitología nórdica conquista el streaming

Tomando la herencia de “Game of Thrones”, estas cuatro series logran mantener vivo el interés de las audiencias por una lejana y remota Edad Media y sus mitos.

"Ragnarok", cuya segunda temporada acaba de confirmarse.
"Ragnarok", cuya segunda temporada acaba de confirmarse.

“Game of Thrones” fue como Atila: por donde pasó, no volvió a crecer la hierba. Fue tan fuerte su éxito, su influencia, e incluso su permanencia, que cualquier serie que toque la Edad Media, con mayor o menor tono fantástico, siempre se remitirá a la saga de los dragones.

La peor parte se la llevó la industria, desesperada por conseguir un título que provocara un fervor parecido. Y aunque siempre fracasó en generar un fenómeno, sí logró hacer buenas series de nicho, que explotaran algún rasgo particular de la gran saga de HBO: ya sea el dark fantasy, o las intrigas palaciegas, el ambiente medievalista o el horizonte de un posible apocalipsis.

Es elocuente, por ejemplo, el reciente anuncio de la segunda temporada de “Ragnarok”, porque en medio de una pandemia que pasó como un hacha afilada, cancelando algunas series y acelerando el final de otras, la confirmación de que el segundo envío de esta serie de Netflix ya se está produciendo trajo felicidad a buena parte del público. Y confirmó que el interés por la mitología medieval y nórdica sigue ahí.

Vikings (Netflix)

Estrenó en 2013 y fue, año tras año, la principal candidata para consolar al descorazonado rebaño de GOT al final de cada temporada. Pero cuando la saga de David Benioff y D. B. Weiss terminó definitivamente, la popularidad de “Vikings” no menguó. Todo lo contrario.

Esta serie está basada en las leyendas sobre el vikingo Ragnar Lodbrok (Travis Fimmel), uno de los héroes más famosos de la cultura nórdica, que saqueó Northumbria, Francia y Bretaña. Retrata a Lodbrok como un guerrero curioso y navegante, tecnológicamente innovador, ambicioso y rebelde, que hace construir un barco a su amigo Floki, para lanzarse a explorar los territorios al oeste de Escandinavia desobedeciendo al jefe tribal, el conde Haraldson.

Pese a la épica de la producción, en la que abunda el gore y las batallas espectaculares, el componente histórico es muy importante (aunque ficcionalizado, claramente). De hecho, fue creada y escrita originalmente por Michael Hirst para History Channel.

Su sexta temporada fue también la última, pero Netflix ya está produciendo un spin off, “Vikings: Valhalla”. ¿De qué se trata? Hirst pretende continuar la historia con la vida de Leif Erikson, personaje real que se remonta 100 años después de la historia ya contada en “Vikings”. El componente mítico ya se refleja en el título, que hace alusión al majestuoso palacio que Odín construyó para albergar a los caballeros caídos en batalla.

The Witcher (Netflix)

Cuando estrenó, en diciembre del año pasado, captó la atención porque muchos la consideraban la sucesora de “Game of Thrones”. ¿Las coincidencias? Muchas: ambos tenían su ascendencia en la mitología nórdica, sumada a una lejana e imprecisa “Edad Media”. También se basaba en una saga literaria, esta vez de Andrzej Sapkowski, y sobre todo se plantea con la estética de un “dark fantasy”, que comparte con la serie de HBO.

Sin embargo, “The Witcher” es una historia mucho menos ambiciosa, puesto que se centra solo en tres personajes: el cazador de monstruos y brujo Geralt de Rivia (Henry Cavill), la bruja Yennefer de Vengerberg y la heredera del trono de Cintra, Ciri. La segunda temporada llegará el año que viene.

Ragnarok (Netflix)

Cuando estrenó, el 31 de enero de este año, fue todo un suceso. La segunda temporada, al igual que la primera, tendrá seis episodios y se estrenará en 2021. Aquí nos enfrentamos a otra variación de los temas ya sabidos, pero con la novedad de que se incluye la amenaza de un apocalipsis, un tema que nunca pasa de moda.

Basado en la mitología noruega, es una serie con componentes dramáticos y de ciencia ficción. La historia se centra en Magne (David Stakston), un adolescente de 17 años que se muda a un pueblo llamado Edda y empieza a sentir cambios en su cuerpo. Deja de usar anteojos y descubre que tiene una fuerza y velocidad descomunal para cualquier ser humano.Con su llegada, empiezan a pasar cosas extrañar en el pueblo, como fenómenos meteorológicos inusitados: inviernos muy calientes, sequías e inundaciones que generan sospechas en Magne y su amiga Isolde, obsesionada por las causas del cambio climático. Ellos sospechan de la empresa más importante de Noruega, para la cual trabaja casi todo el pueblo, y que parece estar contaminando el agua del pueblo con sustancias tóxicas. Pero todo parece indicar que se viene el Apocalipsis, o en noruego, el Ragnarök.La compañía es de los Jutul, la familia más querida y rica de la ciudad. Entonces, la tarea de encontrar evidencias que prueben ese delito se les complica. Pero además, esta familia poderosa esconde un gran secreto: son Gigantes, los grandes enemigos de los Dioses nórdicos. De ahí que la historia también gire en torno a la eterna lucha entre el bien y el mal.

Además de abordar conflictos de la adolescencia, la serie logra combinar problemáticas del siglo XXI como el cambio climático, con esa guerra mitológica entre héroes y villanos que Marvel ya llevó al cine con la franquicia “Thor”. Las referencias a él, a Loki, y a otros personajes de la saga son constantes, aunque con un trasfondo más humano, que -como en “Dark”- tiene como horizonte un apocalipsis causado por los propios seres humanos.

The Last Kingdom (Netflix)

No por nada fue llamada el “Game of Thrones pero sin dragones”, una definición muy ganchera, pero poco explicativa de esta serie, cuya primera temporada data de 2015.

Nos remontamos al año 872, en donde los reinos de la hoy Inglaterra son invadidos por los vikingos. En medio de ellos, solo permanece en pie Wessex, bajo el mando del rey Alfredo el Grande. En ese entorno convulso es que Uhtred, el protagonista, interpretado por Alexander Dreymon, sufre su propia identidad, pues sus padres fueron asesinados por los vikingos, quienes después lo criaron. Él no sabe si ser fiel a sus orígenes sajones o al pueblo que lo crió.

Esta clase de dualismos y dramas relacionados con el honor, el linaje y el poder son la característica de esta serie. Comparada con “Vikings”, “The Last Kingdom” tiene un componente mucho más humano. Además, si la idea es buscar una relación con “Game of Thrones”, toma de esta serie el detallismo a la hora de escribir los guiones, las intrigas palaciegas y el juego sibilino en torno a los espacios de poder. Para esto tiene la impecable producción de la BBC y los creadores de “Downton Abbey”. Con cuatro temporadas estrenadas, ya se confirmó la quinta, que estrenará el próximo año.

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