“Las formas que me habitan”, la muestra de Vivian Levinson que inauguró ayer viernes en el Museo Carlos Alonso - Mansión Stoppel, es potente y visceral. El título, que podría coquetear con la metáfora, en realidad es explícito, y se refiere a esas formas biológicas que, en efecto, habitan en todos nuestros cuerpos.
Nos ofrece varios interrogantes: ¿Cómo volver arte la estructura primigenia de una célula? ¿Qué hipnosis multicolor se desprende de lo que parece ser un corte histológico? ¿Se puede encontrar belleza en lo maligno, como una célula cancerígena?
Levinson indaga como observando (y registrando) a través de un microscopio. Se adentra como una científica artista en el paisajismo más íntimo del cuerpo humano. Y nadie puede decir que ella, notable puntillista, recién ahora se haya puesto a trabajar desde el detalle: lo viene haciendo hace rato.
La coherencia de la obra de Levinson tiene que ver, también, con su propia vida. Y nos lo revela en esta entrevista: “Hace un largo tiempo atravesamos por un cáncer de mama en la familia. En ese momento no tomé conciencia del proceso que iba a provocar en mí .Pero fue el principio, como disparador”, reconoce sobre la muestra, que estará montada hasta fines de enero.
“Creo que lo que nos acontece queda guardado en el subconsciente, y en algún momento tiene que ser desvelado. Pasaron unos años y comencé a investigar en fotografías microscópicas las células, fue increíble porque vi una belleza diferente aún en las células cancerígenas. La primera obra que realicé de esta serie fue en el año 2020, me convocó Daniel Rueda para exponer en Terrazas de los Andes y allí la mostré. Luego esta mirada por saber más del interior del cuerpo fue tomando otra significación”, explica.
Explica el curador Hugo Albrieu: “A Vivian le gusta mirar el cielo y la naturaleza, no le alcanza con el solo disfrute de contemplar, necesita ir más allá (o más acá). Usar un microscopio imaginario para explorar el universo y descubrir nuevos mundos, acercarse a misteriosos microcosmos. Y con la paciencia y la pasión de un botánico que registra, representarlo en diferentes dimensiones”.
Pero también, advierte Albrieu, al ver su obra experimentamos una incerteza, pues algunas imágenes parecen venir del macrocosmos. ¿Es una célula o una constelación? Para graficar esa extrañeza, se nos viene a la mente el haiku borgeano: “¿Es un imperio / esa luz que se apaga / o una luciérnaga?”.
“Este proceso artístico que está expuesto en el Museo es de muchos meses de intenso trabajo, llevo 36 obras en las cuales hay pinturas, instalación y objetos. Trabajo como técnica el punto, esta técnica tiene que ver con mi historia, con mi trabajo local: encontré el punto en los focos de las cajas lumínicas, trabajé dando clases en talleres para personas ciegas y el escrito en Braille me atrapó, y vuelvo a encontrar el punto en las increíbles noches estrelladas de San Alberto (Uspallata)”, revela, nuevamente encontrando simpatías entre el microcosmos y el macrocosmos.
“Utilicé una variedad de materiales, siendo algunos principales el acrílico 3D, óleos, tintas y la pintura bicapa”, apunta sobre los materiales que usó.
-En tu obra siempre hay una importancia por el detalle, ya sea el punto, las fuerzas del microuniverso o lo más pequeño, cómo surgió tu interés por trabajar, como diría Albrieu, en el “microcosmos”?
-Hace 10 años que vivo en Perdriel, y el entorno es completamente diferente a la ciudad, trato de no tener una mirada distraída por lo que veo diariamente. Las pequeñas imágenes de la naturaleza se despliegan intentando captar la atención y surgen como una obra sin pensarla. Este encuentro visual y la inquietud por las imágenes de lo microscópico que nos habita fue la interconexión de aquello que se torna invisible en la propia existencia.
- Paradójicamente, sos una experta en algo que supone grandes dimensiones como son las cajas lumínicas en la Fiesta de la Vendimia. ¿Crees que han influido en algo esos elementos teatrales en tu trabajo plástico?
- Leonardo Da Vinci decía : “Aprende a ver. Todo está interconectado”. Sí, claro, toda la información de tantos años está guardada, alberga mis experiencias y trato de aplicarlas en mis procesos artísticos.
Sobre Vivian Levinson
Muralista, montajista, educadora y amante del diseño. Desde 1992 trabaja en la realización de escenarios y cajas lumínicas en fiestas de la Vendimia. Expuso en ferias internacionales y en numerosas exposiciones individuales y colectivas en Argentina, Chile, EEUU, España, entre otros. Algunas de sus muestras fueron “Trayectos Surgentes” en Palais de Glace y “La línea piensa”, que se presentó en el Centro Cultural Borges, ambas en 2011 en Buenos Aires.
Recibió importantes premios y menciones en distintas disciplinas como dibujo, pintura y arte textil, destacándose el Primer Premio del Salón Cordillerano en el Museo Rawson, San Juan en 2017; Mención Especial del Jurado en el Salón de Artes Visuales de la Provincia de La Pampa y entre otras selecciones, la del Salón Nacional de Artes Visuales MUMBAT en Tandil, provincia de Buenos Aires, estas últimas ambas en 2019; Salón Nacional Banco de Córdoba 2012, Salón Nacional 2011 y 2012. En reiteradas ediciones recibió menciones en Dibujo y Pintura en el Salón Regional de Artes Visuales Vendimia en Mendoza.