Histórico: la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo vuelve a tocar y le dedica un concierto a Piazzolla

El organismo vuelve a presentarse en vivo después de un año, con un ciclo de cuatro conciertos temáticos que hoy inaugura con ese compositor, en su centenario. Las palabras del director estable, el venezolano Rodolfo Saglimbeni.

Ensayo de la Orquesta Sinfónica de la U.N. Cuyo, junto al director  Rodolfo Saglimbeni. Foto: José Gutierrez / Los Andes
Ensayo de la Orquesta Sinfónica de la U.N. Cuyo, junto al director Rodolfo Saglimbeni. Foto: José Gutierrez / Los Andes

Esta charla telefónica, sorprende a Rodolfo Saglimbeni (58) todavía emocionado. Solo hace un día que había vuelto a Mendoza, después de haber pasado un largo periodo en su natal Venezuela, donde vivió los peores momentos de la pandemia.

Ahora, sintiéndose en su otra casa, la Nave Universitaria, y junto a sus queridos colegas, la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo, puede permitirse algún dejo de nostalgia: “La última vez que salí de la sala fue el año pasado, en la segunda función de nuestra Novena de Beethoven, con la que empezamos la temporada, celebrando los 250 años de su nacimiento”, dice, en los días previos al gran regreso del organismo, que será hoy sábado.

Recuerda: “Estaba todo lleno, extraordinario, con ovación de pie. Con coro y orquesta, éramos alrededor de 140 músicos. Una velada interesantísima. Después hicimos una cosa privada en el teatro Independencia, pero después todo se apagó. Salí de acá para un compromiso en Chile, donde me quedé ‘atrapado’ un tiempo y después regresé a Venezuela”.

Le reapertura de la Nave Universitaria se da hoy, a las 21.30, con estrictos protocolos y un programa que tiene, inevitablemente, a Astor Piazzolla como gran protagonista, pocos días antes del 11 de marzo, cuando se cumplirá el centenario de su nacimiento.

-¿Como fue volver a su país en esta circunstancia?

-Fue la primera vez en 25 años que paso ocho meses seguidos en mi casa. Gracias a Dios en nuestro entorno no hubo nada difícil que lamentar del Covid-19. Lamentablemente, muchos perdieron familiares. En mi caso, al no haber tenido eso, considero que fue un año importante para parar un poco, reflexionar, pensar y estudiar. Y también para prepararnos para este regreso. Siento que para mí y para la orquesta, con los colegas de la comisión artística, nuestro coordinador, José Loyero y nuestro secretario de Extensión, ha sido un proceso de aprendizaje a través de todo el año: qué hacemos, qué inventamos, cómo mantenemos a la orquesta presente.

Rodolfo Saglimbeni, director de la Sinfónica de la UNCuyo. Foto: José Gutierrez / Los Andes
Rodolfo Saglimbeni, director de la Sinfónica de la UNCuyo. Foto: José Gutierrez / Los Andes

-¿Y cómo resultó el desafío el año pasado?

-Lo hicimos y fuimos muy exitosos en estos videos que se hicieron durante un tiempo, cuando las redes sociales terminaron atiborradas de videos de orquestas con músicos que tocaban desde sus casas. Fuimos muy asertivos, considero, al hacer la pieza de rock de Pink Floyd “Comfortably Numb”. Fue una iniciativa de las chicas de la orquesta. Fue muy importante, además de los más institucionales del “Himno de la UNCuyo”, de “Canción de otoño”, etcétera. Mantuvimos algunas cosas caminando, como charlas, y presencia en las redes sociales. Y desde luego, estuvimos varias veces a punto de “comenzar”, porque no sabíamos cuándo podría volver a abrirse todo. Una de las cosas que hemos aprendido es que tenemos que vivir día a día. Hay un dicho en mi país que dice: “Como va viniendo, vamos viendo”. Y es eso.

-¿Y el reencuentro?

-No te imaginas la alegría que vivimos el miércoles, en el primer ensayo. Simplemente dije “Buenas tardes” y todos los músicos que estábamos ahí nos aplaudimos, porque nos volvimos a reencontrar. Fue una emoción muy hermosa estar ahí, en ese lugar que nos corresponde. Hay músicos que llevan tocando 30 o 40 años. Llevamos haciendo esto toda nuestra vida, y de pronto esto... Pero fue una experiencia para retomar energías.

-¿Cómo se sintió usted en ese ensayo dentro de la “nueva normalidad”?

-Una experiencia diferente. Con protocolo, que supone poner los atriles de una forma diferente, tocar de una manera diferente, con distancia, sin el acostumbrado abrazo, sin el beso, sin compartir el mate con los amigos. Dirigir con el barbijo es raro, confieso, pero estamos acostumbrándonos. Lo importante es que comenzamos.

Una temporada “sobre la marcha”

La pandemia imposibilita cualquier previsibilidad, por lo que la OSUNCuyo, al igual que la Orquesta Filarmónica de Mendoza, desestimaron diseñar una temporada de febrero a diciembre.

Eso sí: hay ideas. “Esas nuevas palabras que hemos utilizado durante la pandemia como reinventarse, la nueva realidad o sanitización, que usamos mucho en los ensayos, son palabras que son propias de nuestro léxico ahora. En el caso de la orquesta, ‘reinventar’ e ‘innovar’ sí aplican a este año. Como bien sabes, siempre buscamos tocar conciertos que vayan más allá del mero concierto, y esta serie de cuatro conciertos que daremos en marzo va en esa dirección”.

