“Hay muchas lágrimas esta Navidad”

El Papa clamó por los cristianos y otras minorías religiosas, en especial en Siria e Irak, que son víctimas de la “persecución brutal” de los yihadistas de Estado Islámico. En la tradicional bendición Urbi et Orbi, Francisco ratificó su conducta de pontíf

“Hay muchas lágrimas esta Navidad”
“Hay muchas lágrimas esta Navidad”

El papa Francisco advirtió ayer que “hay verdaderamente muchas lágrimas en esta Navidad” y clamó por los cristianos y otras minorías religiosas en Siria e Irak víctimas de la “persecución brutal” de los yihadistas de Estado Islámico.

En la tradicional bendición Urbi et Orbi, desde el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro, el Pontífice hizo un recuento de las guerras en el mundo y se refirió al conflicto ruso-ucranio, a la epidemia de ébola principalmente en los países africanos y a los niños que sufren abusos y violencia.

“Verdaderamente hay muchas lágrimas en esta Navidad”, exclamó, por lo que deseó que la Navidad “cambie la indiferencia por cercanía y el rechazo por acogida, para que quienes ahora sufren puedan recibir las ayudas humanitarias necesarias para sobrevivir a la rigidez del invierno, regresar a sus países y vivir con dignidad”.

En su mensaje navideño ante decenas de miles de fieles que colmaron la plaza de San Pedro, Francisco pidió a Jesucristo que “mire a las hermanas y hermanos de Irak y Siria que sufren una persecución brutal” por parte de los terroristas islámicos.

Emocionado e indignado, el papa argentino, con 78 años recién cumplidos, pronunció su mensaje “a la ciudad y el mundo” en la Basílica San Pedro bajo un tiempo gris pero suave.

Sin citar al grupo islamista, el Pontífice reprobó la “persecución brutal” que sufren “nuestros hermanos y hermanas” cristianos “de Irak y Siria” junto a “otros grupos étnicos y religiosos”.

“Que la Navidad les traiga esperanza. así como a tantos desplazados y refugiados (...) de aquella región y de todo el mundo” dijo, en su mensaje transmitido por televisoras del todo el mundo.

Francisco celebró así la fiesta de Navidad, que conmemora el nacimiento de Jesús, enviando a los 1.200 millones de católicos del mundo su bendición Urbi et Orbi en un contexto de guerras y de fundamentalismo religioso.

Saliéndose de su texto, aludió a los “niños masacrados bajo los bombardeos, incluso donde nació el Hijo de Dios”, en Tierra Santa, sin referirse ni a Israel ni a los palestinos por esta violencia.

Francisco, que esta vez no hizo alusión a América Latina, deploró también que en Nigeria “demasiadas personas” sean “retenidas como rehenes o masacradas”.

Condenó asimismo que “tantos niños (sean) víctimas de la violencia, objeto de tráfico ilícito y trata de personas”, aludiendo a los muertos recientemente en un ataque a una escuela de Paquistán, que dejó 149 muertos, 133 de ellos escolares.

“Demasiados niños son víctimas de abusos y explotados, bajo nuestros propios ojos y con nuestro silencio cómplice”, afirmó, con fuerza. Francisco se refirió igualmente a los niños “muertos antes de ver la luz”, en una condena explícita del aborto.

Respecto de Ucrania, pidió "vencer el odio y la violencia, y emprender un nuevo camino de fraternidad y reconciliación".
En fin, expresó su solidaridad con las víctimas de la epidemia de ébola, "especialmente en Liberia, Sierra Leona y Guinea".

Gran popularidad

El Pontífice argentino pasa su segunda Navidad al frente de la Santa Sede con una fuerte popularidad en el mundo entero, incluso entre algunos ateos y miembros de otras religiones.

En la tradicional Misa de Gallo, celebrada el miércoles por la noche, Francisco instó a los católicos a responder con “ternura” ante las dificultades del mundo. “¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy!”, clamó ante los miles de peregrinos y centenar de concelebrantes que asistían a la ceremonia.

“¿Tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado, o bien preferimos soluciones impersonales, quizás eficaces pero sin el calor del Evangelio?”, interrogó el Papa durante la solemne homilía celebrada en la basílica de San Pedro.

Esta Navidad es especialmente difícil para los 150.000 cristianos iraquíes desplazados, quienes “viven una trágica situación”, declaró en Bagdad el patriarca caldeo Luis Rafael I Sako.

En una larga carta dirigida a los cristianos de Oriente, Francisco les había exhortado el martes a la "perseverancia" pese a las dificultades, y un día después llamó personalmente a algunos de los cristianos refugiados cerca de Erbil, en el Kurdistán iraquí.

En Cuba, las celebraciones de Navidad, durante mucho tiempo prohibidas por el régimen, se celebran este año en un clima animado por una regalo anticipado: el acercamiento con Estados Unidos.

Desnuda ante el pesebre

Ciudad del Vaticano. Una militante del grupo de las “femen”, que protesta contra la oposición de la Iglesia al aborto y la unión libre, exhibió ayer, día de Navidad, sus senos desnudos en el pesebre instalado en la Plaza San Pedro del Vaticano, según testigos.

En medio de la plaza, disimulada entre la multitud, la joven se quitó repentinamente la camiseta, saltó las barreras de seguridad y corrió hasta el pesebre donde agarró la estatua del Niño Jesús. 
En su pecho desnudo había escrito en negro "God is woman" (Dios es una mujer).

Un gendarme, que vestía un uniforme con una gran capa, la persiguió y consiguió recuperar la figurita del belén en una escena teatral de tintes tragicómicos.

El agente la obligó luego a vestirse lejos del pesebre.

Lamento de los padres de 43 estudiantes desaparecidos

Bajo una torrencial lluvia, padres de los 43 estudiantes mexicanos probablemente masacrados hace casi tres meses se congregaron la pasada Nochebuena afuera de la residencia del presidente Enrique Peña Nieto para “darle una lección de fortaleza” y “mostrarle que jamás” dejarán de buscarlos.

“Estamos aquí para darle una lección de fortaleza, para mostrarle que jamás dejaremos de buscarlos aunque sea solos, dado que su gobierno no ha podido encontrarlos a pesar de tener los recursos para hacerlo”, dijo Felipe De la Cruz, padre de uno de los estudiantes.

Usando improvisados impermeables hechos con bolsas de basura, los humildes padres y madres de los estudiantes se apostaron a metros de las puertas principales de la residencia oficial con enormes fotografías de los jóvenes colgando de sus cuellos.

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