Ingeniero probará un sistema para reforzar escuelas de los ‘70

Gustavo Palazzo ganó una beca para una estadía de tres meses en un centro de investigación de ingeniería sismorresistente.

En la provincia existen numerosas construcciones que se ajustan al código de edificación de la década del ‘70, mientras otras ya siguen los lineamientos de la actualización en los ‘80.

Sin embargo, los reglamentos nacionales de seguridad en los edificios se van revisando con cierta frecuencia. De ahí que un inmueble con una cierta antigüedad pueda necesitar un refuerzo cuando se consideran los avances en las directivas para construcciones sismorresistentes.

El ingeniero Gustavo Palazzo investigó para su tesis de doctorado cómo se puede reforzar, de modo económico, las estructuras que fueron construidas con anterioridad a estas actualizaciones. En el Ceredetec (Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción, Sismología e Ingeniería Antisísmica, de la UTN) han diseñado un prototipo y esperan poder probarlo en algunas edificaciones escolares que datan de los ‘70.

El motivo de la elección, detalla, es que se trata de inmuebles vulnerables, en el sentido de que albergan niños. Pero aclara que el sistema podría adaptarse a otros edificios públicos.

Palazzo obtuvo financiamiento para ajustar este proyecto en una estadía de tres meses, durante el segundo semestre de 2016, en el Centro Multidisciplinario para la Investigación en Ingeniería Sismorresistente, de la Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo.

El ingeniero mendocino es uno de los diez argentinos, el único del oeste del país, que resultó seleccionado para la convocatoria “Becas del Ministerio de Educación de la Nación- Comisión Fulbright”.

En Chile, Perú y México, señala el ingeniero en Construcción y doctor en Ingeniería, ya se han colocado refuerzos en edificaciones. Se trata de dispositivos que disipan la energía que libera un movimiento sísmico.

En lugar de que la absorba el edificio principal, con el riesgo de que se dañe, se utilizan estos disipadores, que funcionan a modo de fusible ya que son más sencillos de reemplazar si resultan afectados. Pero en la Argentina no se ha avanzado aún en este sentido.

Palazzo explica que existe gran variedad de dispositivos en el mundo y que hay empresas que patentan no sólo el artefacto sino también la metodología de conexión a la estructura edilicia. Sin embargo, desde el Ceredetec se propusieron crear uno que sea de bajo costo, para que su utilización pueda ser extendida.

El diseño, detalla, es de una barra de acero recubierta por otro tubo relleno de hormigón, con el propósito de que pueda soportar las fuerzas de tracción y compresión, es decir que resista ser alargado y acortado.

El ingeniero comentó que en el Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción, Sismología e Ingeniería Antisísmica tienen un relevamiento de la antigüedad de las escuelas en la provincia, pero que en algunos casos faltan datos como planos y técnicas constructivas

Por eso, primero trabajarán en la selección de los edificios escolares y visitarán los sitios elegidos, para obtener datos concretos de las características de los inmuebles con los que analizar el dispositivo propuesto.

Palazzo indicó con entusiasmo que el centro de investigación estadounidense es reconocido por sus aportes para lograr ciudades resilientes -con capacidad de prepararse, resistir y recuperarse- ante un evento catastrófico.

Asimismo, destacó que cuentan con tecnología que les permite realizar ensayos con técnicas híbridas. Esto es, que se mide el comportamiento del disipador de modo aislado, pero después, en vez de probarlo en una parte de la estructura donde se va a instalar, se trabaja con modelos virtuales.

Por otra parte, en una charla que mantuvo con el director del Centro Multidisciplinario para la Investigación en Ingeniería Sismorresistente (de la Universidad de Nueva York), Andrew Whittaker, supo que fue un argentino, Raúl Domingo Bertero, especialista  en el comportamiento de estructuras sismorresistentes, quien dirigió su tesis de doctorado.

También conoció que los norteamericanos habían estado interesados en realizar prácticas en establecimientos escolares. De ahí que considere que su estadía de tres meses pueda ser el primer paso para avanzar en otros convenios de cooperación.

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