Washington no deja la OTAN, pero quiere “gastos compartidos”

El vicepresidente de EEUU habló en Alemania ante la élite político-militar mundial en representación de Trump, con palabras a la vez tranquilizadoras y exigentes.

El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, aseguró ayer que el compromiso de Estados Unidos en el seno de la OTAN era "inquebrantable", en un discurso destinado a los aliados, preocupados por los comentarios del presidente Donald Trump.

“El presidente me ha pedido estar hoy aquí (...) para transmitir el mensaje de que Estados Unidos apoya firmemente a la OTAN y que seremos inquebrantables en nuestro compromiso con la Alianza Atlántica", aseguró Pence durante la Conferencia sobre Seguridad de Múnich.

Pence, que hablaba por primera vez ante la élite político-militar mundial, aseguró en su discurso de unos 20 minutos que se expresaba en nombre del presidente estadounidense.

“Siempre seremos sus mayores aliados”, afirmó, y recordó los valores comunes de “democracia, justicia, estado de derecho” compartidos por Estados Unidos y sus socios europeos.

Pence, solemne y pausado, reiteró no obstante las exigencias de Washington de una mayor contribución financiera por parte de sus aliados de la OTAN.

“La defensa europea exige tanto nuestro compromiso como el de todos ustedes (...)", pero “la promesa de repartir la carga hace mucho que no se cumple”.

“El presidente Trump espera de sus aliados que cumplan con su palabra” en materia de gastos militares, pidió. Esto también está en sintonía con lo expresado en el foro por el nuevo secretario de Defensa, James Mattis: "Si sus países no quieren ver a Estados Unidos reducir su nivel de compromiso con la Alianza, cada una de sus capitales debería mostrar apoyo a nuestra defensa común", ha explicado el veterano general, perfectamente consciente de la marejada que causa en el Viejo Continente la nueva retórica estadounidense.

Más aun cuando la Casa Blanca busca enfáticamente normalizar sus relaciones con el Kremlin y después de la dimisión fulminante de Michael Flynn como consejero de Seguridad del presidente Trump por haber mentido acerca de sus contactos con representantes rusos.

Washington pide desde hace tiempo que los europeos gasten en defensa tanto como Estados Unidos, en proporción a su riqueza. Trump ha amenazado varias veces con retirarse de la Alianza si los Estados miembros incumplen sus obligaciones.

Los ministros alemán, francés y británico de Defensa consideraron legítima esta posición.

"Vamos a hacer los esfuerzos necesarios (...) Alemania conoce sus responsabilidades", aseguró, antes de que Pence hablara, la canciller Angela Merkel, al iniciar la jornada de debates en la reunión.

La canciller llamó a los países a resistir ante la tentación de repliegue en sí mismos para enfrentarse a las amenazas globales, en un momento en que los llamamientos al nacionalismo ganan fuerza en Occidente. “En un año en el que afrontamos increíbles desafíos (...) ¿seguiremos actuando juntos o caeremos en roles individuales? Los exhorto a que juntos consigamos un mundo mejor”, dijo.

Pence cerró en la víspera una semana de esfuerzos para tranquilizar a los aliados de Washington en Europa sobre las intenciones de Donald Trump respecto a cuestiones como la relación con Rusia y el vínculo transatlántico.

Después de que el secretario de Defensa, James Mattis, afirmara que la OTAN era “fundamental” para Estados Unidos y que el secretario de Estado, Rex Tillerson, matizara la voluntad de acercamiento de Washington con Moscú en una reunión del G20, llega el turno de Pence.

El vicepresidente “tuvo a su cargo presentar las prioridades estadounidenses para la relación trasatlántica en nombre del presidente (Trump), durante la Conferencia de Múnich”, indicó un consejero de la Casa Blanca. “Estamos aquí para tranquilizar a Europa sobre su papel de socio indispensable”,  añadió el consejero. Un mensaje que Pence repetirá en Bruselas hoy y mañana.

El discurso de Pence procuró disipar las dudas de los europeos, que se sienten desorientados por la actitud de Trump, quien en las últimas semanas celebró el éxito del Brexit, dando a entender que quería ver una disolución de la Unión Europea (UE), defendió medidas proteccionistas y aislacionistas y calificó la OTAN de "obsoleta", antes de reafirmarle su apoyo.

También desestabilizó a sus socios al abogar por un acercamiento con Rusia, para posteriormente dar una aparente marcha atrás a raíz de la dimisión de su consejero de Seguridad Nacional, acusado de haber mentido sobre sus vínculos con Moscú.

El senador republicano John McCain reconoció que Trump “se contradice a veces” y pidió prestar más atención a "lo que hace el presidente que a lo que dice”.  Varios responsables europeos aprovecharon el viernes la reunión anual sobre seguridad en Múnich para recordar la importancia del respeto de los valores democráticos, de la relación transatlántica y de la precaución respecto a Rusia.

La ministra alemana de Defensa, Ursula van der Leyen, advirtió a Washington contra cualquier discurso que afecte a la “cohesión” europea. “Una UE estable interesa a Estados Unidos”, señaló.

La ministra también insistió, así como los presidentes polaco y ucraniano, en el peligro de confiar demasiado en la Rusia de Vladimir Putin.
Van der Leyen subrayó asimismo que la guerra contra el "terrorismo" no podía convertirse en "una guerra contra el Islam", haciendo referencia al controvertido decreto migratorio del presidente estadounidense, percibido por muchos como islamófobo.

Además, destacó la importancia del respeto de los valores occidentales y del rechazo de cualquier justificación de la tortura, en referencia a las declaraciones de Trump sobre este tema.

Múnich concentra a los think-tank de la seguridad

La Conferencia de Seguridad de Múnich es una plataforma mundial única de las élites internacionales sobre política de seguridad. No hay otro lugar del mundo que  reúna a tantos representantes de gobiernos y expertos en seguridad.

La Universidad de Pennsylvania, de Estados Unidos, situó la Conferencia de Seguridad de Múnich por cuarta vez consecutiva como el mejor evento de “tanques de pensamiento” (think tank) del mundo.

Su importancia no reside solo en el programa. Más significativo que eso es la posibilidad que tienen los actores políticos de encontrarse de manera informal en pasillos y diversos espacios, conocerse, compartir información, redefinir sus posiciones y fijar líneas rojas.

Se calcula que asistieron más de 500 participantes de alto rango procedentes de todo el mundo.  El Informe de Seguridad de Múnich publicado antes del encuentro lleva por título “¿Post-verdad, Post-Occidente, Post-orden?”.

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