Bossi, retrato de un aventurero

Científico, inventor, navegante, fotógrafo y una de las personalidades más osadas que hayan pisado el suelo mendocino. La increíble historia de Bartolomé Bossi.

Entre 1855 hasta 1859 vivió en la ciudad de Mendoza un afamado aventurero italiano llamado Bartolomé Bossi, quien se dedicó en estas tierras a realizar distintas actividades artísticas, económicas y culturales.

Además de sacar fotos, fue pintor, tipógrafo, viajero, cónsul, minero, escritor, periodista, explorador capitán de barco y un poderoso empresario en el rubro de la navegación fluvial.

En esta página intentaremos contar un poco más de su vida en nuestro suelo.

Nacido para la aventura

Bartolomé Bossi nació el 13 de agosto de 1817 en Porto Maurizio, hoy Región de Liguria - antiguamente había pertenecido a la República de Génova-.

En 1838 llegó al Río de la Plata y estudió en la Escuela de Náutica de Buenos Aires. Fue un gran amigo y seguidor del patriota italiano Giussepe Garibaldi en sus luchas rioplatense y en las ideas de libertad.

Se casó con la hija del general argentino Castro Cáceres y de ese matrimonio nacieron sus dos hijos. Con el afan de realizar nuevos negocios partió hacia América del Norte y Europa, luego regresó a nuestro país y se instaló en Mendoza por un tiempo. Volvió a Buenos Aires y se incorporó a la marina mercante como capitán. También como pintor realizó varias pinturas sobre temas marinos.

Entre otras de sus iniciativas por aquellos años, presentó en Uruguay un proyecto para la ejecución del puerto de Montevideo. Aunque esta idea no prosperó, aprovechó para radicarse en la capital Oriental en donde estableció una imprenta que publicó interesantes libros de ciencia. Además, Bossi realizó una expedición a su costa, al Mato Grosso de la que dejó valiosas referencias en un libro publicado en París.

El timón de América

En 1865, se dedicó a la navegación y creó su propia empresa en el Río de la Plata y fue  pionero en implementar el servicio denominado "vapor de la carrera" entre Buenos Aires y Montevideo. Su nave a vapor denominada "América" sufrió en 1871 una terrible tragedia al incendiarse y naufragar en el Río de la Plata.

La prensa porteña acusó a Bartolomé Bossi de ser responsable de ese luctuoso hecho en el que murieron un centenar de personas, y tuvo que marcharse a Chile. Allí ocupó el cargo de cónsul de Uruguay en Valparaíso. A pesar de aquella difícil prueba que tuvo que superar, su espíritu de aventura se mantuvo intacto y ejecutó una expedición al sur del país trasandino y en la Patagonia.

Regresó al Uruguay, y en ese período, escribió varios libros que fueron publicados y que causaron gran impacto en la sociedad científica de aquella época. Bossi era un millonario que viajara permanentemente a Europa y en la ciudad francesa de Niza lo sorprendió la muerte el 31 de diciembre de 1890.

La familia regresó a la Argentina y sus herederos se destacaron en importantes funciones sociales, laborales y diplomáticas.

Habilidad con el retrato

Fue uno de primeros italianos que se estableció en Mendoza en 1855 y por aquel tiempo, existían varios paseos y edificios públicos construidos en el siglo XVIII, entre ellos estaba el Cabildo, la Casa de Gobierno, la Iglesia Matriz, el Teatro, el famoso Pasaje Sotomayor, el Club del Progreso entre otros. Contaba nuestra provincia con unos 60 mil habitantes.

Batolomé Bossi, llegó junto a su esposa e hijos, sus equipajes y su novedosa máquina de fotos. Inmediatamente armó su estudio de daguerrotipo y se ubicó en pleno centro. En cuestión de días, destacadas personalidades de la sociedad mendocina visitaron a Bossi para realizar sus primeros retratos.

En muy poco tiempo, el intrépido italiano obtuvo una importante ganancia con este trabajo. Pero aquel inquieto adulto, no solo tenía el trabajo de hacer click, sino que se dedicó también a pintar paisajes de cuyo.

Además, entre sus variadas actividades, realizó un centenar de viajes a la cordillera y visitó Uspallata para explotar el negocio de la minería en aquella localidad, a través del estudio geológico.

Casi por el mismo año, se asentó en la ciudad, el fotógrafo alemán Adolfo Alexander quien en vez de ver a Bossi como un competidor, ambos formaron una fraternal amistad.

Los fotógrafos, se ganaron la confianza del público y hasta del entonces gobernador de la provincia quien los convocó en 1858, junto al pintor Gregorio Torres para trabajar en un gran proyecto. Consistía en retratar con fotografías a todos los edificios públicos y privados como también a personas.

Aunque uno de los descendientes de Alexander dice que las imágenes de vieja ciudad de Mendoza quedaron retratadas; esta afirmación quedó descartada al encontrarse en varios archivos, documentos que determinan que ese proyecto nunca se llevó a cabo.

El italiano siguió trabajando con sus retratos y obteniendo muy buenos ingresos. Pero sus inquietudes iban más allá y luego de estar más de tres años en esta localidad, partió con su familia hacia nuevos rumbos para incrementar sus conocimientos y fomentar una mejor situación económica.

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