Finanzas: el 2021 podría cerrar con superávit operativo

El CEM analizó las cuentas provinciales de 2011 a 2021. Si se dan ciertas condiciones, se lograría el mejor resultado de los últimos trece años.

Entre octubre de 2020 e igual mes de este año se destinaron $ 32.259 millones a gastos de capital, como las mejoras viales. Foto: Mariana Villa / Los Andes
Entre octubre de 2020 e igual mes de este año se destinaron $ 32.259 millones a gastos de capital, como las mejoras viales. Foto: Mariana Villa / Los Andes

El Consejo Empresario Económico (CEM) presentó el informe “Finanzas provinciales 2011-2020 y cierre 2021″, con análisis de datos públicos hasta octubre. Un aspecto destacado es que está la posibilidad de que, si se dan ciertas condiciones, por primera vez en más de diez años habría un superávit operativo del 1% en las cuentas provinciales (desde 2008, han sido valores negativos).

El informe analiza las ejecuciones presupuestarias de los 10 últimos años, una década con estancamiento económico, inflación alta y persistente, falta de creación de empleo privado registrado y pobreza creciente. La pandemia complicó una economía ya debilitada, y eso también afecta al sector público provincial, con mayor incidencia de recursos nacionales y mayor dependencia de los recursos tributarios.

El presidente del CEM, Federico Pagano, afirmó que para la entidad “es una prioridad” generar información necesaria “para que la población mendocina pueda controlar el avance de las cuentas públicas”. Además, el material es un insumo para el gobierno provincial para poder revisar cómo va el avance de su gestión en implementación presupuestaria y demás.

Pagano también remarcó que Mendoza depende de la macroeconomía nacional y que es importante gestionar bien los recursos. “La mayor parte de los recursos provinciales tiene que ver con lo que llega desde la Nación, eso debemos reconocerlo. Es importante también que la provincia haga una gestión muy fuerte y, en los casos que corresponda, a nivel judicial, para recuperar o al menos equiparar lo que le corresponde a la provincia”, agregó.

Gustavo Rivarola, asesor económico del CEM, comentó: “Estimamos que el año cierre con un ahorro corriente cercano al 9% de los ingresos corrientes y, por primera vez desde 2008, con un superávit operativo del orden del 1%. Si este fuera el caso, estaríamos frente a una situación excepcional pues sería la primera vez, en más de una década, que Mendoza cerraría el año con superávit operativo”.

Este superávit sería consecuencia del mayor orden fiscal observado desde 2016, que inicialmente y aún con oscilaciones, permitió recuperar el ahorro corriente y luego, reducir el déficit operativo hasta equilibrarlo. De todos modos, el economista aclaró que el resultado final dependerá del comportamiento de los gastos corrientes y de la inversión pública en los últimos meses del año.

Un año excepcional

En el análisis es importante diferenciar ahorro corriente de superávit operativo. En términos generales, ese ahorro es la diferencia entre ingresos corrientes (ingresos por impuestos, regalías y otros) y gastos corrientes (salarios y otros vinculados al funcionamiento del Estado). Es importante cuidar el ahorro corriente, pues a ese ahorro después se le suman los recursos de capital y se restan las erogaciones de capital, que incluyen las inversiones públicas. De esa cuenta resulta el superávit o déficit operativo.

Para ilustrarlo, si una familia recibe ingresos mensuales por $ 100 (ingreso corriente) y gasta $ 90 en aspectos como comida y transporte (gastos corrientes), ahorra $ 10 por mes que puede invertirlos en arreglar la casa. Si además utiliza $ 9 en arreglar la casa (erogaciones de capital), al final del mes le quedará $ 1 de superávit operativo. En cambio, si arreglar la casa le cuesta $ 15, no le alcanzará con los $ 10 que tiene y deberá endeudarse en $ 5 (déficit operativo).

En el Gobierno de Mendoza analizaron los datos del informe y resaltaron que se destaque el cambio de tendencia que ocurrió a partir de 2016-17 en materia de gasto público para tener un superávit corriente. De todos modos, advirtieron que la posibilidad este año de terminar con un superávit operativo se da en el marco de “un año excepcional” con una subejecución del plan de obras públicas, por lo que es difícil que se repita en 2022.

“Nosotros vamos a sostener el superávit corriente. Ya desde 2017 venimos presentando resultados superavitarios, pero el año que viene hay un plan de obra pública más fuerte y tenemos estimado un creciente gasto en transporte”, comentó un alto funcionario. En su mirada, es muy difícil que una provincia con muchos años de déficit pase rápido a tener superávit, sino que “es un trabajo de a poco”.

