El FMI le pidió a Sergio Massa “políticas más fuertes” para la Argentina, entre las que incluye subir el dólar

El organismo internacional reconoció en un comunicado oficial que el Gobierno cumplió con las metas, hasta el momento. Pero exige correcciones porque teme que la crisis y la sequía lleven a un incumplimiento.

El ministro de Economía, Sergio Massa, mantuvo el miércoles un encuentro con la subdirectora Gerenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath.
El ministro de Economía, Sergio Massa, mantuvo el miércoles un encuentro con la subdirectora Gerenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió este sábado al gobierno de Alberto Fernández, pero por sobre todo al ministro de Economía Sergio Massa, adoptar “un paquete de políticas más fuerte” frente a la crisis económica y la sequía histórica que atraviesa el país, tras girarle 5.400 millones de dólares.

En el contexto de la grave sequía, inflación creciente y cobertura de reservas débil “es necesario un paquete de políticas más fuerte para salvaguardar la estabilidad, abordar los reveses y asegurar los objetivos del programa”, señala el organismo internacional en un comunicado difundido este sábado.

El 25 de marzo de 2022, el FMI y el gobierno argentino acordaron un programa crediticio en virtud del cual el país sudamericano recibe 44.000 millones de dólares a 30 meses, de los que ya cobró 28.900 millones con los 5.400 girados en las últimas horas.

Este acuerdo obliga al gobierno del presidente Alberto Fernández a aumentar sus reservas internacionales, es decir el dólar, y reducir el déficit fiscal de 3% del Producto Interno Bruto en 2021 a 2,5% en 2022, 1,9% en 2023 y 0,9% en 2024.

En 2022, el déficit alcanzó el 2,3% del PIB y las reservas internacionales netas aumentaron en 5.400 millones de dólares, por encima de la meta de 5.000 millones.

El directorio ejecutivo del Fondo concluyó el viernes la cuarta revisión del acuerdo, lo que permitió el desembolso inmediato de 5.400 millones de dólares, y también aprobó algunos ajustes “a la baja” en los objetivos de acumulación de reservas debido a las consecuencias de la sequía.

La organización estima que los criterios cuantitativos hasta fines de diciembre de 2022 “se cumplieron con cierto margen”.

“Políticas macroeconómicas más prudentes en la segunda mitad de 2022 respaldaron una moderación de la inflación y mejoras en los saldos fiscal y externo”, reconoce Gita Gopinath, números dos del FMI, citada en el comunicado.

Pero “la situación económica se ha vuelto más desafiante desde principios de este año a la luz de la sequía cada vez más severa y los reveses de políticas”, afirma.

Lo mismo dijo hace tres días el presidente centroizquierdista Fernández en una reunión en la Casa Blanca con su homólogo estadounidense, Joe Biden, cuyo país es el principal contribuyente financiero del FMI.

La sequía que atraviesa el país, la peor desde 1929, “ha complicado mucho” la economía, explicó Fernández, quien afirma haber obtenido el apoyo de Biden ante los organismos de crédito internacionales.

Pero Gopinath, quien se reunió el miércoles con el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, en Washington, insiste en que, a pesar de todo, “alcanzar el objetivo de déficit fiscal primario del 1,9 % del PIB para 2023 sigue siendo esencial para respaldar la desinflación y la acumulación de reservas, aliviar las presiones financieras y fortalecer la sostenibilidad de la deuda”.

Para ello Gopinath no descarta que “se requiera un endurecimiento adicional de la política macroeconómica y modificaciones” a la política cambiaria.

El Fondo quiere que el gobierno argentino siga aplicando medidas para eliminar las subvenciones energéticas a las personas con más recursos y a los usuarios comerciales.

Y que se “mitigue” el costo de la nueva moratoria de pensiones a través de “regulaciones estrictas” para aplicarla solo a las personas más vulnerables.

“Las tasas de interés reales deberían permanecer lo suficientemente positivas para hacer frente a la alta inflación y respaldar la demanda de activos en pesos”, añade, sin excluir “aumentos adicionales”.

Argentina tiene un mecanismo de control de cambio con un tipo oficial y varios tipos de cambio paralelos.

Sin embargo, “deben evitarse las intervenciones en el mercado cambiario paralelo utilizando reservas o instrumentos de deuda externa a corto plazo”, recomienda Gopinath. y a medida que las condiciones lo permitan, “las medidas de gestión de flujos de capital, las prácticas de moneda múltiple y las restricciones cambiarias también deberían eliminarse”, sostiene la subdirectora de la organización.

El país registró en 2022 un crecimiento del 5,2% del Producto Interior Bruto (PIB), pero la inflación siguió siendo muy alta y cerró el año en 94,8%, un récord en más de tres décadas. La mayoría de los bienes cuestan el doble que el año pasado en las mismas fechas, en un país donde la pobreza alcanza al 39,2% de la población, según cifras oficiales.

Hace una semana, la agencia Fitch Ratings rebajó la calificación de la deuda en moneda extranjera de Argentina de CCC- a C, el nivel más bajo por encima del impago, porque considera que el incumplimiento es “inminente”.

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