El poder de las palabras

El impacto y lo que puede generar una simple palabra en nosotros y nuestro entorno

El poder de las palabras
El poder de las palabras

En la nota anterior hablamos de uno de los poderes más importantes y mágicos que podemos y debemos desarrollar en este plano: El poder de la gratitud. Pero no crean que es el único, existen otros poderes que debemos implementar en nuestro proceso para conseguir ese equilibrio deseado, de hecho, todos están correlacionados y todos deben aplicarse en conjunto para que el resultado sea mejor. Así que hoy hablaremos del increíble poder de las palabras.

Una de las cosas que hizo que mi vida cambiara positivamente por completo fue el concientizar todo lo que saliera de mi boca, como diría el libro de los cuatro acuerdos toltecas: ser impecable con mis palabras. Cuando entendí el significado y el poder espiritual de las palabras les confieso que fue muy impactante para mí, entendí la magnitud del poder y la responsabilidad que tenía cada vez que decía algo, el impacto que podía generar o lo que podía crear con una simple palabra.

El poder de las palabras
El poder de las palabras

Los seres humanos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, el mismo Dios creo el universo con una palabra. Eso quiere decir que nuestras palabras también tienen poder. Una parte de nuestra herencia divina son una cantidad de dones espirituales que vamos conociendo y desarrollando en el camino con el objetivo de liberarnos de las perturbaciones físicas y mentales, como lo son el don de la gratitud y el don de la palabra.

Es un regalo inigualable de todos los seres de este planeta, sólo los humanos tienen la capacidad de comunicarse a través de las palabras. Aprendemos del lenguaje, y la comunicación desde pequeños. Nacemos con la capacidad de comunicarnos, y si no somos capaces de hablar, entonces usamos las palabras para crear escritura, lo cual es igual de poderoso.

El poder de las palabras
El poder de las palabras

Nuestras palabras hacen más que transmitir información, tienen un impacto sobre el prójimo y sobre nosotros mismos. Entran en la dualidad del plano, donde pueden llegar a edificar, unir, enseñar y dar vida a lo más sublime y hermoso, como también pueden llegar a empeorar las heridas de alguien e incluso peor, pueden llegar a provocarlas. La palabra tiene el poder de generar emociones y frecuencias altas, como también pueden crear odio y sobrecargar el espíritu de una persona con emociones negativas y de baja frecuencia. Por eso es tan importante concientizar lo que hablamos, no es casual que grandes personajes que han dejado un legado de luz en la humanidad siempre hacían énfasis en la importancia de las palabras.

Las palabras que decimos son el reflejo de nuestro corazón, esto también nos puede ayudar a darnos cuenta en que frecuencia estamos vibrando y así poder seguir avanzando o detenernos para hacer unos cambios y continuar el camino. De cierto hay que, si una persona está constantemente con un vocabulario grosero, con mentiras y faltas de respeto, es una gran muestra de que hay algo por atender y mejorar en el interior.

La concientización de las palabras tiene un sinfín de beneficios no solo personales, sino también colectivos, sucede que cuando empiezas a estar presente de las palabras que dices, también empiezas a darte cuenta de las palabras de las demás personas, al principio te impactaras al ver que hay muchas personas que no son conscientes de lo que dicen, pero precisamente de eso se trata el bienestar colectivo: ayudar al prójimo y eso implica que puedes llegar a ser herramienta para mejorar el proceso de los demás.

La palabra y la ciencia:

La programación neurolingüística, conocida como PNL, es la ciencia que estudia la conexión entre los procesos neurológicos, el lenguaje y los patrones de comportamientos. Los estudios mostraron que existen algunas palabras que están cargadas emocionalmente y que el solo hecho de decirlas ya hace que ese estado te invada, ejemplo, no es lo mismo decir: “Soy un desastre” que decir “voy a mejorar mi habilidad en esto”

Masaru Emoto, fue un doctor y autor japonés que llevo a cabo un experimento que dio unos resultados muy mágicos y alucinantes. Tomo unas muestras de agua pura, congeló unas gotas y las examinó bajo un microscopio electrónico y se dio cuenta que emitían la imagen de unos hermosos hexágonos cristalinos parecidos a copos de nieve. Luego fue y tomó agua de un río contaminado, la congeló, fotografió unas gotas y comprobó que la imagen que aparecía en ellas no era un hermoso hexágono sino una forma desestructurada, lo que le hizo entender que el agua es sensible al entorno donde se halla. Pero como buen buscador de la verdad, su investigación no paró ahí, sino que continuó hasta comprobar algo mucho más profundo y poderoso.

Los resultados de sus estudios mostraron que el agua no solo podía modificarse por su entorno, también comprobó que los pensamientos, emociones, palabras y sonidos dirigidos al agua también podía llegar a influir. La forma variaba si las palabras eran positivas o negativas, todos causaban un impacto y una figura geométrica distinta sobre la estructura del agua. En las siguientes imágenes podemos ver los resultados de su investigación:

Partículas de agua experimento
Partículas de agua experimento

Es realmente fascinante leer e investigar sobre este estudio, si las palabras pueden hacerle eso al agua, que creen que pueden llegar hacernos a nosotros, que nuestro cuerpo está compuesto por 80% agua.

Otro aspecto importante que debemos tener en cuenta es el dialogo interno, es decir, también debemos cuidar las palabras que nos decimos, pues estas terminan ejerciendo un poder sobre nosotros mismos. Cuando alguien dice “soy vago para estudiar”, “nunca voy a llegar al peso que quiero”, “soy colgada”, “no tengo suerte en el amor” no está describiendo una situación, sino declarando una condena y generando una realidad en base a esa afirmación. «Sus propias palabras son los ladrillos y el mortero de los sueños que desea realizar. Sus palabras son el mayor poder que tiene. Las palabras que elija y su uso establecen la vida que experimenta» Sonia Choquette.

La responsabilidad con la que ejercemos el poder de la palabra es nuestra, por eso mi invitación es que cada vez concientices más sobre ellas, interiorices y pienses bien antes de decirlas. Utiliza este gran poder para crear, construir, compartir, acariciar en vez de para agredir, atacar o destruir. Evita pronunciar palabras desagradables, aun cuando se refieran a hechos verídicos. Ante un conflicto, una prueba o situación negativa, recuerda el poder de atracción que tienen las palabras y en vez de sumarle más negatividad, conecta con pensamientos y palabras positivas éstas atraerán infaliblemente la atención de la Omnipresente Conciencia Cósmica, es decir Dios, hazlo con confianza infinita desechando toda duda, recordando que no existe nada superior a él y a su poder que sobrepasa infinitamente los límites de la mente humana.

Espero de todo corazón que hayas podido conectar con esta información, y que a partir de ahora empieces a utilizar correctamente este magnifico regalo.

“Lo que sale de tu boca es lo que eres tú. Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo. Si no te honras a ti mismo, no te amas. Honrar tus palabras es honrarte a ti mismo, Es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces.

Eres auténtico, y te hace respetable ante los demás y ante ti mismo. Cuida tus palabras y transformarás tu vida.”

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