La bodega argentina que planea afianzarse como referente de la Patagonia

La bodega argentina que planea afianzarse como referente de la Patagonia
La bodega argentina que planea afianzarse como referente de la Patagonia

Se trata de Bodega Del Fin del Mundo, en manos de la familia Eurnekian. Quiere consolidarse como la mayor casa vitivinícola del sur del país

Bodega Del Fin del Mundo comienza un nuevo período en el negocio vitivinícola poniendo en marcha un plan para consolidarse como la mayor bodega de la Patagonia y una de las principales productoras de vinos de calidad a nivel internacional. La bodega es liderada por Juliana Del Aguila Eurnekian, sobrina del empresario argentino Eduardo Eurnekian, nueva generación de la familia de origen armenio y alma de la marca.

Durante esta fase, se concentrará en fortalecer su nuevo posicionamiento de marca, redefinir su historia como bodega familiar e impulsar el negocio encarando un ambicioso proyecto comercial para crecer en Argentina y conquistar nuevos mercados en el mundo entero.

El recorrido de la familia Eurnekian en el ámbito vitivinícola tuvo su origen en 2006 con la adquisición y plantación de 400 hectáreas de viñedos al pie de la Monte de Ararat, a 70 kilómentros de la ciudad de Ereván, al oeste de Armenia. Este exclusivo terroir volcánico es la cuna de la vitivinicultura más antigua, con más de 6.200 años elaborando vinos, lugar donde la familia Eurnekian construyó Bodega Karas con una capacidad de elaboración de 2,5 millones de litros anuales, convirtiéndose en el mayor productor de vinos de calidad de ese país bajo la marca Karas Wines y siendo pioneros en el renacimiento del vino en Armenia.


    Juliana Del Aguila Eurnekian, directora de ambas bodegas de la familia.
Juliana Del Aguila Eurnekian, directora de ambas bodegas de la familia.

"Hablar de la historia vitivinícola de Armenia es remontarnos a los orígenes del mundo del vino", dice Juliana Del Aguila Eurnekian y agrega: "Karas en idioma armenio significa ánfora. Fue en los Karas, donde hace más de 6.200 años se comenzó a fermentar uva para transformarla en vino en Armenia".

Unir el pasado y el futuro, el principio y el fin del mundo

"Tanto en Armenia como en la Patagonia aún está todo por hacer", sostiene Juliana Del Aguila Eurnekian con el impulso y entusiasmo de su juventud. En este sentido, "nuestra misión es unir el pasado y el futuro del vino, el principio del mundo con el fin del mundo".

Bodega Del Fin del Mundo posee 850 hectáreas de viñedos con variedades patagónicas como malbec, pinot noir, merlot, cabernet sauvignon, cabernet franc, syrah y chardonnay en San Patricio del Chañar, flamante terruño del Nuevo Mundo con sólo 20 años en el corazón de la Patagonia, en Neuquén. Sus fincas abarcan la mayor extensión de plantaciones que existe en la región.

Ahora, desde lo enológico viene la etapa de innovación, un mayor estudio del terruño, con análisis de suelos y realización de calicatas para determinar las mejores parcelas para cada variedad, a cargo del enológo principal de la bodega, Ricardo Galante. "El propósito es forjar una identidad que represente a la familia Eurnekian, definiendo un nuevo estilo en cada una de las líneas de vinos, reflejando la identidad del lugar", dice.

La bodega está equipada con la última tecnología de punta y tiene una capacidad de producción anual de 9 millones de litros, con la facultad para innovar y cubrir mercados orientados al volumen o enfocarse en partidas limitadas para nichos específicos de público.

Su portafolio de productos cubre un amplio segmento de precios, desde $ 200 hasta los $ 2.500.  El foco del desarrollo estará en sus marcas estratégicas: Poderosa y Postales.

Entre sus próximas novedades, la bodega prevee nuevos lanzamientos, estilos enológicos junto a cambios de etiquetas acordes a su nueva imagen.

“Siete botellas de nuestros vinos de Argentina y Armenia se venden por minuto alrededor del mundo”, finaliza Juliana Del Aguila Eurnekian.

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