El sobrino nieto de Freud analiza nuestra sociedad actual y nos deja... preocupados

El psicoanalista Knobel Freud planteó cómo las redes sociales destruyen nuestros vínculos. Más aun entre padres e hijos.

El sobrino nieto de Freud analiza nuestra sociedad actual y nos deja... preocupados
El sobrino nieto de Freud analiza nuestra sociedad actual y nos deja... preocupados

Joseph Knobel Freud asegura que no le pesa llevar el apellido del padre del psicoanálisis, su tío abuelo Sigmund Freud, primo de uno de sus abuelos. Por el contrario, dice, es un orgullo. “Me honra llevar este apellido”, subraya.

Knobel Freud es psicoanalista, orientador familiar y autor de libros como "El reto de ser padres", en el cual comparte su experiencia de trabajo de tres décadas con niños, adolescentes y familias.

Nació en Estados Unidos, pero se crió en la Argentina hasta el exilio en España, durante la dictadura militar.

Desde Barcelona, Knobel Freud habla sobre la adolescencia, las redes sociales, las adicciones, las familias y los límites, y sobre cuál es la mejor edad para comprarle un celular a un hijo. “Los padres actuales están en una posición muy adolescente: no se autorizan a ser padres”, asegura.

–¿Es una percepción o es más difícil que antes educar y convivir con hijos adolescentes?

–Creo que la adolescencia siempre fue problemática, pero la situación está cada vez más compleja. La cultura en la que vivimos impregna nuestra vida psíquica, psicológica, las cosas están de tal modo que se hace más difícil convivir con adolescentes por cuestiones sociales; al menos en España. Pero entiendo que, socialmente, estamos todos globalizados y que el problema que me va a traer un adolescente en Barcelona no va a ser muy diferente al que lleve a un adolescente a un psicólogo en Córdoba.

Ahora hay más dificultades de comunicación, las redes sociales creadas para generar más vínculos sociales están destruyendo tanto los vínculos sociales como los familiares. Que los chicos estén tan pegados a las redes sociales hace que no hablen ni con sus amigos. Se mandan mensajes.

– ¿Qué tipo de consultas recibe?

–Estamos viendo patologías muy grandes. Vemos adicciones de todo tipo, a las pantallas, a los videojuegos, pero también adicciones complicadas a sustancias tóxicas, drogas, alcoholismo. Actualmente, la anorexia o la bulimia son patologías típicas en la adolescencia.

–Usted dice que hay un exceso de comunicación virtual y una escasa relación cara a cara. ¿Qué se les puede decir a los padres? ¿Cómo generar un vínculo con un adolescente que está todo el tiempo frente a una pantalla?

–Cuando un chico tiene una computadora, al lado un televisor, un videojuegos y un aparato de música, está claro que esos aparatos no llegaron solos. Los papás compraron, los papás están intercambiando tiempo real por objetos. A mí me están preguntando en España a qué edad deben regalar un teléfono celular.

Días atrás, contesté en un periódico que a los 16 años, y me dijeron de todo por los medios. Porque aquí se están regalando en las comuniones, a los ocho, a los 10 años.

Hay mucho para trabajar con los padres de estos niños y adolescentes, porque si les vamos a regalar un teléfono celular a los 10 años, cómo no queremos que esté enganchado a los 16.

La adicción a las pantallas está promovida por la falta de comunicación con los padres. Los adolescentes están muy solos, y los padres protestan y dicen que están todo el día conectados. Uno pregunta: “¿Intentó conectarse usted con su hijo?”. Dicen: “Están todo el día con el videojuegos”. Y consulto: “¿A qué juega?”. “Ah, no sé”, responden.

A lo mejor, tenemos que aproximarnos al jueguito y aprender cómo se ganan puntos en él. En el tema de la comunicación, no podemos culpar al adolescente; los adultos tenemos que encontrar formas de comunicarnos con ellos.

–Así como hay tratamiento de desintoxicación en la adicción a ciertas sustancias, ¿hay desintoxicación de las pantallas?

–Yo no hago tratamiento específico de desintoxicación a ningún tóxico ni a las pantallas. Para el psicoanalista, la mejor terapia es la palabra para poder armar historias, expresarse, meterse en el mundo inconsciente de cada adolescente y generar comunicación. Cura. La palabra te saca de adicciones varias.

No se trata de ver por qué es adicto a una sustancia como la marihuana o a estar enganchando a pantallas, se trata de ver por qué no se puede comunicar de otra manera, con otras situaciones que ofrece la sociedad: tener amigos, ir al cine, hablar más con los padres, colaborar en las tareas de la casa...

Últimamente, a los padres no se les ocurre que puedan cocinar y comprar. Todo viene muy hecho, y los roles están demasiado predefinidos. Y el adolescente, a veces, siente que no tiene lugar.

Al adulto le es más cómodo hacerlo él que “pelearse”, entre comillas, y decirle al hijo: “Prepara la ensalada”. El adolescente tiene que participar en la vida cotidiana de una casa.

–¿Por qué cuesta tanto poner límites?

–Está ligado a la caída de la autoridad en la sociedad actual. Los padres no saben poner límites porque la autoridad en un tiempo estuvo mal vista y recuperarla parece ser poco democrático.

La gente está confundiendo cierta demagogia con una buena paternidad. Los padres actuales están en una posición muy adolescente: no se autorizan a ser padres. Los adolescentes están muy perdidos porque ¿quién hace de padres?

Tiene que haber siempre alguien que te diga: “Tienes que volver a casa a tal hora”. Tiene que existir un adulto que le diga cuáles son los límites de la vida cotidiana; tiene que generar una cierta confrontación necesaria para que la vida entre generaciones exista.

Muchos padres desisten de ser la autoridad y, al desistir de las funciones paternas, el chico se queda más solo. ¿Qué pasó? Se nos fue de las manos. Generalmente, te dicen: “Usted está planteando que haya una pelea diaria”, o bien, “Usted lo debe decir porque no tiene hijos”.

Hay que poner esa autoridad y no hay que tener tanto miedo. Hay que saber apagar la televisión, retirar un teléfono, mandar a un hijo a dormir. Todo eso se está perdiendo.

(Fuente: La Voz del Interior)

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