La libertad de expresión, como un enemigo jaqueado

La descalificación al periodismo independiente ha sido una modalidad a la que el kirchnerismo ha recurrido frecuentemente, tanto de parte de los funcionarios públicos como de allegados o simpatizantes.

Gabriela Cerruti. (Prensa de Gobierno)
Gabriela Cerruti. (Prensa de Gobierno)

La Fundación LED (Libertad de Expresión + Democracia) dio a conocer su informe anual sobre las limitaciones al ejercicio de la libertad de expresión en la Argentina durante 2022.

Se indica en el informe que fueron relevados 182 casos que a consideración de la organización constituyeron en su momento acciones de censura, tanto directa como indirecta, u otras acciones que restringen o limitan el ejercicio de la libertad de expresión o el acceso a la información tanto a periodistas como a cualquier ciudadano argentino. Se trata de una loable tarea que la organización LED viene llevando a cabo en el país desde hace más de diez años.

Los 2 temas principales que rescata el informe se detienen a la creciente confrontación entre el Gobierno y la prensa y a los ataques y amenazas del narcotráfico tanto a los medios como a periodistas en forma puntual.

También se reiteran aspectos que fueron advertidos por la organización en informes anuales anteriores, como las limitaciones al acceso a la información pública, las iniciativas tendientes a regular el funcionamiento de internet y los habituales ciberataques a portales informativos.

En lo que se refiere a la confrontación entre el gobierno de turno y los medios de prensa, lamentablemente es una situación constante a la que el poder parece no querer poner límites. La descalificación al periodismo independiente ha sido una modalidad a la que el kirchnerismo ha recurrido frecuentemente, tanto de parte de los funcionarios públicos como de allegados o simpatizantes. Un ejemplo lamentable: el ex juez supremo Eugenio Zaffaroni llegó a calificar a los medios independientes de nuestro país como “un partido único, como el de Hitler”. Lamentable. Ocurrió hace un par de años.

También es grave la actitud generalmente agresiva que pone en práctica en sus conferencias de prensa la portavoz presidencial, Gabriela Cerrutti, que con su manera de proceder no respeta su propia investidura institucional. Esta funcionaria llegó a decir públicamente que los medios periodísticos generan “desánimo” entre la población a través de sus “discursos de odio”. Inentendible.

En lo que se refiere al ataque de los narcotraficantes a los medios, es oportuno recordar que poco y nada se hizo desde el poder, tanto a nivel nacional como de la provincia de Santa Fe, cuando en varias oportunidades diarios y televisoras fueron víctimas de amenazas o agresiones de hecho, como tiroteos a sus instalaciones, a los que suelen acompañar mensajes desafiantes. Y el nivel delincuencial es de tal magnitud que la estrategia de los narcos incluyó una concreta amenaza armada contra la familia de la esposa del futbolista Messi, con el impacto mundial que conlleva.

Es de esperar que estas advertencias con respecto al maltrato gubernamental hacia medios y profesionales de la comunicación independientes, no identificados política o ideológicamente con el poder de turno, sirvan para que las autoridades tomen conciencia de que por ese camino solo se suma lejanía con los preceptos de libertad y pluralidad de ideas, con los que se debe convivir en un sistema democrático próximo a cumplir 4 décadas de vida ininterrumpida.

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