La experiencia paranormal que vivió Alejandro Fantino en su casa al leer un tratado sobre el origen del mal

El periodista relató una extraña situación que vivió un sábado por la noche. Hasta sus perros comenzaron a ladrar y a ponerse en actitud defensiva.

El conductor no puso pasarla bien en toda la noche.
El conductor no puso pasarla bien en toda la noche.

Alejandro Fantino sorprendió a todos cuando confesó que en una ocasión sufrió una terrible experiencia sobrenatural a la que todavía no encuentra explicación. Sucedió en su propia casa, en El Tigre, y fue solo hace algunos días. Lo que más lo sorprendió fue la reacción defensiva de sus perros, que ladraban “como si alguien hubiera entrado en la casa”.

Estaban junto a los panelistas de Fantino a la tarde, programa que conduce, cuando comenzó a contar: “No les voy a inventar nada, me pasó. Si sos impresionable con estas cosas, bancala”, advirtió.

“Dos y cuarto de la mañana, solito en mi casa de Tigre. Llevo la lora a mi oficina, apago las luces, prendo un velador, los perros durmiendo. Todo apagado. Tenía un libro viejo, estaba laburando sobre unos textos de San Agustín”, comenzó, para explicar que se había enganchado con un texto que se llama “Tratado de la caída del demonio”, de Anselmo De Canterbury. Aclaró además que no eran textos satanistas, sino de “un tratado medieval sobre el origen del mal”.

Pero acá es donde el relato comienza a ponerse turbio: “Al rato, escucho que me hablaban en la habitación donde duermo, me levanto, voy a la habitación y estaba el televisor prendido. Pensé que lo había olvidado prendido. Lo apago. Cuando estoy saliendo del pasillo estaba el televisor prendido de abajo. Bajo y también estaba prendido el de el living y el de la cocina, literal”.

Cuando el miedo lo tomó por sorpresa

Como todavía no notaba nada raro o sobrenatural, el conductor decidió terminar el escrito: “Apago, vuelvo, me siento a leer el tratado de nuevo y empiezan a ladrar los perros como si hubiera entrado alguien a la casa, miraban para arriba”. Y fue en ese momento que comenzó a preocuparse.

Pero no fue nada comparado al momento en que iba a dar vuelta una página, donde había una imagen del demonio dibujado por el autor. “La lora gira la cabeza, se le abren las alas, vuela por toda la oficina hasta el fondo y choca contra una pared, se queda agarrada a la pared”, sostuvo. “Hay una energía siniestra”, dijo entonces uno de los panelistas.

Sin embargo, no fue sino hasta la mañana que pudo estar tranquilo: “Pongo el libro, me voy a la habitación y el velador estaba titilandoMe dormí y soñé toda la noche cosas horribles, me levanté revuelto del estómago. Como decían los medievales que cuando el demonio quería entrar a tu cuerpo lo rechazabas y te quedabas con malestar en el estómago”.

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