Crisis: desempleo y deuda, el equilibrio nunca deseado

El autor hace un repaso del deterioro del mercado laboral y acusa al Estado de “mala praxis” en el manejo de las cuentas públicas de la provincia.

Mendoza se encuentra en una de las crisis económicas más grandes de los últimos 30 años. / Foto: ilustración: Gabriel Fernandez.
Mendoza se encuentra en una de las crisis económicas más grandes de los últimos 30 años. / Foto: ilustración: Gabriel Fernandez.

Mendoza se encuentra en una de las crisis económicas más grandes de los últimos 30 años. La pandemia, vino a profundizar los problemas recesivos que ya arrastra la provincia desde hace tiempo. Si bien el dato de la DEIE aún no fue informado, se estima que la caída del Producto Bruto Geográfico (PBG) para 2020 rondará el 10%, acumulando tres años de fuerte recesión y con un tamaño de la economía en niveles de 2007, un retroceso de 14 años.

Mendoza tuvo una actitud pasiva al momento de estimular la actividad económica y esta pasividad en el frente económico tuvo que ver con una difícil situación financiera, en la que los recursos perdidos en el frente de Intereses de Deuda en el período 2016-2019 por el sobreendeudamiento en moneda extranjera, dejó sin fondos a la provincia, pero también la dejó sin crédito y sin espacio fiscal para financiar la recuperación.

En un momento, cuando todos los países del mundo expanden sus déficits fiscales para sostener empleos (Chile 10 % de PBI, EEUU anunció un plan de estímulos por 1,9 billón de dólares), Mendoza no tiene defensas.

La poca capacidad de respuesta del Estado para sostener empleos y Pymes, llevó al gobierno a tener una actitud laxa en el frente sanitario. A pesar de esto, la economía nunca respondió; todo lo contrario, muestra índices peores que los promedios nacionales.

Dos indicadores que aproximan el daño a la economía son los datos de empleo y de recaudación. Analizamos, esta vez, los problemas de desempleo.

Los datos de empleo (según CEM) muestran que, en el año de pandemia, Mendoza no pudo contener empleos en el nivel que lo hizo el promedio nacional. La tasa de desocupación se aceleró muy por encima del promedio del país.

Desde el segundo trimestre de 2019, al segundo trimestre de 2020, el desempleo aumentó un 74% en Mendoza, mientras que el promedio nacional por el mismo período, la desocupación creció un 23 %, es decir que Mendoza destruyó empleos un 214 % más que el resto del país.

Si analizamos el período 2016-2019, Mendoza aumentó un 100% la tasa de desempleo, mientras que a nivel nacional se incrementó un 14%. Es decir que Mendoza, para ese período, expulsó personas del mercado laboral siete veces más que el promedio nacional.

Hoy la provincia ha entrado en una dinámica de destrucción de empleo preocupante. Si no se ataca rápido esta situación, vamos hacia un escenario de desocupación “estructural”. Mendoza nunca vio, de manera sostenida, índices de desocupación de dos dígitos. Siempre estuvo en la mitad de la tasa promedio nacional y ahora la iguala.

De la austeridad a la pobreza

Mendoza se quedó sin herramientas financieras y económicas por la grave crisis que enfrentaba en la situación pre-Covid 19. Es decir, que no tiene (ni generó) las herramientas para poder aplicar medidas de sostén y de estímulo al sector privado que le permitan, en momentos críticos como el actual, servir de salvavidas financiero para superar la crisis y llevar adelante políticas activas para dinamizar el empleo y la actividad económica. Pero, ¿por qué ocurrió esto? Por la pesada carga de deuda, y lo que “la deuda se llevó …”

Deuda, un cepo al desarrollo

Según datos del Ministerio de Hacienda de la Provincia, mientras el Stock de Deuda medido en pesos se multiplicaba por cinco en el período 2015-2019, y los flujos de fondos sacrificados por el pago de intereses de deuda acumulaban más de $ 23.500 millones para ese mismo período, la tasa de desempleo se duplicaba en la provincia, pasando del 4,4% en 2016 al 8,8% en 2019, y el PBG caía un 4,8% (DEIE) en el acumulado de esos cuatro años. Hoy, la situación es todavía peor. Si la deuda se multiplica, al mismo tiempo que la capacidad productiva se achica, no solamente se produce el default ¨financiero” por la imposibilidad de generar recursos para repagar la deuda tomada (más intereses), sino que también se avecinan los dañinos efectos sobre las variables socio-económicas, en una especie de default “económico y social”.

Algunos datos para el análisis: el peso de la deuda sobre los recursos corrientes era del 40% en 2015, y en 2019 pasó a ser del 56%, lo que significa un crecimiento del 40%. Asimismo, el peso de los intereses de la deuda sobre las erogaciones corrientes en 2015, representaban apenas 2,7% y en 2019 treparon al 9%.

Otro dato contundente, es que en los últimos cinco años se pagó un 50% más en intereses de la deuda ($ 31.450 millones) que lo que se invirtió en obra pública ($ 20.882 millones)

Una de las claves de estos desequilibrios, fue la colocación, por parte del Gobierno de Mendoza, del Bono en Dólares por 500 millones de dólares, en mayo de 2016 (luego ampliado en U$S 90 millones) a una tasa en ¨niveles especulativos” del 8,37 % en dólares, lo que dolarizó y extranjerizó la deuda provincial, dejándola a merced de la potente devaluación del peso, lo que, sumado a períodos de alta inflación, tornarían insustentables las finanzas del Estado mendocino. Fue una verdadera maniobra de “mala praxis” financiera.

Los intereses de deuda no sólo representan el costo financiero por el uso del capital, sino también el costo de oportunidad de todo lo que no es posible hacer con ese dinero. Es decir que los intereses de deuda son el gasto improductivo por naturaleza, El impacto se puede medir en las escuelas no construidas, las viviendas no entregadas, los créditos no otorgados y los empleos perdidos. El desempleo es otra de las caras de la mala praxis financiera del Estado mendocino, debido a que el enorme e ineficiente peso de la deuda no puede seguir siendo la traba para el desarrollo de Mendoza y sus motores productivos. Lamentablemente, el único equilibrio en la economía mendocina, es el de la crisis financiera y el aumento del desempleo.

*El autor es miembro del Equipo Económico del Partido Justicialista.

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