Bropianting y micromachismos: Cuando un hombre se adjudica el trabajo de una mujer

La posibilidad de poner la mirada sobre cuestiones que antes pasaban inadvertidas, deja en evidencia la cantidad de micro situaciones que no son tan mínimas y que despojan a las mujeres del derecho a ser reconocidas por sus esfuerzos y valores

Bropiating, el trabajo de la mujer, silenciado
Bropiating, el trabajo de la mujer, silenciado

El bropiating es un tipo de violencia simbólica, que se enmarca en los denominados “micromachismos” y que se da cuando un hombre se apropia de las ideas creativas, inventos o trabajo de una mujer. El origen del término viene del inglés “bro”, de “brother” (hermano) y “appropriating” (apropiarse), y se considera la práctica de llevarse el reconocimiento, por parte de un hombre, por lo dicho o hecho por una mujer, sin que se le adjudique a ella mérito alguno. Para referirse a esta práctica también se utiliza el término bropropriation.

El bropiating es una práctica que violenta la autoría intelectual de las mujeres, ya que se las invisibiliza en sus propios trabajos creativos. En los ámbitos laborales ocurre con frecuencia: una mujer entrega una idea en equipos de trabajo sin ser tomada en consideración, hasta el instante en que la idea es reargumentada por un hombre, quien es escuchado y, además, es reconocido por la iniciativa.

Esta situación se ha perpetuado a lo largo de la historia y las páginas de los libros y manuales secundarios están plagados de ejemplos. Muchas mujeres han contribuido a grandes descubrimientos, participado en guerras y hasta llevado adelante luchas de independencia de sus países sin que ni siquiera fueran mencionadas en las páginas históricas al pasar.

Conocer todas las formas de micromachismo puede ayudar a limitar su práctica.
Conocer todas las formas de micromachismo puede ayudar a limitar su práctica.

De hecho, aunque no está comprobado, algunos investigadores sospechan que la Teoría de la Relatividad de Einstein, en realidad, podría estar fundada por descubrimientos matemáticos de su esposa, Mileva Maric. Esto se sustenta en que Maric, habría presentado una tesis del tema mientras estudiaba en la Escuela Politécnica de Zúrich, que se habría extraviado. Además los años más productivos del científico, fueron justamente en los que trabajó en conjunto con su esposa. Una carta de ella a una amiga decía: “Acabamos de terminar un trabajo muy importante que hará muy famoso a mi marido” y hablaba de “nuestra investigación”.

Mucho más reciente, y diste quizá la profundidad de la investigación por parte de la mujer, pero no en la intención del hombre, fue el caso de “Explotación en la revista Marie Claire”, de España. Julieta Bugacoff, una periodista argentina se postuló a una vacante en un una bolsa de trabajo. En un hilo en Twitter señaló que tras postularse, fue contactada por Nicolás Pesce Freijo quien aseguró ser el editor de la revista Marie Claire España. Le dijo que estaban sobrepasados de trabajo en la redacción y que necesitaban a alguien joven para escribir de varios temas. Hasta ahí, todo normal para un trabajo freelance en medios, hasta que le dijo que por “criterio editorial”, los artículos serían firmados por él.

La precariedad laboral hizo que Julieta aceptara las condiciones contractuales. En un mes redactó más de 25 notas entre las que había algunas sobre género; todas fueron firmados por el supuesto editor.

Luego de un tiempo, al no recibir el pago prometido, la periodista se puso en contacto con la revista, cuyos directivos reconocieron que Nicolas Pesce trabajaba allí y que solía engañar a mujeres jóvenes para que redacten sus notas, por las cuales él cobra. Sin embargo, y pese a los antecedentes, los directivos de la revista no habían tomado medidas al respecto.

Otros tipos de micromachismo

Se considera que son una forma instaurada de violencia de género que incluye estrategias, gestos y actos de la vida cotidiana, aplicados de forma sutil para que no puedan ser identificados por terceros, pero que claramente generan un perjuicio en las mujeres. El silencio de las víctimas y la complicidad por omisión de aquellos que lo perciben pero no lo denuncian perpetúa la práctica.

“El 90% de los hombres, a largo o corto plazo, practican algunas de estas malas costumbres” dice un estudio de la Universidad de Virginia.

Por contrapartida, la revista Forbes publicó un estudio que asegura que los equipos de liderazgo con diversidad de género superan a los que no lo son y, de acuerdo con Catalyst, las empresas con la mayor representación de mujeres en sus equipos senior obtienen un 34% más de ganancias que las empresas con menor representación femenina.

El mansplaining se da cuando un hombre explica cosas obvias a una mujer
El mansplaining se da cuando un hombre explica cosas obvias a una mujer

-Mansplaining: se refiere a la actitud masculina de cuestionar el conocimiento de las mujeres e intentar explicarlo “correctamente”, de manera paternalista y condescendiente, como si sus interlocutoras fueran personas que no logran comprender con claridad lo que se les dice, incluso si aquello de lo que se habla es un tema del que la mujer sabe más que el varón.

Un ejemplo: en septiembre, Jessica Meir publicó en Twitter un video con un experimento sobre cómo hierve espontáneamente el agua en el espacio. Enseguida, un usuario le quiso dar una lección de física. El detalle: ella es astronauta de la NASA y estaba fuera de la atmósfera haciendo esa investigación.

-Gaslighting: consiste en hacerle creer a las mujeres que sus sentimientos o acciones no son válidos y que “está loca’' o porque sus sentidos perciben la realidad de manera distorsionada, cuando en realidad no es así. La víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto hace que la persona sienta ansiedad, confusión e, incluso, depresión. Por lo general no se trata de un mensaje tan lineal ni claro, todo lo contrario. El mensaje del hombre es nebuloso en algunas partes, dejando que la mujer concluya con una deducción lógica que él luego refutará con un “yo nunca dije eso”.

En The Post, una escena en la que Meryl Streep hace que su asistente diga lo que ella piensa, para que sea tomado en cuenta
En The Post, una escena en la que Meryl Streep hace que su asistente diga lo que ella piensa, para que sea tomado en cuenta

-Manterrupting: hace referencia a la interrupción constante del discurso por parte de un hombre a una mujer. Sucede no sólo en el ámbito laboral, sino en contextos sociales, culturales, domésticos, políticos y profesionales. Pasa con ejecutivas de alto nivel, políticas y empresarias (que supuestamente gozan de mayor poder), amas de casa, académicas y operarias. En la película “The Post”, una escena lo ilustra a la perfección: Katharine Graham (Meryl Streep), para evitar disgustos en esas reuniones plagadas de ‘manterrupters’, hace memorizar a un subordinado masculino sus propias ideas para que después él las verbalice y así pueda tener la aceptación del resto de presentes.

-Manspreading: es la tendencia por parte de hombres a ocupar mucho más de lo necesario en los asientos de los transportes o espacios públicos a fuerza de abrir o estirar demasiado sus piernas. La palabra manspreading se utiliza como sustantivo, no tiene traducción directa al español y está formada por el prefijo man (“hombre”) y el sufijo spreading (“extendiéndose”). La Real Academia sugiere el mucho menos elegante término “despatarre”.

Manspreading, muy común en el transporte público
Manspreading, muy común en el transporte público

-Techo de cristal: Es una metáfora acuñada en los estudios de género para referirse a la existencia de barreras invisibles a las que se enfrentan las mujeres a la hora de abrirse paso en su carrera profesional y, especialmente, al progresar hacia puestos de mayor responsabilidad. La invisibilidad de estas barreras hace que sea difícil identificar y explicar su existencia y que sus consecuencias se atribuyan a características individuales de las mujeres que las sufren, en vez de a desigualdades y prejuicios estructurales. El origen de la expresión viene de un artículo en el periódico estadounidense The Wall Street Journal del año 1986 sobre mujeres ejecutivas.

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