Rudolf Nureyev: El ballet, la irreverencia y la fuga relatadas en la maravillosa biopic “El cuervo blanco”

La historia del genial bailarín llegó a Netflix gracias a una realización dirigida por Ralph Fiennes (que también actúa) pero no pudo ser estrenada en salas por la pandemia. Una gran realización que vale la pena disfrutar

Rudolf Nureyev -  Cuervo Blanco
Rudolf Nureyev - Cuervo Blanco

Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética se dedicó a embanderar a sus disciplinados deportistas, filósofos y bailarines utilizándolos como medio propagandístico de la grandeza rusa, de la cual el díscolo Rudolf Nureyev fue, en parte y a su pesar, protagonista. El gran bailarín, considerado junto a Vaslav Nijinsky uno de los mejores del Siglo XX, no tenía ideas definidas en relación a la política de la URSS, pero tampoco había tenido una instrucción académica sostenida y comenzó a estudiar ballet recién a los 15 años, cuando ya se considera demasiado tarde para cualquier persona que desee adentrarse en las destrezas de esta disciplina.

Rudolf Nureyev
Rudolf Nureyev

En su película “El cuervo blanco”, (Netflix) dirigida y coprotagonizada por Ralph Fiennes, y producida por Liam Neeson, el otrora Voldemort nos adentra en la vida del genial bailarín durante su gira europea junto al Ballet Kirov, y en especial su estadía en París, donde finalmente decide darle la espalda a su país pidiendo asilo político y desertando de la madre Rusia.

Con acertados flashbacks, Fiennes relata la dura infancia de “Rudy” viviendo en una familia extremadamente pobre, con un padre autoritario, comisario del Ejército Rojo, de origen tártaro a quien el pequeño conoció a la edad de 6 años, -ya que había estado destinado en la Siberia con un escuadrón desde antes del nacimiento de su hijo- y los años tardíos de inicio en la danza, bajo la tutela de Alexander Pushkin, uno de los más versados profesores de ballet en la compañía Kirov, interpretado magistralmente por el propio Fiennes.

Ralph Fiennes interpreta al que fuera su maestro y mentor Alexander Pushkin
Ralph Fiennes interpreta al que fuera su maestro y mentor Alexander Pushkin

Debido a la interrupción de la vida multicultural soviética causada por la Segunda Guerra Mundial, Nuréyev no pudo comenzar sus estudios en una buena escuela de danza hasta 1955, cuando fue enviado a la Academia Vagánova de Ballet, dependiente del Ballet Kirov en Leningrado.

Una de las tantas delicias -y son muchas- que desgrana este film, más allá de la temática y la biografía, son los detalles de ambientación, los paisajes parisinos, el extraordinario parecido de Oleg Ivenko, el bailarín devenido en actor que interpreta a Nureyev, y la fluidez de Fiennes hablando ruso.

Oleg Ivenko
Oleg Ivenko

Nureyev, el desertor

El 16 de junio de 1961 el bailarín Rudolf Nureyev logra escapar de la custodia de la KGB en el aeropuerto de Le Bourget y pedir asilo político en Francia, en una maniobra impensada a la luz de estos días. En aquel momento la noticia dio vuelta al mundo y conmocionó a quienes conocían las estrategias de plomo que tenía el gobierno de Kruschev para quienes intentaban profugarse de las firmes riendas del comunismo.

En la película, lejos de las corridas, empujones y gritos que prefigura el hecho y que relataron los medios en aquel momento, la exquisita valentía y elegante arrojo con que el bailarín sortea a los agentes de la KGB para quedar bajo la custodia de la policía aeroportuaria es una elegía más de esta pequeña obra maestra.

Actor y realizador detrás de escena
Actor y realizador detrás de escena

“Me enamoró su arrogancia”, comentó Fiennes, quien se basó en el libro “Nureyev, the Life”, de la sudafricana Julie Kavanagh. “Supongo que fue una personalidad difícil, pero desde el punto de vista dramático, un gran protagonista. Alguien excepcional en su trabajo. Cuando llegó a París era un joven que maravillaba con su danza y sin una gota de educación social. No sabía cómo comportarse entre ese grupo de sibaritas parisinos. Recorrió galerías de arte, se interesó por aprender”, agregó el director.

En aquel viaje, el joven bailarín que ya se destacaba en el cuerpo de ballet del Kirov y se preocupaba por conseguir un lugar estelar en el elenco, tuvo un golpe de suerte que cambió su vida: el bailarín Konstantín Serguéiev, sufrió un accidente y Nuréyev fue elegido para sustituirlo. Su actuación impresionó al público y a la crítica, pero Nuréyev estaba siendo observado detenidamente por los agentes de gobierno, al romper las reglas en cuanto a asociarse con extranjeros, luego de varias salidas a espaldas de sus custodios al Museo del Louvre, y de encuentros con europeos del ambiente de la bohemia de entonces.

Algunas investigaciones de los últimos tiempos señalan que Kruschev ordenó “matarlo” o “quebrarle las piernas”. Real o no, lo cierto es que, cuando la compañía del Kirov se disponía a partir hacia Londres en la continuidad de la gira, a Nureyev le ordenan volver a la Unión Soviética, sin explicación alguna. Es entonces cuando el bailarín intuye que tiene los días contados y se desencadena la ruptura.

Nureyev se vinculó a la sociedad europea y eso no fue bien visto por la KGB
Nureyev se vinculó a la sociedad europea y eso no fue bien visto por la KGB

Uno de los personajes principales en la vida de Rudy en aquel momento fue Clara Saint, una chica de origen chileno con importantes contactos diplomáticos quien consigue que el bailarín logre escapar del aeropuerto.

Pese a su fuga y a las persecuciones que había sufrido, nunca emitió opiniones antisoviéticas y recién pudo volver a su país en 1987, cuando ya comenzaba a decaer la potencia de Gorbachov, para visitar a su madre que falleció al poco tiempo. Enfermo de sida, Nureyev murió en 1993 y sus restos descansan en el cementerio ruso-ortodoxo de Saint Genevieve de Bois, en París, muy cerca de la tumba Nijinski.

En la ficción, Nureyev junto a Clara Saint
En la ficción, Nureyev junto a Clara Saint

La Argentina tuvo el honor de recibirlo varias veces en el Teatro Colón (en 1967 con la propia Fonteyn para Giselle, en 1971 y en 1980), en el Luna Park y también en Córdoba y Rosario.

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