Ya faenaron 3.000 gallinas y lotearán la ex avícola Brugnoli

Ayer se cumplió el segundo día de decomiso de las aves de la avícola Brugnoli, allanada por orden judicial el martes pasado.

De esta forma termina en el lugar la actividad industrial que en la década del ’60 comenzó Sigfrido Hualpa Brugnoli. Es el final de un conflicto ambiental de unos 14 años, hecho valer por los vecinos de los numerosos barrios de las inmediaciones, quienes convivieron con una aguda plaga de moscas a consecuencia de los residuos producidos por las deposiciones de las aves de la granja.

El empresario Brugnoli y sus hijos Maymará, Enzo y Tatiana permanecieron  buena parte de la mañana en el ingreso al establecimiento, sobre la variante Hipólito Yrigoyen, pero puertas afuera.

Solamente pudo ingresar Enzo, y  al resto le fue impedido esa posibilidad por la policía, que acataba órdenes del magistrado que dispuso la medida, el titular del 2° Juzgado de Garantías, Aníbal Crivelli. El dueño señaló que no lo dejaron entrar “ni siquiera para retirar papeles personales y mi camioneta. Soy el propietario, pero no me dejaron pasar a un lugar del que tomé posesión en 1966. Me tratan como si fuera un delincuente”.

Dentro de la empresa se encontraban trabajando empleados del municipio de Maipú, de Senasa y de otras reparticiones, además de habituales subcontratistas.

El operativo principal y que ocupa el centro de la escena por estas horas, es el retiro de las gallinas y su traslado a la finca Muscianesi, a algunos kilómetros del lugar, sobre la calle Mitre en Coquimbito, donde son sacrificadas.

Sobre este procedimientos hubo distintas miradas. La familia dueña de la industria, a través de Enzo Brugnoli, se quejó amargamente por la forma de actuar del personal que retiraba las aves: “Las arrojan sobre el camión. Algunas mueren allí y otras  morirán antes de que las trasladen”, dijo el hijo varón del industrial, Enzo.

Según lo dispuesto judicialmente el procedimiento de allanamiento durará 7 días. En ese lapso hay que retirar unas 100.000 gallinas, que tal vez puedan ser más, como lo admitió el médico veterinario Enrique Closas, coordinador de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Centro Regional Cuyo del Senasa.

A la puerta del lugar llegaron vecinos que manifestaron su conformidad con lo ocurrido, como Fernando Valenti, habitante de la calle Cordón del Plata, en los fondos de la planta, que da a la calle Rawson. Este joven mantuvo una áspera discusión con Sigfrido Brugnoli y especialmente con su hija menor, Tatiana. En cambio, una clienta de la firma, Haydeé Silva, domiciliada en Godoy Cruz, salió en defensa de la granja y se solidarizó con los titulares de la firma. En el lugar también se encontraban algunos empleados de la granja pero que no estaban ocupados en relación directa sino a través de cooperativas de trabajo. Uno de ellos, Daniel Cobos, dijo no saber cómo se las iba a arreglar para suplir la plata que ganaba en la empresa, como operario del sector de pollitos. A su lado había 3 changarines que están peor porque no tienen ningún encuadre legal ni gremial, y solamente son contratados para determinadas tareas, como palear guano.

El intendente Alejandro Bermejo admitió que los empresarios Brugnoli le habían manifestado su decisión de aprovechar las 4 hectáreas del predio para llevar a cabo un emprendimiento inmobiliario, ya que es una zona factible para tal procedimiento. Esto no fue confirmado por los propietarios de la firma.  Bermejo agregó: “No vamos a trabar en nada esa intención. Sólo deberán ajustarse a las normas en vigencia”, sostuvo.  Luego señaló que se  hacían tratativas para salvar 32.000 pollitas nuevas y explicó que la faena era la única salida porque “los animales, a partir de la inhabilitación que decretamos, dejaron de tener el control sanitario de Senasa”.

El coordinador de Senasa, Enrique Closas, explicó que la orden de allanamiento se la dieron a la Municipalidad de Maipú y que la institución responsable de la sanidad animal se tuvo que hacer cargo de las aves porque no están aptas para el consumo. Confirmó que todas las aves, adultas o menores, serán sacrificadas y tienen por destino el compostaje, que es un proceso de transformación de la materia orgánica para obtener compost, un abono natural. Se le preguntó al experto cómo se realizaba la eliminación de un número tan alto de animales.

“El procedimiento es por medio de un insensibilizador, que es similar al que se usa en las plantas de faena. Se actúa de acuerdo a las normas de bienestar animal hasta el momento en que se sacrifica al ejemplar”.  Closas confesó no saber si se iban a poder salvar 32.000 pollitas BB, como adelantó a este diario el intendente Bermejo. “Si llegan a un acuerdo, puede ser, pero por el momento lo desconozco”. Pero sí admitió que la faena es muy ardua y demorará, porque el martes pasado, que fue la primera jornada, fueron sacrificadas solamente 3.000 aves.