El periodismo “mafioso” que imagina el kirchnerismo

El gobierno debería ocuparse de gobernar mejor en vez de echar la culpa de sus errores a los medios.

El gobierno debería ocuparse de gobernar mejor en vez de echar la culpa de sus errores a los medios.
El gobierno debería ocuparse de gobernar mejor en vez de echar la culpa de sus errores a los medios.

La agresión verbal y la descalificación pública parecen ser el recurso corriente de muchos políticos en nuestro país para salir al cruce de críticas o expresiones de disenso.

Una modalidad totalmente desacomodada que no encuentra límites y se reitera cada vez con más frecuencia y desparpajo.

En ese marco, recientemente a la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) se vio obligada a realizar un llamado a favor de la preservación de la libertad de expresión, al condenar públicamente declaraciones de dos políticos vinculados al Frente de Todos.

En uno de los casos la actitud reprochable fue la del candidato a diputado nacional Daniel Gollán, ex ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, que en declaraciones a un medio sostuvo: “Se juega con la cancha inclinada, con un periodismo mafioso que toma partido político”.

Por otra parte, Julián Alvarez, ex funcionario vinculado a la corriente militante oficialista La Cámpora, propuso en un acto de campaña combatir a lo que el kirchnerismo denomina “medios hegemónicos”, es decir, aquellos que investigan y sacan a la luz irregularidades o bien tienen una postura crítica sobre determinadas acciones del Gobierno.

Por estos amenazantes conceptos, Adepa hizo un rápido llamado a preservar la libertad de expresión en el país.

Y añadió que el agravio lanzado por personas influyentes del oficialismo son un “reflejo intolerante y una clara muestra de incomprensión sobre el rol que juegan los medios en el sistema democrático”.

La entidad que nuclea a los medios de nuestro país consideró, también, que dichas expresiones son “más eslabones” de una cadena de descalificaciones que afecta al clima necesario para el ejercicio de la libertad de expresión en el país.

Y señala acertadamente que ese clima “debe ser particularmente preservado en contextos delicados para la vida institucional”.

Con más razón, encontrándonos a las puertas de elecciones legislativas sobre las que hay puestas muchas expectativas en amplios sectores de la sociedad.

Cabe recordar que sobre estos ataques a la libertad de expresión en el país ya alertó Adepa en un reciente informe emitido en sintonía con el balance anual de la Sociedad Iberoamericana de Prensa (SIP), que consignó que la Argentina fue el país de mayor retroceso en materia de libertad de expresión en el término de los últimos 12 meses.

Sería conducente que estos políticos que culpan de sus malos momentos en la función pública al periodismo independiente tuviesen mucho más en cuenta el concepto que, en general, tiene la ciudadanía de sus acciones.

Porque una de las fortalezas ciudadanas en las casi cuatro décadas de democracia en el país es la capacidad de elegir con un nivel de exigencia cada vez mayor.

La misión del periodismo crítico, independiente, no es la de inclinar la cancha, como insinuó el oficialista Gollán, sino la de asumir el compromiso de informar con veracidad, investigar con rigurosidad y fomentar en la ciudadanía el análisis crítico de los hechos.

El gobierno debería ocuparse de gobernar mejor en vez de echar la culpa de sus errores a los medios.

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