El costo de alquilar oficinas bajó hasta 50% por falta de demanda

Tras la etapa más estricta del aislamiento, muchos profesionales salieron a buscar un nuevo lugar de trabajo. Para reducir sus costos, muchos de ellos se inclinaron por los espacios compartidos.

Para reducir sus costos, muchos de ellos se inclinaron por los espacios compartidos.
Para reducir sus costos, muchos de ellos se inclinaron por los espacios compartidos.

En tiempos de pandemia, la demanda de oficinas se redujo de forma sustancial en Mendoza, obligando a los propietarios a bajar hasta 50% el valor de los alquileres para retener a sus inqulinos. Así lo aseguraron los corredores inmobiliarios de la provincia, quienes dieron cuenta de la dificil realidad que enfrenta el sector con el crecimiento del “home office”.

Para muchos profesionales en la actualidad decidir entre una oficina o un espacio compartido, además de la comodidad que implica, es una cuestión de costos. Algunos deciden mudar sus operaciones a las salas privadas de un co-working para trabajar con mayor comodidad, otros optan por agruparse por sectores y compartir los gastos fijos que conllevan el mantenimiento de un bufete. Desde distintas perspectivas, influidas en gran medida por las consecuencias que trajo aparejadas la pandemia, el desarrollo de sus tareas se realiza bajo tendencias que pueden perdurar en el tiempo. Por lo pronto, aumentan las consultas por precios, servicios y ofertas.

“La demanda de oficinas, en Mendoza, principalmente está movilizada por los profesionales independientes. Ellos buscan espacios de entre 50 hasta 100 m2. Esa gente, más allá de que pueda hacer home office, necesita de un lugar para poder desarrollar sus actividades”, sostuvo Estanislao Puelles Millán, presidente del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios. Desde su punto de vista, existe una caída en la demanda de oficinas y hay una migración de algunos trabajadores que ofrecen servicios unipersonales a otros lugares. No obstante, cree que esa tendencia cambiará y volverán a las oficinas cuando finalice la pandemia.

En el mercado mendocino, en tanto, el alquiler de una oficina céntrica -a pocas cuadras el kilómetro cero- con un amplio ingreso y una superficie total de 95m2 cuesta $ 24.000; compite con otra de 60 m2 sobre Av. San Martín casi Peatonal, que cuesta $ 26.000 mensuales más expensas. Hay otra en calle Rivadavia, casi esquina 9 de julio, entre las primeras 20 opciones en la web Inmoclick, que destaca en el aviso que el inmueble es apto para el uso como coworking por $23.000 más expensas. “Muchos profesionales se juntan y alquilan un espacio, comparten los gastos fijos, incluso aquellos que no pertenecen a la misma profesión”, comentó el titular del colegio de corredores inmobiliarios.

Necesidades y transición

“Mendoza, al no tener grandes corporaciones trabajando que ocupan grandes espacios, tiene un mercado de oficinas con espacios entre medianos o chicos”, sostuvieron desde el Colegio profesional. Por su parte, el desarrollador y corredor inmobiliario, Roberto Furlán explicó que a raíz del cierre y de las restricciones de circulación a causa de la pandemia, que comenzó el año pasado, muchos alquileres tendieron a adecuarse a la baja del trabajo de las oficinas y también incluyo a los comercios; “Las oficinas bajaron sus precios entre un 30% y 50%, al igual que los locales comerciales”, señaló.

“Con la implementación del home office como modalidad de trabajo, muchos profesionales o empresas llevaron la relación laboral a un espacio virtual. En el caso de las profesiones que no dependen tanto de la atención presencial, mudaron el trabajo a sus casas y buscaron lugares alternativos para reunirse con sus clientes. No es ese el caso de los médicos o abogados, que necesitan de un espacio adecuado para la atención de sus clientes”, señaló Roberto Furlán.

Nuevas demandas

El influencer para emprendedores, César Dabián, al hablar de los negocios más rentables para el 2021, contó que en el mundo muchas personas están considerando que los espacios en sus casas para el trabajo no son los apropiados por todos los distractores que encuentran y están saliendo a buscar espacios que les permitan una mayor concentración. En Mendoza, esta demanda recayó en los co-workig.

“Antes de las restricciones tuvimos mucha gente trabajando en el espacio común, pero desde que terminó la cuarentena el panorama fue distinto, porque nos comenzaron a pedir oficinas privadas. La mayoría de nuestros clientes son profesionales, abogados, contadores o arquitectos, que antes tenían una oficina tradicional en la zona céntrica y ahora están buscando algo más económico donde ir a trabajar”, contó Gerardo Maure, de Alem Workplace. En el mercado, a la oferta, algunos espacios que reúnen estas características se ofrecen -por media jornada- con todos los servicios incluidos, por un pago mensual de $ 14.000.

Otra opción en nuestra plaza, son los edificios inteligentes y los espacios diseñados para la instalación de oficinas con acceso a la tecnología. Fuentes de Redcouch, un espacio de coworking en la calle Emilio Civit, señalaron que desde su apertura en noviembre el espacio común ha tenido un alto grado de aceptación y de reservas, mientras que los espacios reservados para las empresas tienen una ocupación cercana al 70%. “No tenemos puestos individuales para alquilar, son oficinas destinadas para empresas. Ellas pagan una membrecía mensual y rotan la gente que va a trabajar todos los días”, detallaron desde la firma que comenzó alquilando espacio común frente a la Universidad Mendoza.

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