La relación entre médicos y pacientes, que debería basarse en confianza y respeto mutuo, vive hoy un momento de tensión. Distintas organizaciones nacionales han alertado por el temor de profesionales a ser denunciados por acoso o violencia, lo que de alguna forma ha comenzado a cambiar las prácticas dentro del consultorio. Esto se asocia de alguna forma del movimiento #Me Too que nació en Estados Unidos y que apunta a dar voz a las víctimas de abusos sexuales, a lo que se suma en el ámbito pediátrico a los casos de médicos acusados de pedofilia que han salido a la luz durante los últimos años. En Mendoza esta situación parece repetirse, profesionales aseguran que desde hace tiempo tienen un cuidado extra en el trato con los pacientes.
La secretaría general de la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros), Isabel del Pópolo, se refirió con dureza la fenómeno: "Los médicos están aterrorizados, no quieren estar en un consultorio solos con un paciente", dijo la gremialista quien es pediatra. Explicó que hay maniobras que incluyen tocar al paciente y que nunca saben si los van a malinterpretar por lo que al acompañamiento del familiar, solicitan la presencia de un enfermero. "Terminás teniendo hasta tres personas adentro para que sean testigos oculares de lo que hacés, por lo que la relación con el paciente queda perjudicada", se lamentó.
De hecho para ella esta situación entorpece la anamnesis, que son los datos que recoge el profesional para confeccionar la historia clínica del paciente, particularmente en el caso de los adolescentes. "Cuando entran con los padres los chicos no te dicen todo y a veces son ellos mismos los verdaderos problemas de los niños", dijo del Pópolo refiriéndose a casos de abuso que a veces se dan en el ámbito intrafamiliar. Para la secretaria general el mayor temor de los profesionales de la salud se deriva en que se los juzgue antes de corroborar si son culpables. "Lo primero que se hace es sacar a la luz nombre y apellido, sin investigar y queda la sospecha", manifestó. A pesar de este miedo que se comenta en charlas entre profesionales, desde el gremio no han recibido casos de médicos que hayan sido denunciados en este sentido.
Por su parte, Leonardo Barbato, director médico del hospital San Isabel de Hungría, comentó que desde que se difundieron casos de denuncias por abusos, pero inclusive desde antes, vienen trabajando cada vez más en la atención y en el desarrollo de la seguridad del paciente. "Ahí se va centrando todo, desde que ingresa a la institución dónde está el paciente, con quién está, qué cuidados se tienen que tener si se los anestesia, cómo es su vestimenta dentro del hospital, entre otras". En definitiva resumió que se trabaja en un contacto de pulcritud con los pacientes y que se tiene un cuidado especial con niños o mujeres jóvenes. "Tratamos que los menores de edad siempre vaya acompañados, hoy sabemos que legalmente una persona de 14, 15 ó 16 años puede tomar decisiones con respecto a su salud, pero a pesar de eso tratamos que el núcleo familiar esté involucrado", señaló a la vez que aclaró que no es un condicionante ya que si hay una urgencia debe atenderse aunque no haya compañía. Además indicó que en ciertos estudios más delicados apuntan a un trabajo más grupal que individual. "Quizás hace 30 años atrás hacer un examen de mama a una joven era un hábito común, ahora tiene que ser abordado a través de un equipo de trabajo", ejemplificó.
El director informó que allí cuentan con un protocolo escrito para cada servicio con las modalidades de trabajo. "Hacemos hincapié en un formato de trabajo que les permita a los pacientes no sentirse invadidos, para lo cual la información previa es importante. Saber, por ejemplo, si se tiene que hacer un estudio, que el paciente se tiene que sacar su ropa y ponerse una bata. Eso debe ser explicado, mostrado", remarcó.
Desde el Círculo Médico, su presidenta Graciela Ávila Ledezma, reconoció que actualmente hay que ser más cuidadosos para evitar inconvenientes pero no solo en el ámbito médico, sino en cualquier ámbito. "En el consultorio se le explica más al paciente y se toman precauciones", aseguró. Tal como comentó, los profesionales están temerosos de que sus acciones puedan interpretarse de maneras equivocadas. "Estamos en una época de mucha litigiosidad y mucha exposición en los medios y en la sociedad. No sé si llega a ser miedo pero ponemos más atención a muchas cosas, por ejemplo, se documentan más decisiones que las familias toman", expuso. Para ella hace falta redactar un protocolo universal de atención, ya que si bien algunos hospitales los tienen, no están en todos lados. "Debería hacer hincapié sobre todo en los hospitales pediátricos, ahí el cuidado tiene que ser máximo", subrayó. En ese sentido adelantó que desde el Círculo están proyectando una capacitación que instruya sobre cómo prevenir el abuso. "Hay que informar al médico bajo el punto de vista legal, médico y procedimental", añadió.
Más recaudos
Consultada al respecto, la doctora Sara Papa, parte de la sociedad de Obstetricia y Ginecología de Mendoza, aseveró que siempre han sido cautelosos para no incomodar a los pacientes sobre todo en su especialidad. "Por ejemplo si es un médico varón y la pacientes es mujer que esté siempre una enfermera presente y si es un menor que esté la mamá". Lo que sí reconoció es que últimamente se hace más hincapié en cuidar este tipo de aspectos. "Ahora con la cantidad de denuncias se tiene como más fundamental", dijo.
En un sentido similar se expresó la doctora Andrea Falaschi, presidenta de la filial Mendoza de la Sociedad Argentina de Pediatría, quien se refirió principalmente a los casos de denuncias de pedofilia.
"Estos casos sensibilizan a la opinión pública y a la comunidad médica y es normal que se tomen más recaudos, pero el médico en general siempre cuida las buenas prácticas y trabaja con la familia", manifestó.
Experiencia de pacientes
Esta mayor cantidad de resguardos por parte de los profesionales, también es notado por pacientes que concurren a consultorios. Mariana Poblete, mamá de una nena de 11 años, relató que cuando llevó a su hija al ginecólogo al que asistió toda la vida, éste le recomendó que buscara una médica para ella. "Me dijo que no estaba recibiendo nuevas pacientes, pero yo me di cuenta de que tenía temor", comentó la mujer.
En tanto a Sabrina Lamas le llamó la atención que un médico gastroenterólogo llamara a una enfermera para palparle el estómago. "Me tuvo que desabrochar el pantalón porque tenía unos dolores muy fuertes en el abdomen", recordó a la vez que contó que le explicó con gran detalle cada uno de los procedimientos a los que la sometió. "Nunca antes me había dedicado tanto tiempo en este tipo de consulta".
Mirada desde la Bioética
Para Marta Fracapani, presidenta del Consejo Provincial de Bioética y asesora de Ampros, los médicos deben tener recaudos a la hora de atender, no por estar a la defensiva de denuncias, sino por una cuestión ética y de respeto. "Para que la relación sea simétrica es necesario haya un pedido de permiso para revisar, lo que llamamos el consentimiento informado". En este marco es el paciente el que decide qué se deja hacer o si quiere entrar con otra persona o no. "Si el paciente no quiere también hay que respetarlo", sentenció.
Se trata de un cambio que se viene gestando desde la década del 70, que se contrapone al modelo paternalista de la medicina que viene desde los griegos. "Se pensaba que el médico debía resolver por el paciente porque estaba más capacitado, ya que la enfermedad hacía que las personas no pudieran tomar decisiones", relató a la vez que reconoció que a los médicos le llevó un tiempo entender el concepto y que todavía hay algunos que no lo han incorporado.
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