Siembra de ajo: todo lo que tenés que saber para alcanzar el mejor rendimiento

Conocé los pasos clave para la preparación del suelo y de la semilla en el inicio de la nueva temporada.

El cultivo de ajo se puede sembrar en surcos o en camas con diferentes anchuras: ambas posibilidades dependen de la población por hectárea y el método de riego que se emplea.

Respecto al procedimiento de siembra, tanto en Mendoza como en San Juan, se realiza de forma manual y/o mecánica y se contempla la posición de las semillas.

En esta nota desarrollaremos las instancias clave para preparar correctamente el suelo y obtener los resultados esperados.

Consideraciones fundamentales para sembrar, cuidar y cosechar un cultivo de ajos

La primera instancia requiere la preparación del suelo. Conocer la rotación de cultivos previos. Es ideal que el lote no haya tenido cultivo de ajo y cebolla (aliáceas) al menos por un año. Se deben identificar las malezas presentes en el mismo para así planificar un óptimo control (limpieza del lote).

Otro punto importante implica conocer las características físico-químicas del suelo como salinidad, pH y textura.

Posteriormente se debe tener noción de la calidad y la cantidad disponible del agua (considerando siempre el momento de mayor demanda), fundamentalmente en los meses de octubre y noviembre.

Comprobadas las condiciones anteriormente mencionadas del lote apto para cultivo, llega el momento de trabajar en la sanidad y la preparación de la semilla de ajo, y para lograrlo se tienen que elegir cabezas de ajo sanas, sin defectos.

“Una buena calidad de semilla asegura una buena calidad de cosecha”, destaca la Ingeniera Agrónoma de Bioaggil, Rocío Nadín.

A continuación, los ajos pueden desgranarse manual o mecánicamente, para más tarde ser clasificados por tamaño y conservados a temperaturas bajas. No deben ser expuestos al sol.

Además, se recomienda conocer el origen de la semilla y el estado sanitario de la planta madre. También se pueden realizar análisis, para detectar la presión de plagas y enfermedades que traslade la semilla (Penicillium, nematodos, eriofidos, fusarium, podredumbre blanca, etc.).

En base al análisis o la comprobación a campo es necesario planificar el tratamiento sanitario adecuado para las semillas y el suelo contra las plagas y enfermedades antes mencionadas.

Al momento de la siembra, se debe establecer el marco de esta según la textura del suelo, calibre final deseado (condicionado por el requerimiento del mercado destino y la variedad) y el sistema de riego.

“La preparación del suelo, la calidad de la semilla y la sanidad de ambos son algunos de los factores determinantes para que todas las simientes germinen”, comenta la experta de Bioaggil.

Para conocer más sobre planes nutricionales en cultivo de ajo, mirá este video.

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