Los fondos inyectados por el FMI quedaron disponibles para pagar deuda y financiar el gasto público

El organismo inyectó ayer u$s4.334 millones y las reservas brutas subieron un 10%. El mercado considera que se tendrán que gastar por la fragilidad externa y económica del país.

El presidente Alberto Fernández visitó la provincia de San Juan, donde fue recibido por el gobernador Sergio Uñac.
El presidente Alberto Fernández visitó la provincia de San Juan, donde fue recibido por el gobernador Sergio Uñac.

Las reservas internacionales de la Argentina subieron ayer 10,1% hasta los 46.306 millones de dólares debido a una inyección de Derechos Especiales de Giro (DEG) que hizo el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Como parte de una emisión global, la Argentina recibió 3055 millones de DEG –la “moneda” del Fondo-, lo que equivale a unos 4.334 millones de dólares. En total, los países emergentes y en desarrollo recibirán unos 275.000 millones de dólares.

“La asignación de DEG proporcionará liquidez adicional al sistema económico mundial, complementando las reservas de divisas de los países y reduciendo su dependencia de una deuda interna o externa más cara”, dijo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.

En marzo el FMI resolvió realizar una asignación general de DEG por el equivalente a 650 mil millones de dólares para reforzar la liquidez global afectada por la pandemia, complementando los activos de reserva de los 190 países miembros. Ayer comenzó la distribución según la cuota de participación en el organismo, que para la Argentina es equivalente a 0,67%.

Según Georgieva, los países pueden utilizar el espacio proporcionado por la asignación de DEG para “apoyar sus economías e intensificar su lucha contra la crisis”. En el caso de la Argentina, el dinero estará disponible para pagar vencimientos de deuda y también para financiar el déficit.

Al menos por ahora, los DEG estarán como refuerzo de reservas. Pero como la fragilidad del frente externo es notoria, el mercado entiende que los DEG tendrán “poca vida” en situación. Esto explica que ayer no hubo sobre reacción.

Noelia Bisso, de Rava Bursátil, analizó que la plaza local se mimetizó con las subas de EEUU y comenzó la semana con gran optimismo. El índice Merval ascendió 1,8% hacia los 69.050 puntos. Por otro lado, el dólar contado con liquidación bajó 1%, hasta los 167,55 pesos. Y el denominado dólar blue no se movió de 182.

Datos de la Secretaría de Finanzas y de la Oficina de Presupuesto del Congreso coinciden en que hasta fin de año quedan vencimientos de deuda con organismos por 5.021 millones de dólares, de los cuales 4.532 son con el Fondo Monetario.

El 22 de septiembre es el primer gran compromiso. El Gobierno debe pagar la primera cuota de capital del crédito Stand By que firmó la gestión de Mauricio Macri en 2018. Son unos 1.880 millones de dólares.

Los DGE recibidos ayer son activos de reserva internacional creados por el FMI en 1969. Pueden conservarse como reservas internacionales o utilizarse para cambiar su composición, convirtiéndolos a monedas de libre uso. Esto no se devuelve, no constituyen un préstamo. Y no se contabiliza como deuda.

Así, el Gobierno de Alberto Fernández podría usarlos para pagarle al propio FMI si antes no se firma el acuerdo de facilidades extendidas (SAF, por sus siglas en inglés) por la deuda que ya alcanza los 45.598 millones de dólares por acumulación de intereses y pese a los pagos que ya se hicieron.

Para ese acuerdo faltan dos cuestiones centrales. La primera es la eliminación de los sobrecargos de interés que les aplica a los países que tomaron un préstamo que está por encima del monto al que equivale su cuota de participación en el organismo. Esa eliminación le ahorraría a la Argentina 950 millones de dólares por año.

El segundo punto clave que destrabará la situación y llevará a Fernández a poner la firma es una cláusula ideada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, para que el país pueda migrar a un nuevo programa si en el futuro el FMI crea uno con condiciones más beneficiosas que el SAF.

Ayer, en su visita a San Juan, Fernández habló del tema. Dijo que está “discutiendo” con el Fondo sobre un contrato que “se firmó en una noche en Olivos” y que al país le costó más de 44.000 millones de dólares.

“La discusión con el Fondo no es fácil, nunca lo fue”, dijo el Presidente y repitió que cada vez que llega él a un gobierno, la Argentina está en default. En esa línea, recordó que el país le debía 9.810 millones de dólares al FMI. “Y ahora, otra vez, con la misma discusión. Pero muchos de los que tomaron esa deuda ahora me dicen que hay que arreglar”, se quejó.

En un discurso de corte electoral con la bandera del Frente de Todos atrás, Fernández exclamó: “Yo con el Fondo no voy a arreglar en ninguna cena, voy a arreglar discutiendo, voy a arreglar preservando los derechos de los argentinos, voy a arreglar sabiendo que antes de pagarle al Fondo tengo que pagar un montón de deuda social en la Argentina”.

Y lamentó que la deuda con el Fondo no está en los barrios con casa de adobe ni en un puente ni en una ruta sino que “está en el exterior porque todo fue armado para que la plata entre y salga y siempre pasa lo mismo, unos vivos ganan muchos y millones pierden”.

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