“Escribiendo postales”: cómo es la muestra que está en el ECA y que reivindica a más de 800 mujeres artistas

Puede verse hasta el 21 de enero de forma gratuita. También están montadas “Superficies de contacto” de Franco Contreras y “Y4C1W13N70.TMP” de Rodrigo Etem.

Bañeros, Mom, Labiano, Dragotta, Simón y Valdivieso (ausente) exponen sus piezas en la sala central. Foto: Prensa del Ministerio de Turismo y Cultura.
Bañeros, Mom, Labiano, Dragotta, Simón y Valdivieso (ausente) exponen sus piezas en la sala central. Foto: Prensa del Ministerio de Turismo y Cultura.

Hay muestras de artistas consagrados, de artistas emergentes, retrospectivas o reveladoras de nuevas poéticas. Sin embargo, hay pocas muestras reivindicativas. Es decir, muestras que reclamen memoria, que nos exijan volver a leer el pasado y, eventualmente, redefinirlo.

Esto es lo que hace, en el Espacio Contemporáneo de Arte Eliana Molinelli, “Escribiendo postales”, que inauguró el 25 de noviembre y continuará allí de forma gratuita para el público hasta el 21 de enero. Las más de 800 mujeres artistas involucradas en esta muestra la llenan de plena vigencia: algunas son muy conocidas y admiradas en el ámbito de la cultura provincial, pero otras no han gozado de tal reconocimiento, aunque sí han producido obras maravillosas.

En la sala central tendremos un pantallazo de las obras de Estela Labiano, Laura Valdivieso, Carolina Simón, Martha Mom, Cristina Bañeros y Susana Dragotta, al tiempo que el colectivo feminista conformado por Inti Pujol, Mariel Matoz y Victoria Díaz recopila y pone en valor la obra de cientos de mujeres de distintas generaciones y departamentos.

En las salas aledañas se pueden ver las muestras “Superficie de contacto”, de Franco Contreras, y “Y4C1W13N70.TMP”, de Rodrigo Etem.

Una inconfundible pieza en tela de Dragotta. Foto: Prensa del Ministerio de Turismo y Cultura.
Una inconfundible pieza en tela de Dragotta. Foto: Prensa del Ministerio de Turismo y Cultura.

“Escribiendo postales” es la última muestra del año y, como tal, se planteó como todo un acontecimiento para las artes visuales. “Con esta muestra hacemos una gran reflexión conceptual del arte visual de Mendoza, porque, fundamentalmente, lo que van a vivir los mendocinos es una reivindicación a más de 800 mujeres del arte mendocino, de distintas disciplinas que, generacionalmente, fueron silenciadas por muchos procesos, tanto por gobiernos o por modos de ser, pero que dejaron un importante legado”, sintetizó en la inauguración el director de Estrategias Culturales, Fabián Sama.

En este punto, la curadora Vivian Levinson tomó un rol clave. ¿Cómo dar forma, desde las ideas y desde el espacio, a tal abundancia y heterogeneidad? Para esto fue indispensable la coordinación con la investigadora Roxana Jorajuria, responsable del texto curatorial, con quien trabajó codo a codo.

La empecé a pensar como una muestra de mujeres con un eje generacional. Incluso convoqué a Roxana, quien también es artista, y le delegué el texto, sabiendo de su pertinencia teórica, de su uso del lenguaje. Tiene el ejercicio de la crítica en sus textos curatoriales. Siempre cuando leo un texto de ella va generando una pedagogía y ha logrado fomentar un diálogo de lo expuesto con el público”, destaca Levinson.

Piezas expuestas en la sala central. Foto: Prensa del Ministerio de Turismo y Cultura.
Piezas expuestas en la sala central. Foto: Prensa del Ministerio de Turismo y Cultura.

