Felipe Staiti, el hombre de la guitarra

Es fundador de los Enanitos Verdes, la banda mendocina de mayor trascendencia en la historia del rock de la provincia. Ha compartido escenarios con grandes figuras de la música nacional y desarrolló una amistad con el gran Luis Alberto Spinetta. Actualmen

Felipe Staiti, el hombre de la guitarra
Felipe Staiti, el hombre de la guitarra

Felipe Staiti es una de las celebridades musicales de nuestra provincia, más allá de que él no lo reconozca debido a su franca humildad. Guitarrista desde muy chico, accede a la entrevista y comienza a desarrollar la historia de su vida, la cual ha estado muy relacionada a la música y los escenarios.

-¿Toda tu vida estuviste vinculado a la música?

-Yo considero que la música ha sido mi compañera a lo largo de toda mi vida. Vengo de una familia en la que siempre estuvo muy presente. Mi mamá era profesora de piano. No ejercía pero tocaba mucho. Siempre íbamos a conciertos de música clásica en el Teatro Independencia o en la Bodega Arizu. Además tengo el recuerdo de ver a mi hermana y mi mamá tocando el piano a cuatro manos en mi casa.

-¿Por qué decidiste tocar la guitarra y no el piano?

-Al piano lo vi como algo femenino y por eso decidí empezar con la guitarra, con la que me identifiqué rápidamente. Además en el piano creo que tampoco tenía lugar, ellas ya tocaban a cuatro manos (risas).

-¿Cuántos años tenías cuando te compraron tu primera guitarra?

-Fuimos a comprarla a San Juan y creo que tenía 8 ó 9 años. Mis padres siempre me apoyaron mucho para que tocara.

-¿A esa edad ya tomabas clases?

-Claro. Había empezado con un profesor en el Conservatorio Cuyano de Cultura Musical. Ahí mi hermana iba a piano y yo tocaba la guitarra.

¿En algún momento pensaste en estudiar alguna otra carrera?

-Cuando terminé el colegio secundario empecé Ciencias Económicas. En ese momento ya estaba con Los Enanitos Verdes. Creo que lo hacía por una especie de costumbre. Cuando terminabas la escuela tenías que ir a la facultad. Pero la verdad es que en ese momento decidí dedicarme de lleno a la música y mis padres me apoyaron mucho en esa decisión.

-¿Trabajabas en esa época?

-Sí, trabajaba en la línea 80 de colectivos. Contaba el dinero de las recaudaciones que traían los choferes. Siempre trabajé, no vengo de una familia adinerada.

-¿Cómo surgieron los Enanitos Verdes?

-Nosotros nos conocíamos desde chicos. El ambiente musical de Mendoza no era grande. Además yo siempre andaba con la guitarra para todos lados. Así lo conocí a Marciano (Cantero) y después un día me llamó y me dijo que le gustaría que tocáramos juntos. Originalmente éramos Marciano, Mariano Burgos en batería y yo en guitarra. Al poquito tiempo entró Daniel Píccolo en batería y así quedó plasmada nuestra formación. Eso fue en 1980.

-¿En Mendoza les fue bien rápidamente?

-Tocamos bastante. Cerca de 1983 ya habíamos hecho dos veces el Independencia y creímos que era un buen momento para salir de la provincia y mostrar lo que hacíamos en otro lado.

-Se fueron a Buenos Aires...

-Sí y fue muy difícil. Estábamos totalmente en contramano porque estaba volviendo la democracia y no había mucho lugar para la música. La gente estaba con la euforia de que volvía la democracia y las elecciones. Nosotros éramos chicos, yo tenía 21 años, y estábamos tratando de mostrar nuestros temas. No nos fue muy bien pero conseguimos algunos contactos. Después, en 1984, nos fuimos al Festival de La Falda en Córdoba y salimos grupo revelación. Eso nos dio mucho impulso y nos ayudó a conseguir nuestro primer contrato.

-¿Cuántos discos editados lleva la banda?

-Llevamos 16 discos.

-¿Cuáles son los países o los recitales donde han tocado para mayor cantidad de público?

-Una vez tocamos en la Playa del Silencio, en Perú, para 80.000 personas. Otra vez tocamos en un festival por un aniversario de la democracia y había más de 200.000 personas. Eso fue en Buenos Aires, sobre la avenida 9 de Julio.

-¿Qué sentís cuándo estás tocando para tanta gente?