Recursos y erogaciones

Antes de profundizar en el ahorro y en la cuenta final, es conveniente observar los recursos y erogaciones de las cuentas provinciales. Vale mencionar que, en los últimos años, los gastos corrientes vienen creciendo a un ritmo menor que los ingresos. De los recursos corrientes, en 2020 fueron $ 163.446 millones, $ 70.941 mm de origen provincial y $ 92.505 mm de origen nacional.

La incidencia de los ingresos de origen nacional ha aumentado, desde el 50% de los recursos corrientes en 2019 al 58% en 2021. La mayor parte es la Coparticipación Nacional y Regímenes Especiales (son el 89% de los recursos nacionales durante la última década), seguidos por los Aportes No Reintegrables (ANR). También están los aportes de Coparticipación Vial y del Fondo Nacional de Incentivo Docente, en torno del 3%.

Los recursos corrientes de origen provincial se pueden dividir en recursos tributarios, como Ingresos Brutos, Automotor, Inmobiliario o Sellos y Tasa de Justicia, y en no tributarios, que incluyen las regalías hidrocarburíferas. En los últimos 12 meses analizados (de octubre a octubre), los recursos provinciales han caído un 9%, en especial por una disminución del 30% de los no tributarios.

En cuanto a las erogaciones totales, en 2020 fueron de $ 172.567 millones, dividido en $ 159.974 mm de erogaciones corrientes y $ 12.593 mm de erogaciones de capital. Las corrientes implican al personal, locación de servicios, bienes corrientes, transferencias a municipios y otros, mientras que las de capital se vinculan a la obra pública. De octubre de 2020 a octubre de 2021, se erogaron $ 237.767 millones ($ 206.508 mm de corrientes y $ 31.259 mm de capital).

“Entre 2011 y 2020 las erogaciones corrientes representaron, en promedio, el 92,2% de las erogaciones totales”, comentó el asesor económico. Se distinguen 4 sub-períodos: en 2011, el gasto corriente rondaba el 88% del total; en 2012-2016, su incidencia se elevó a 94% promedio; en 2017-2019, las erogaciones corrientes se reducen al 91%; y en 2020 repuntan al 93% en el marco de Covid-19. En cambio, las erogaciones de capital (como inversión pública), apenas superaron el 7% en 2020.

En busca del superávit operativo

Como se comentaba, la diferencia entre ingresos corrientes y gastos corrientes es el ahorro corriente. En general, las erogaciones de capital se financian con ahorro corriente, resultados de ejercicios anteriores o financiamiento. Dicho en otras palabras, si hay ahorro, se pueden ejecutar obras públicas e inversiones financieras.

De ahí se pasa al resultado operativo, que es la diferencia entre ingresos totales (recursos corrientes más recursos de capital) y erogaciones totales (erogaciones corrientes más erogaciones de capital). Desde 2011 hasta 2020, todos los años terminaron con un resultado negativo. Por ejemplo, en 2020, hubo ingresos totales por $ 170.185 mm y egresos totales por $ 172.567 mm, un déficit operativo de $ -2.382 mm (-1,5 %).

“En los primeros años de la serie analizada, las finanzas provinciales se caracterizaron por el deterioro paulatino del resultado operativo, desde el último superávit en 2008 hasta alcanzar el máximo déficit en 2015, 13,5% de los recursos corrientes. Sin embargo, entre 2016 y 2020, y con la sola excepción de 2019, la tendencia cambia sustantivamente, mejorando el desempeño fiscal hasta alcanzar un déficit operativo de sólo 1,5% en 2018 y también en 2020″, analizó Rivarola.

¿Y en 2021? En los primeros 10 meses del año, el ahorro corriente asciende a $ 32.648 millones, con un resultado operativo superavitario de $ 25.066 mm (12,6 %). Sin embargo, el análisis histórico señala que el resultado operativo a fin de año es menor -entre 6 y 11 puntos porcentuales- que el devengado a octubre.

“Considerando que este año se llega a octubre con un superávit aún mayor que el de 2018, entendemos probable que el resultado operativo pueda ubicarse en torno del 1% al cierre de 2021″, afirmó el asesor económico del CEM. Sería una situación que no se ha dado en más de una década, pero requiere de ciertas condiciones.

Es que, para estimar el resultado operativo de 2021, se definen 3 escenarios que dependen de la evolución de los recursos y erogaciones corrientes y de capital (escenario de tendencia, histórico o medio), que se cruzan con otros 3 escenarios en relación al déficit de capital (alto, bajo o medio). Al analizar los 9 escenarios posibles, consideran que el año cerrará con un resultado corriente positivo (cercano a los escenarios tendencia y medio) y un déficit de capital del escenario medio.

“De la combinación de ambos, estimamos un resultado operativo superavitario del orden del 1% de los recursos corrientes. La clave estará en el comportamiento de los gastos corrientes y de las erogaciones de capital en el último bimestre en curso”, analizó Rivarola.

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