Comprendernos como parte del cosmos nos ayuda a aceptar que nuestros tiempos de vida humana son efímeros cuando son incluidos en los grandes ciclos planetarios. El 2020 estuvo marcado por la conjunción Saturno-Plutón -contacto con el dolor, reorganización de potencia- y ha puesto a toda la humanidad a prueba pues nos condujo a una detención estresante y nos obligó a mirar toda nuestra vida con mayor atención para redefinir acciones. Nos atraviesa a todos un paradójico proceso de estrés y “parate” pero que, también, se volvió un tiempo único para nuestra vida.
Los movimientos planetarios muestran que estamos atravesando un período de transición, en unos años los planetas más lentos irán cambiando de signo y generando nuevas sintonías para la vida en la Tierra.
El año 2020 cambió todos nuestros planes, nos sacó de la inercia en la que vivíamos y nos obligó a volver a mirar. Toda la humanidad reobservando sugiere que otra forma de conciencia debe estar emergiendo.
La pregunta es: ¿sabremos aprovechar esta masiva detención estresante para descubrir una forma más solidaria de vivir entre nosotros y de cuidar al planeta Tierra?
Al finalizar este particular año 2020 tendremos una conjunción de Júpiter y Saturno en grado cero de Acuario que enfatiza la urgencia de empezar a vivir diferente. Será prioritario -para no colapsar- renovar nuestras creencias, reinventarnos y redireccionar nuestra forma de vivir en el mundo.
El encuentro de Júpiter y Saturno se da cada 20 años, pero el del 21 de diciembre 2020 se hace en grado cero de Acuario y se asocia a “arrancar de cero”.
Las herramientas “acuarianas” -como Internet y la virtualidad- serán prioritarias para un mejor funcionamiento de la humanidad que se viene. Lo acuariano es también conciencia comunitaria, sabernos parte de la gran red humana y asumir nuestra responsabilidad sobre otros reinos de vida: mineral, vegetal y animal.
Acuario es conciencia de unidad: comprende que aquello que perjudica a uno nos perjudica a todos. Los tiempos venideros traerán aprendizajes que forzarán a diluir fronteras y a superar límites políticos, sociales y religiosos; a encontrar nuevas formas de relacionarnos con mayor igualdad y mutua colaboración.
En este sentido, será imperioso tomar decisiones drásticas en la Economía Mundial, porque los efectos devastadores sobre la naturaleza y el ecosistema se harán sentir cada vez más; la tierra viene anunciando su deterioro y expresando las consecuencias con el efecto invernadero. Debemos encontrar formas muy diferentes de convivir y de generar recursos en este planeta.
El cambio ya esta en proceso -la conjunción de Saturno y Plutón de enero 2020 comenzó a derrumbar el viejo orden- y el 2021 se anuncia como un año revolucionario que nos pondrá a prueba pero habrá que estar atentos si de verdad estamos a la altura de este desafío.
¿Podremos cimentar ese mundo más cuidadoso y compasivo que la mayoría soñamos pero que no terminamos de comprometernos en construir?.