-Los lugares grandes engañan un poco, porque la gente está muy lejos. Termina siendo un poco frío. No podés ver las caras de las personas que están disfrutando del show. Muchas veces los teatros o recitales más pequeños te dan la posibilidad de ver a la gente a los ojos. En los lugares grandes la distancia con el público es enorme y cuesta conectar.

-¿Cómo convivís con el tema de la fama?

-El proceso ha sido muy lento. No es que pasamos a ser conocidos de un día para el otro. He sido todo un camino de hacer muchas cosas. La verdad es que no te das cuenta. Creo que lo de la fama es más una fantasía de la gente, yo me siento el mismo. Seguramente he cambiado muchas cosas, pero porque la vida te va moldeando. Además, tenemos muy claro que nada de lo que tenemos ha sido regalado…  todo nos costó mucho. Francamente lo que me mueve en la vida es tocar la guitarra y los Enanos han sido una gran forma de expresión para desarrollarlo. La fama debe puede haber sido una consecuencia de esto.

-Igualmente la gente te para en la calle, te pide autógrafos...

-Sí, claro. Por ahí siento que me miran pero prefiero pasar desapercibido.

-¿Qué proyectos hay con Enanitos Verdes para 2013?

-Volvimos hace muy poquito de tocar en Lima, Perú. Estamos presentando “Tic  Tac” que es nuestro disco nuevo. Ahora a mitad de julio empezamos con una gira por Estados Unidos que va a durar dos meses. En octubre vamos a México y tocamos casi en treinta ciudades. La idea es siempre seguir tocando. Además tenemos muchas ganas de mostrar este disco nuevo porque está muy bueno.

-¿Cuáles son los países donde más tocan?

-Tal vez sea más fácil nombrar a los países de América que no vamos, que son Brasil y Venezuela. Pero al resto vamos todo el tiempo. En Argentina estamos tratando de tocar una vez al año.

Un ídolo

-¿Cómo fue tu relación con Luis Alberto Spinetta?

-Muy buena. Él es uno de mis ídolos y una persona muy querida por mí desde la infancia. El primer concierto que vi en mi vida fue de él con Invisible, en el Estadio Pacífico. Yo tenía 14 años.

-¿Llegaste a conocerlo personalmente?

Un día estaba en mi casa y me llamó. Sonó el teléfono y era Spinetta. Yo pensé que alguien me estaba haciendo un chiste. Pero a los pocos segundos me di cuenta de que era él. Justo estaba en Mendoza y llamaba para saludarme. Él estaba parando en el hotel de Cacheuta y lo fui a ver. Una noche salimos juntos. Lo llevé a conocer lo que él llamaba la “Ciudad de Cristal” que era la destilería de Luján de noche.

Después fuimos al bar Cacano y comimos unos sandwich y tomamos unas cervezas. Él estaba con Carolina Pelleritti (NDR: reconocida modelo y actriz) en esa época. Después nos subimos al auto y me dijo que se ‘autoinvitaba’ a comer un asado en mi casa. Al otro día lo hicimos, justo era domingo. Él se quedó en casa viendo a River, que era uno de sus amores, junto a mis dos hijos. Fue algo increíble.

-Tus hijos también son músicos...

-Sí, los dos. Juan Pablo tiene 26 y toca la guitarra y Natalio 23 y toca la batería. Juan Pablo está tocando con nosotros en Enanitos Verdes. Salimos de gira y viene con nosotros. Natalio se está abriendo camino. Los dos estuvieron estudiando en Estados Unidos. Con ellos hice el proyecto Staiti Trío. El año pasado estuvimos tocando en Europa. La verdad es que más allá de que sean mis hijos toco con ellos porque los considero muy buenos músicos. No es un proyecto familiar. En este proyecto nos acompaña Gerardo Lucero, un gran amigo, en bajo.

-¿Alguna vez imaginaste que ibas a generar todo lo que soñaste en tu vida?

-Yo creo que siempre soñé con vivir de la música. Mi habitación estaba llena de posters de grandes estrellas de rock. Crecí rodeado de eso y me debo haber proyectado mucho en ellos.

-¿Qué es lo que más disfrutás de tu día a día?

-Sigo disfrutando mucho de tocar la guitarra. Me encanta hacerlo con mis hijos. También me gusta mucho leer.

-¿Cuántas horas por semana tocás la guitarra?

-Todos los días toco un rato. Si no, siento que me falta algo. Lo hago porque me gusta mucho. Es como una terapia.

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