La vicepresidenta tuvo un desaire con el presidente saliente, aunque este último sí se mostró efusivo al abrazarse con Alberto Fernández.
Además del frío saludo, Cristina Fernández de Kirchner llamó la atención al decidir firmar las actas de su juramento con una lapicera distinta a la que usó segundos antes el presidente Mauricio Macri.
Durante la ceremonia de jura y traspaso de mando en el Congreso, la vicepresidenta entrante intercambió con el presidente saliente unos breves minutos ante la atenta mirada de los legisladores, los gobernadores y los invitados especiales. Pero hubo escaso diálogo.
CFK se negó a tomar la birome con la que tanto Macri como Alberto Fernández habían estampado su firma. La escribana se la quiso alcanzar, pero la vicepresidenta le pidió a uno de sus colaboradores una propia de oro, según reportó Clarín.
Esta situación ocurrió en medio de ovaciones y la marcha peronista, escenario en el que el flamante Presidente recibió la banda y el bastón presidencial de manos de Mauricio Macri.
Previamente, al ingreso de Macri, Cristina le había dado la espalda. El jefe de Estado saliente, de todos modos, le tendió la mano segundos después, a lo que Cristina Kirchner respondió, pero sin mirarlo nunca de frente.

La incómoda escena, que se hizo viral y fue muy comentada en las redes sociales, contrastó con el abrazo que se dieron minutos después Fernández y Macri.