Españoles contra la Primera Junta en Mendoza

Los gobernantes locales dudaron en apoyar la Revolución y luego optaron por enfrentarla, como Córdoba.

Cuando en Buenos Aires se celebraba la formación de la Primera Junta tras el histórico 25 de mayo de 1810, en Mendoza los gobernantes se rebelaban contra el nuevo poder. Un intento de motín casi lleva a la provincia a un enfrentamiento armado. Y el pueblo fue el mayor opositor a esa contrarrevolución y el que finalmente definió el rumbo a seguir.

Por aquella época Mendoza estaba subordinada a la intendencia de Córdoba y ésta presionaba para oponerse a las nuevas autoridades. La cúpula del poder político local estaba presidida por el subdelegado de la Real Hacienda y Guerra, Faustino Ansay, quien era secundado por Domingo de Torres y Joaquín Gómez de Liaño. Los tres eran españoles.

Aparentemente, había intereses económicos encontrados entre Buenos Aires y Córdoba. Mientras, el contexto internacional marcaba que Francia había inaugurado la derrota del ejército español ese mismo año y no había a quién obedecer.

La noche del 13 de junio de 1810, un joven oficial de la milicia saltó de su caballo y entró urgido a la sala del Cabildo mendocino. Manuel Corvalán llevaba en sus manos los despachos de la Junta Gubernativa instalada en Buenos Aires el 25 de mayo. Al leerlos, las autoridades reaccionaron inmediatamente y convocaron a una reunión.

Vecinos y autoridades respondieron al llamado de las campanas de la iglesia principal y ocuparon el espacio de la sala Capitular. No pasó mucho tiempo hasta que el resto del pueblo invadió la Plaza Mayor (hoy, Pedro del Castillo), rodeando a Corvalán para que contara las novedades.

El mensajero informó que había sido depuesto el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y se conformaba una Junta a Favor del Rey Fernando VII. Los vecinos más representativos celebraron que fuera así. Sin embargo, desde el seno de poder político se prefirió especular un poco más antes de dar apoyo a la revolución porteña.

Diferencias irreconciliables

En las reuniones posteriores, se profundizaron las diferencias. Ansay y sus colaboradores dejaron en claro cuál era su postura en el cabildo abierto que se organizó para definir la posición que tomaría Mendoza.

La situación era muy tensa y había mucha incertidumbre. A la reunión concurrieron 46 vecinos, Ansay, Torres, Gómez de Liaño, Sosa y Lima, Godoy y Rojas, Espina Correas, Pelliza, Cobo y el escribano real suplente José Porto y Mariño. La postura de Ansay y los suyos molestó a los asambleístas. Entonces, los dos alcaldes, que temían una confrontación, les exigieron que entregaran las armas y los pertrechos.

La gente no se quedó tranquila con eso y decidió tomar las calles y la sala del Cabildo, donde hasta pusieron algunos guardias. La presión se hizo sentir y hubo que elegir a un diputado para que representara a Mendoza ante la Junta. El elegido fue Bernardo Ortiz. Mientras que Isidro Sáenz de la Maza fue designado comandante de armas. 
En apoyo a la Junta, los vecinos salieron de sus casas con escarapelas blancas y el retrato de Fernando VII, emulando lo que había ocurrido en Buenos Aires.

Pero no todos estaban de acuerdo con la idea de apoyar a Buenos Aires. La noche del 28 de junio, Ansay, Torres y Gómez Liaño consiguieron el apoyo de algunos lugareños y asaltaron el cuartel para proveerse de armas. Entre los asaltantes, se encontraban varios ingleses y portugueses que habían sido prisioneros de guerra. La operación tuvo éxito y, con los pocos soldados que estaban dispuestos a generar un enfrentamiento, encararon la afrenta. Hubo un choque de fuerzas pero no llegó al derramamiento de sangre, pues intervino el presbítero Domingo García y logró un acuerdo entre las partes. Un acercamiento que se concretó en una reunión celebrada el 1 de julio.

Al ratificar la adhesión de Mendoza a la causa del rey Fernando VII, el gobierno de Córdoba quiso poner a prueba su poder sobre la provincia y le pidió armas y tropas a las autoridades. Pero éstas negaron el envío haciendo alusión al acuerdo.

La mañana del 10 de julio, el coronel Bruno Morón llegó a Mendoza con el fin de reclutar tropas contra Córdoba. Desde acá se dio el sí y quedó sellado el apoyo incondicional hacia Buenos Aires. Ansay y Torres fueron encarcelados y Gómez Liaño fue enviado a España.
La revolución había triunfado en Mendoza. / Informe: Carlos Campana

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA