Zalazar casi no habla y se muestra disciplinado

El sospechoso de matar a las tres mujeres fue visitado por su hermana. Comparte celda con dos presos por delitos similares.

Durante las escasas horas que lleva en el pabellón 5 de la cárcel de Boulogne Sur Mer, Daniel Zalazar (29) se ha mostrado "tranquilo y monosilábico", según confió una fuente penitenciaria a Los Andes.

"Tranquilo porque  no se mete con ninguno de los internos y monosilábico porque responde a todas las preguntas con un 'si' o un 'no' y no se explaya”.

Zalazar está detenido en la zona de los procesados por delitos contra la integridad sexual y violencia de género, sitio que comparte con 135 internos más (un récord de detenidos, al menos en esa cárcel, según la misma fuente).

Se trata de un lugar donde van a parar quienes no cuentan con experiencia carcelaria y que están vinculados con el tipo de delitos encuadrados como violencia de género.

"Por más que nos han preguntado  acerca de que él (por Daniel Zalazar) tuvo problemas con otros internos, debo decir que hasta ahora (18.30 del martes) no ha habido problemas de ningún tipo", dijo enfáticamente Eduardo Orellana, titular del Servicio Penitenciario local.

Zalazar, especialista en artes marciales y acusado de tres muertes, comparte su celda con dos hombres más, con quienes, según se informó, habla poco y nada.

En la misma ala del pabellón 5 se encuentran presos otros detenidos "célebres" vinculados a los femicidios resonantes del mes de setiembre pasado, como los son Andrés Di Césare (por la muerte de Julieta González de 21 años); Damián Minati -marido de la víctima-, Juan Manzano y Claudio Quiroga, imputados por la muerte de Janet Zapata (29), y Roque Arroyo, acusado del crimen de su hija Ayelén Arroyo (18) ocurrido en Ugarteche.

El presunto autor del triple femicidio de Godoy Cruz es de hablar poco; cuando le preguntaron si era la primera vez que estaba preso dijo "sí"; si tenía ropa de recambio, respondió "no"; si va a buscar un abogado, dijo "no"; Tales han sido los cortos intercambios verbales que ha mantenido con los guardias que lo tienen a su cargo.

Una de las pocas veces que se explayó fue precisamente con Eduardo Orellana, a quien le aseguró: "Conmigo no van a tener problemas, soy buena gente".

Del mismo modo, se supo que sólo el lunes por la tarde su hermana fue a llevarle algo de ropa y elementos de higiene; después de eso nadie ha pedido por él.

En cuanto a la comida, se supo que la ingiere sin problemas, no se queja y no deja nada en el plato. "Lo que se dice un preso cero conflicto", como lo definieron en el penal.

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