Conozco mucho la obra de Dragotta y Bañeros, dado que cada cierto tiempo hacemos análisis de obra. También de Labiano, una artista consagrada que hace mucho tiempo que no disfrutábamos de su obra. Martha Mom creo que hace diez años que no exponía, y me parece exquisito su trabajo. Del de Laura Valdivieso también tengo un seguimiento bastante continuo. En su última exposición, en ArteH, he estado presente. Además, su trabajo siempre está proponiendo otras cosas, se va renovando. Carolina Simón acaba de regresar de Ecuador, donde estuvo seleccionada para exponer”, repasa brevemente sus trayectorias.

Sobre la investigación y el enorme material de archivo del colectivo invitado, apunta: “Inti, Mariel y Victoria están comprometidas en un arte que deconstruye estereotipos sobre la mujer. Ellas participan de luchas con mujeres en las calles y como curadora les otorgué el centro de la sala. Me pareció que era una forma de estar más presente como representación. Este colectivo también ha investigado y realizado una lista (que está expuesta y el público puede tomarla y llevársela), con 821 trabajadoras de las artes visuales, mujeres, lesbianas, trans, no binarias de Mendoza”.

Vivian Levinson, artista visual que aquí oficia como curadora.
Vivian Levinson, artista visual que aquí oficia como curadora.

Este arte de archivo es una forma de hacer historia”, reflexiona Levinson. “La disposición que realicé para el diseño de montaje creo que también le da un significado a las imágenes: se conectan, las obras dialogan entre sí. Hay un nexo que justamente no está basado en lo similar. Georges Didi-Huberman habla de los vínculos secretos que se establecen entre las imágenes, que aparentemente no tienen relación y sin embargo percibimos que algo flota entre ellas. Creo que ese nexo se ha logrado con el diseño de montaje, hay un resignificado en las imágenes”, explica.

También explica qué la llevó a convocar a estas artistas. “Todas nos sentimos identificadas por alguna representación de ellas o por ellas mismas. Son todas artistas legitimizadas por sus prácticas artísticas, por sus convicciones, por sus miradas en los lenguajes... Eduardo Grüner escribió que ‘el arte se trata de la construcción de la memoria’. Y estas mujeres en este momento nos están diciendo, nos están refrescando, nos representan como mujeres artistas de todas aquellas que todavía no han podido tener un espacio, que todavía no están visibilizadas”, explica.

El proceso de selección de obras también fue movilizante. El título es una manera de definir el trabajo realizado. “Las imágenes de las postales que me enviaban, que comentábamos, eran las imágenes de sus obras, que se iban realizando, iban naciendo, iban apareciendo en el tiempo de la invitación hasta la inauguración. Ese proceso, de obra que se iba construyendo para finalmente exponerse, fue muy lindo”.

Franco Contreras.
Franco Contreras.

El trabajo fue arduo, y Levinson no quiere dejar de remarcar que también tomaron parte en él Valeria Verzi, Eugenia Fiochetti, Ricardo Anzor y Martín Fernández. Tampoco quiere pasar por alto el hecho de que se está aplicando el tarifario de artistas, creado por una asamblea interprovincial de artistas en 2020. Este tarifario “se respeta porque el arte es trabajo, y en el ECA -como en los otros espacios públicos del Ministerio- se les paga a los artistas, curadores, etcétera. Esto para mí es realmente un cambio importantísimo”, celebra.

Miradas contemporáneas

En “Superficie de contacto”, con curaduría de Paula Pino, Franco Contreras (artista visual, realizador digital y maestro mayor de obra) parte de una videoinstalación y otros hipermedia interactivos. Presenta fotogrametrías, imágenes interactivas y videoinstalaciones, desde las que comparte un recorrido por las texturas de su casa, que funciona como paleta, catálogo o pantone para componer sus obras.

Rodrigo Etem.
Rodrigo Etem.

Por otra parte, en “Y4C1W13N70.TMP” Rodrigo Etem busca no solo dar continuidad a las imágenes digitales por medios físicos, sino que también pretende construir un sistema que permita abrir negociaciones en el límite donde las cosas se desdibujan. A través de una serie de piezas escultóricas, dota de peso material a un archivo de fallas en mapas digitales y, por extensión, a las ideas que disponemos sobre lo reconocible y lo velado.

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