Diseñar un proceso para no cometer errores del pasado - Por Paula Allasino

La idea del banco público surge luego de lograr equilibrar los gastos corrientes de la provincia.

Diseñar un proceso para no cometer errores del pasado - Por Paula Allasino
Diseñar un proceso para no cometer errores del pasado - Por Paula Allasino

Aquellos países que logran de manera más eficiente la canalización del ahorro hacia la inversión productiva, tienen mayores tasas de crecimiento en sus economías. Lo propio sucede con los estados y provincias en la mayoría de los países.

En parte porque el sistema financiero facilita la intermediación entre las familias, empresas e instituciones con excedentes de fondos hacia aquellos con necesidades para invertir, producir, comprar o realizar pagos por encima de sus ingresos disponibles.

Las recurrentes crisis financieras a nivel nacional y la pésima experiencia de Mendoza en los '90 con la privatización y posterior liquidación de los bancos públicos, no son precisamente el mejor precedente sobre el cual construir confianza. La consecuencia de estas malas experiencias es el reducido tamaño y la escasa permeabilidad del sistema financiero en Argentina y en particular en Mendoza.

Sólo 4,9% de los ingresos anuales se ahorran en el sistema financiero, menos del 50% de los mayores de 15 años tiene una cuenta bancaria y el tamaño del sistema financiero no llega al 13% del PBI (comparado al 50% promedio en América Latina), todos indicadores por debajo del promedio de la región.

La contracara es un escaso nivel de inversión que en última instancia impide el crecimiento de la economía, de los salarios y de la productividad.

La idea del banco público surge como consecuencia de un análisis basado en el conocimiento, el cual ha sido posible luego de lograr equilibrar los gastos corrientes de la provincia. Años atrás hubiese sido imprudente hablar de la idea de constituir una banca (mixta, como es la que pretendemos), ya que nos encontrábamos con un estado desfinanciado, "bobo" en su manejo, constituido más de una vez como un mero empleador más que como un administrador del erario público.

Este Gobierno ha devuelto la confianza en la buena administración de los recursos, puntapié inicial para allanar el camino a la inclusión financiera, ampliando el acceso de instrumentos confiables de ahorro e inversión. Un banco provincial facilitaría el logro de estos objetivos siempre que no se repitan los errores del pasado.

Para ello es indispensable un marco legal de largo plazo que tienda a limitar el aporte del Estado y complementarlo con aportes y gestión del sector privado.

Una vez más, la clave es la confianza de los ahorristas la cual debe basarse en la solidez institucional del banco y la cobertura a los vaivenes de los distintos partidos políticos que gobiernen la provincia.

En la medida que esta solidez institucional se logre se podrá acelerar el proceso de inclusión financiera y canalizar el ahorro, no sólo para dinamizar la actividad productiva de la provincia sino también para solucionar otro gran déficit histórico: el habitacional.

Pero hablar del diseño del banco provincial no puede ser el deseo de un desvelado, debe ser un proceso maduro, alimentado de las experiencias que la historia nos ilustra, para, y vuelvo, no cometer los errores del pasado. El amiguismo y el oportunismo deben dejarse de lado. No se fomentará un productor de empleos sino un facilitador del mismo. Ese es el circulo virtuoso en el que creemos y por el cual apoyamos y trabajamos en la idea de volver a constituir una banca provincial, con un marco estatutario "fuerte" y la convicción de que somos capaces de ejercer una buena administración, como la experiencia actual lo demuestra.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA