Yma Sumac, la voz de la naturaleza

Un repaso por la vida de la soprano peruana, que exportó el folclore de su tierra al resto del mundo, conjugándolo con una voz que alcanzó la increíble extensión de cinco octavas.

Cumplió el sueño de cualquier artista de la época: en 1946 (con apenas 24 años) se fue a probar suerte a Estados Unidos, sin ninguna otra cosa más que su voz, y terminó triunfado en Hollywood, donde vivió hasta su muerte, en el 2008. Incluso llegó a rubricar con su nombre una estrella del famoso Paseo de la Fama (es la única peruana que lo hizo).

Sí, causó una verdadera locura en esa ciudad. Es que todos querían verla, porque el exotismo todavía cautivaba y porque, como si fuera poco, se promocionaba como descendiente del mismo Atahualpa.

Y no era mentira: Cuando ya había empezado a circular el rumor de que era en realidad newyorkina, el propio cónsul del Perú informó que sí, que ella, Zoila Emperatriz Chávarri del Castillo -es decir, Yma Sumac- pertenecía al linaje del último emperador inca.

Ahora muchos la recuerdan por su increíble extensión vocal. Llegó a tener cinco octavas (algo realmente desmesurado para la voz humana).

Para que se hagan una idea: un piano tiene siete, muchos célebres cantantes líricos (como el tenor Tito Schipa) nunca llegaron a las dos, y un fenómeno vocal absoluto, como María Callas, llegó a las tres (solamente).

Pese a esto, nunca quiso hacer carrera dentro del mundo de la ópera. Eso sí, se preocupó (desde los 22 años, cuando grabó algunas canciones en el estudio Odeón de Buenos Aires) en dar a conocer el mundo el folclore de su Perú ancestral.

Dicen que, cuando era apenas una niña de Cajamarca, le gustaba imitar el canto de los pájaros, y así empezó a forjar las aristas de su mito, que se reavivó en los noventa, cuando los hermanos Coen usaron "Ataypura" en la película "El gran Lebowski".

Su nombre artístico significa, en quechua, "¡Qué linda!", y es eso lo que muchos de nosotros quisiéramos exclamar al ver sus registros: con ornamentos típicos y un sarape, articulando sonidos que nunca nadie pudo volver a reproducir.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA