El mismo verso

Nuestros queridos adultos mayores que son nuestra preocupación, nuestros abuelos, los de ustedes, los míos, y tanto los nombró el Presidente, que me convenció, casi le creí que era con ternura, con reconocimiento y hasta me ilusioné y soñé el final del discurso.

Imagen ilustrativa / Orlando Pelichotti
Imagen ilustrativa / Orlando Pelichotti

Hace pocos días haciendo zapping tropecé con la palabra del señor Presidente. Allí escuché la repetida perorata de las culpas del gobierno anterior, el que dejó un país destruido, y las maravillas que se están logrando ahora, y bla, bla, bla. Es decir, acto que la televisión oficial nos impone, ya sea que inauguren, se equivoquen con los datos de otros países o den marcha atrás con Vicentín, escuchamos el mismo verso.

Pero hete aquí que en un momento dado, sacó a la luz el vapuleado estribillo de: nuestros queridos adultos mayores que son nuestra preocupación, nuestros abuelos, los de ustedes, los míos, y tanto los nombró, que me convenció, casi le creí que era con ternura, con reconocimiento y hasta me ilusioné y soñé el final del discurso: “Hemos decidido entonces y por todo lo que pienso, y todo el gabinete, y los parlamentarios y todos los sindicatos, hemos decidido aumentar las jubilaciones 30%, ejem…este 25%, ejem, ejem y de acuerdo con el presupuesto del año que viene, según me dicen la Cámpora y el Anses, el aumento será del…” y se cortó la transmisión...  ¿Alguien pudo escuchar el final del discurso? ¿Nos aumentan para cuidarnos o no nos aumentan para que nos cuidemos solos porque les importamos un rábano?

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