El primer concierto, casi inevitablemente, empieza con Piazzolla, a quien Saglimbeni pudo conocer en Venezuela, en una de las veces que fue a tocar su “Concierto para bandoneón” junto al compositor, director de orquesta y maestro suyo Adelmaro Romero. Aunque el recuerdo se remonta a sus 18 años, está muy vívido: “Ambos fueron hombres muy atacados por sus enemigos, por lo que crearon una personalidad muy fuerte”, asegura.

Saglimbeni apunta cómo le importaba al marplatense que su música trascendiera, y considera que él murió sin llegar a comprender la magnitud de su importancia: no solo ya es parte del canon, en Latinoamérica y todo el mundo, sino que los grupos que hacen música inspirándose en él son cientos.

“En el concierto del sábado vamos a celebrarlo desde un punto de vista didáctico, explicando de dónde viene. ‘Del barroco a Piazzolla’ es un viaje: vamos desde Vivaldi a él, pasando por Bach, que es una fuente absoluta de inspiración melódica, armónica y de forma para él. Tocamos fragmentos de sus piezas, pero también tocamos fragmentos de “La ofrenda musical” de Bach, que es un germen que estuvo (consciente o inconscientemente) en lo que es Piazzolla, desde muy joven, cuando estudiaba aquí, en Estados Unidos, en Francia. De ahí las figuras y otras formas que encontramos tanto en Bach y en él. Este va a ser un concierto comentado”, adelanta.

Astor Piazzolla es el protagonista del primer concierto, pocos días antes de que se cumpla su centenario.
Astor Piazzolla es el protagonista del primer concierto, pocos días antes de que se cumpla su centenario.

El segundo encuentro será el viernes 5 de marzo con una selección de “Música para contar”. En él ya se empieza a notar el ingenio de la OSUNCuyo por encontrar repertorio novedoso, apto para las restricciones sobre el escenario e incluso alusivas.

Se interpretarán la Suite del “Quijote” de George P. Telemann, el movimiento “Doloroso” del Cuarteto de Darius Milhaud (dedicado a las víctimas de la pandemia de 1918) y “Battaglia” en Re mayor de Heinrich Biber. “Esta obra se toca por primera vez acá, y casi está dedicada para un momento como este: es como una batalla entre grupos de la orquesta, por lo que se ubican en el escenario de forma separada. Lo mejor para esta obra, entonces, es que se toque de forma separada y no conjunta”, advierte.

El ciclo continuará el 12 de marzo, con la temática “Joyas Latinoamericanas”, que tendrá interesantes y exóticas obras de Silvestre Revueltas, Aldemaro Romero y Astor Piazzolla. “Estrenaremos en Argentina, de Revueltas, ‘Sensemayá’, una pieza escrita para una orquesta de cien músicos en su segunda versión, pero que en su primera versión fue escrita para 15 músicos y se nos adapta muy bien ahora. Trata sobre un rito ancestral para matar a una culebra, basado en un poema de Nicolás Guillén. Una cosa absolutamente telúrica de nuestro continente”. explica. Seguirá “El renacuajo pescador”, una especie de cuento para toda la familia tocado por 14 músicos, y tres merengues de Romero.

El ciclo cerrará aire libre en la Nave Creativa el 20 de marzo con uno de los repertorios más esperados: “El cine, Broadway y más”. El recorrido en esta oportunidad será a través de “La Misión”, “Cinema Paradiso”, “8 y medio”, “My fair lady”, “Amarcord”, “La dolce vita”, “La novicia rebelde”, “The Dambuster”, “West Side Story”, “South Pacific”, “Psicosis” y “El fantasma de la ópera”.

“En estos momentos, vienen como anillo al dedo partituras como ‘West Side Story’, que se hizo originalmente para una orquesta pequeña, aunque actualmente se toca con una orquesta grande, como el último concierto que hicimos en el parque central. Esta versión para 30 músicos funciona muy bien”, apunta sobre el último programa.

“No es que queramos ser una orquesta pequeña, pero la realidad nos lleva a esto, la idea es ir creciendo poco a poco nuevamente. Además, cada concierto comenzará con uno, dos, tres o cuatro músicos, porque la idea es dar la bienvenida al público con la experiencia individual de lo que cada uno vivió solo en su casa. Queremos mostrar cómo fue grabar, preparar videos caseros, ponerse de acuerdo con otros músicos durante la pandemia, etcétera”, anticipa.

Y sobre todo: “Nosotros lo que queremos es crear confianza”, reconoce el venezolano, “primero hacia adentro con nuestros músicos: que se puede tocar de forma segura. Nadie es reticente, pero todos somos cautelosos. Y después confianza hacia el público: nosotros los invitamos a que vengan y se sientan seguros, tenemos un sistema de protocolo donde la gente puede comprar su entrada con el mínimo contacto físico. No es que cada uno buscará su lugar en la sala, sino que se va a ir llenando a medida que la gente vaya ingresando”.

La ficha

Orquesta Sinfónica de la UNCuyo

Director: Rodolfo Saglimbeni

Fecha y hora: Hoy, 27 de febrero, a las 21.30

Lugar: Nave Universitaria (España y Maza)

Programa: “Del barroco a Piazzolla”

Antonio Vivaldi: Sinfonía nº3

Astor Piazzolla: Oblivion

J.S.Bach: Largo del Concierto nº5 en Fa menor

Astor Piazzolla: Fuga y Misterio

J.S.Bach: La ofrenda musical /Cánones y Fugas

Astor Piazzolla: La muerte del Ángel

Entradas: $300 general y $250 para estudiantes, docentes, personal no docente y jubilados/as (en www.entradaweb.com). Los asientos se asignarán por orden de llegada. También se puede adquirir en boletería.

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