“Jurassic World: Dominion” llega a los cines: un final épico y con un “plus” argentino

El 25 de julio de 1993, diez días después de que “Jurassic Park” se estrenara en los cines de nuestro país, un buggy arenero recorría el desierto de Neuquén, cerca de la localidad de El Chocón. Lo manejaba un mecánico cordobés, Rubén Carolini: era inquieto, autodidacta, observador.

Esa atención fue lo que lo alertó de que una rama atravesada en el camino no era en realidad tal, sino lo que poco después sería uno de los descubrimientos más importantes de la paleontología argentina: el fémur de 1,10 de largo de un depredador prehistórico, bautizado Giganotosaurus Carolinii. Más imponente y más voraz que el propio Tiranosaurio Rex, que por esos días “fanatizaba” al mundo entero.

Tuvieron que pasar casi 30 años para que ambas mandíbulas se encuentren y compitan en fuerza y ferocidad. En efecto, el irrupción del “Giganoto” en esta saga es una de las cosas que más esperan los fans, que desde hoy podrán ver “Jurassic World: Dominion” en las salas del país.

Pero ese es solo uno de varios atractivos de este filme, pues, además de ser el fin de la trilogía que protagoniza Chris Pratt y que comenzó en 2015 con “Jurassic World” y continuó en 2018 con “Jurassic World: El reino caído”, sería también el fin de la saga. Al menos tal como la conocemos, puesto que Steven Spielberg (quien siempre se mantuvo cerca de la franquicia como productor ejecutivo) decidió que era tiempo de pasar a otra cosa.

Así se entiende que “Jurassic World: Dominion”, dirigida por Colin Trevorrow, parezca una conclusión definitiva, remitiéndose incluso el clásico de 1993 al convocar a sus tres protagonistas: Sam Neill (el inolvidable doctor Alan Grant), Laura Dern (Ellie Sattler) y Jeff Goldblum (Ian Malcolm). Es la primera vez que se juntan los tres desde el principio de la franquicia, y es el regreso de la dupla protagónica desde “Jurassic Park III” (2001).

Pero vale aclarar que sus papeles dentro de la película no serán meros cameos, aseguró Trevorrow, sino que los veremos saltar, caerse y sangrar como en viejos épocas a lo largo de la historia, protagonizada también Mamoudou Athie y Bryce Dallas Howard (quien viene de las anteriores de esta trilogía y muchos la recuerdan por protagonizar el episodio “Caída en picada” de “Black Mirror”).

“Nunca hubiera imaginado que estaríamos aquí trabajando junto a Sam Neill, Jeff Goldblum y Laura Dern”, confesó Chris Pratt por su parte, sorprendido. Y también comparó este final épico con “Avengers: Endgame”, que también cerró un ciclo de Marvel.

Dern, por su parte, celebró: “Me pareció que era una idea fantástica unir estos dos mundos”, en referencia a cómo convergen las dos trilogías.

En este punto, retomamos la historia cuatro años después de la película de 2018, dirigida por el genial Juan Antonio Bayona. La exuberante Isla Nublar, que nos enamoró en “Jurassic Park”, ha sido destruida y los dinosaurios se trasladaron al continente, donde empiezan a ser codiciados por magnates de todo el mundo. Al final del filme anterior, después de que la situación se descontrolara en la mansión de un multimillonario que quería subastarlos, todos terminan escapando.

Ya estamos en un mundo donde seres humanos y dinosaurios conviven, pero de una forma totalmente realista. Trevorrow se preocupó especialmente de que esto no significara una sucesión de matanzas en diferentes ciudades (lo que resultaría inverosímil a esta altura de la saga, porque al fin y al cabo hay tecnología militar para controlar dinosaurios fácilmente).

“Creo que lo que es muy importante y lo que podría desmoronarse, si solo los dinosaurios [están] en todas partes todo el tiempo. Creo que cualquier tipo de aceptación global de que están por ahí no se siente real para mí porque, incluso ahora, cuando piensas en animales, ¿cuándo fue la última vez que viste un tigre caminando por la calle? Sabemos que hay tigres. Sabemos que están ahí fuera. Pero para mí, es muy importante que mantenga esto basado en el contexto de nuestra relación con los animales salvajes hoy”, detalló el director al portal Gizmondo en 2018.

Esa relación de cercanía y fascinación fue inexplorada en la saga hasta ahora, ya que se trataba de animales que vivían en una isla lejana y raramente llegaban al continente. Por esa razón, esta película supone un nuevo abanico de situaciones para quienes son fans de la primera hora.

Pandemia y taquilla

“Jurassic World: Dominion” llega postergada, por supuesto. Iba a estrenarse hace un año atrás pero el Covid-19 modificó los planes iniciales. De hecho, cuando en marzo de 2020 se impusieron las cuarentenas en muchos países solo se habían filmado algunas escenas en Canadá, que durante los meses de aislamiento pasaron a pos-producción para ahorrar tiempo.

Cuando se pudo retomar el rodaje, los protocolos insumieron un presupuesto extra de 5 millones de dólares a los 160 que ya tenía la película.

Una cifra que superará fácilmente. La de 2018 pasó los mil millones de dólares a nivel mundial, lo que la posicionó como uno de los grandes taquillazos de los últimos años.

Ahora, podría reñir con “Spider-man: Sin camino a casa” y “Doctor Strange en el multiverso de la locura” e incluso superarlas. Como punto a favor tiene su estreno, sin ningún tipo de censura, en el colosal mercado chino. Un “favor” que las anteriores no tuvieron y que podría ser el margen decisivo para rivalizar con Marvel. Nada menos que eso se merecería una franquicia que nos invitó a soñar y nos dio algunas de las alegrías más inolvidables de la historia del cine.