Cielo de medianoche: George Clooney y una película del fin del mundo que no enamora

Las buenas actuaciones y los recursos cinematográficos impecables no terminan de sostener la inconsistencia narrativa de la historia.

Cuando una publicación especializada en crítica de cine debe explicar una película, es porque algo falla. Ese es el caso de Cielo de medianoche, última producción de Netflix en donde un enorme actor como George Clooney es el protagonista, productor y, muy por debajo de su calidad actoral, también director del film.

Si hay que poner en una balanza, la película termina teniendo un saldo positivo, por poco. El reparto es muy bueno, ninguno de los actores desentona y la pequeña Caoilinn Springall en el papel de Iris, aunque solo dice dos palabras (“¿la amabas?”) se lleva todos los aplausos.

Agustine (Clooney) queda en el Ártico acompañado de una pequeña desconocida
Agustine (Clooney) queda en el Ártico acompañado de una pequeña desconocida

La película comienza con un grupo de personas subiendo a un helicóptero de rescate, en una base de investigaciones del Ártico, en el año 2049, donde un anciano (George Clooney) informa a los militares a cargo del operativo que prefiere morir solo en ese lugar, antes que morir en otro lado.

De entrada entendemos que se trata de una película apocalíptica, con el planeta muriendo, una atmósfera irrespirable y un fin del mundo muy cercano.

Por otro lado se desarrolla la historia de un grupo de astronautas en un transbordador espacial que están en viaje de regreso a la Tierra.

La nave Æther es la única que se encuentra en viaje de vuelta a la Tierra
La nave Æther es la única que se encuentra en viaje de vuelta a la Tierra

Aquí nos encontramos con Sean Felicity Jones (la esposa de Stephen Hawking en “La teoría del todo”) en la piel de Sully Rembshire, David Oyelowo (El último rey de Escocia) como Tom Adewole, Tiffany Boone (Hunters) encarnando a Maya Peters y Demián Bichir (Los ocho más odiados) como Sánchez, Kyle Chandler (King Kong) en el papel de Mitchell.

La historia también tiene algunos flashbacks que terminan de completar la narrativa y que encajan muy bien en el relato, sin giros inesperados pero con algún que otro momento forzado para conseguir que los hechos terminen tomando el curso que quiere darle Clooney con la dirección.

En la inmensidad del Ártico, Agustine toma la decisión de arriesgar su vida
En la inmensidad del Ártico, Agustine toma la decisión de arriesgar su vida

En esa parte de la historia encontramos a Sophie Rundle, como Jean Sullivan y a Ethan Peck que sorprende en sus muy pocas apariciones. Probablemente se deba a su linaje actoral: es el nieto de Gregory Peck.

Otros factores que favorecen a que la balanza se incline hacia lo positivo son los planos grandes intentando provocar la sensación de soledad. Y aquí hay que destacar algo: si bien las tomas son muy agradables a la vista, no terminan de generar lo que se proponen, un profundo sentimiento de vacío y de final de la existencia de la vida en la Tierra.

Los peligros no desaniman a la tripulación que espera llegar a la Tierra
Los peligros no desaniman a la tripulación que espera llegar a la Tierra

Por su parte, la musicalización y el montaje cuentan con la ayuda de la expresiva banda sonora de Alexandre Desplat (El curioso caso de Benjamin Button), lo cual le da un ritmo parejo a toda la historia.

Otro recurso, bastante utilizado últimamente -aunque en este caso, por suerte, no redunda- es el mensaje concientizador del cuidado del planeta. Es evidente que la vida en la Tierra ya no es viable y que el único responsable es el ser humano, aunque nada lo diga explícitamente en toda la película.

En conclusión, nada desentona en esta muy prolija realización, excepto por una cosa: la película no cuenta nada, son más los momentos de sobreentendidos que las manifestaciones claras para entender la historia. De entrada se habla de un “suceso” que no se termina de definir y que claramente alude a un hecho que terminó con la vida en el planeta. Lo que debería haber tenido al espectador en el borde de la silla, aparece apenas como una motivación muy interna del protagonista, que no termina de generar ninguna emoción. Y la revelación final es encantadora, pero sin la fuerza narrativa que se requiere para que el espectador se quede 120 minutos mirando sin sentirse levemente estafado.

Recomendación: es una película para mirar tranquilo, sin grandes expectativas y disfrutando de la calidad de los actores y los maravillosos paisajes terrestres, espaciales y jupiterianos.

Cielo de medianoche. 2020. Estados Unidos. Dirigida por: George Clooney. Protagonizada por: George Clooney, Caoilinn Springall, Felicity Jones, David Oyelowo, Demian Bichir, Kyle Chandler, Tiffany Boone, Caoilinn Springall, Ethan Peck. Género: Ciencia ficción. Drama. Futuro postapocalíptico. Aventura espacial. Distopía. Disponible en Netflix. Nuestra opinión: Buena.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA