Villa Nueva recupera su biblioteca luego de 5 años de espera

Se trata de la Almafuerte, que el año próximo cumplirá 100 años. El antiguo local fue refuncionalizado. La segunda en la provincia.

Villa Nueva recupera su biblioteca luego de 5 años de espera
Villa Nueva recupera su biblioteca luego de 5 años de espera

"Aquí prácticamente aprendí a leer, en paralelo con la escuela", dice la ex docente y escritora Rosa Pereyra, una de las tantas personas de Guaymallén que están contentas con la recuperación de la Biblioteca Pública Almafuerte.

Hoy es un gran día para la añeja casa de los libros, que lleva como nombre el seudónimo del escritor y poeta Pedro B. Palacios. 
A las 11, las autoridades municipales habilitarán otra vez la Almafuerte,  que estuvo cerrada 5 años por serias deficiencias edilicias que impedían la concurrencia del público.

Rosa no es una usuaria más. Su carnet la identifica como la primera asociada y su militancia con las letras y su entusiasmo, a los 79 años, la configura como una persona muy importante para la entidad cultural, que visitó en distintas épocas de su vida: desde cuando ella tenía guardapolvo blanco hasta los tiempos en que, siendo adulta, enseñaba, escribía poemas e integraba grupos literarios.

La que se abre es la segunda biblioteca más antigua de la provincia, que cuenta con 25.000 ejemplares de diferentes géneros, entre ellos algunos que datan de 1.850 y documentos de 1.900. Y dispone además de muchos textos orientados a la escuela primaria y al ciclo secundario.

También ofrece material audiovisual, sonoro y documental: diarios de época, revistas, archivos históricos y hasta una biblioteca digital, con un buen número de libros de distintas partes el mundo.

La sede, ubicada al  lado del edificio  municipal, luce totalmente renovada, con mesones muy cómodos, sillas nuevas y una adecuada iluminación.

De no haber mediado la intervención municipal, que condujo la arquitecta Roxana Sardi, de Obras Municipales, se hubiera corrido el riesgo de perder el valioso acervo que se conserva allí.

La propia funcionaria lo explicó. "Las instalaciones necesitaban ser refaccionadas. Todo el complejo tenía problemas. Se había retirado el cielorraso, muy antiguo, porque filtraba el agua, y se recuperó esa parte con un trabajo de aislamiento".

La reconstrucción del local -ubicado en avenida Libertad, esquina Jacinto Benavente, tomó un año y se dividió en 2 etapas. Primero se realizó una aislación en el techo, se cambiaron las tejas y se pintó la fachada. Posteriormente se acondicionó el lugar por dentro.

Los operarios trabajaron en las reformas sin tocar la estructura original, ya que por su valor histórico y arquitectónico el edificio es considerado patrimonio urbano de Mendoza.

Un aspecto que llama la atención es el entrepiso, cuya estructura es metálica. En la actualidad es utilizado como depósito. Se preservó el color original de la institución, con tonos claros, muy agradables, y los componentes antiguos: carpintería, piso y techo. El mobiliario, que también acredita muchos años, fue restaurado. El resto del equipamiento es totalmente nuevo, entre ellos, las sillas, los escritorios y las computadoras.

Tanto el bibliotecario, Carlos Esteban Martínez, como Evangelina Mayol, coordinadora del área de talleres, aguardan la reapertura para reanudar el contacto con los lectores y atender sus necesidades y sugerencias.

Desde el amante de la literatura universal hasta los estudiantes en sus distintos niveles, volverán a su querida biblioteca a los quehaceres habituales: leer el diario, un libro, o estudiar y preparar materias los estudiantes.

El vecino que esté interesado en el material de los escritores de Guaymallén, podrá satisfacer su curiosidad. Asimismo se tratará de aceptar la solicitud de incorporación de obras que hagan los asociados.

El director de Cultura de Guaymallén, Claudio Martínez, adelantó que la biblioteca reanudará su papel de ser organizadora de encuentros con escritores, promover charlas y actividades literarias y muestras plásticas, como la que se ofrece ahora de Adriana Cantini, Juan Castillo y Graciela Vidolegui.

Un poco de historia

La Almafuerte fue fundada por el político y farmacéutico Tito Laciar en 1915. Se recuerda que los primeros ejemplares estuvieron en su botica, como se le llamaba en aquellos tiempos a las farmacias.

Recién comenzó a funcionar en la avenida Libertad, donde ahora está, en 1.928. Y hasta 1994 fue pública, pero a partir de ese año adquirió también la condición de municipal.

Omar Ochi (25), escritor y usuario, consideró que cuando "uno entra a la sala puede encontrar distintos géneros, y literatura muy valiosa para los niños. Este logro de su reinauguración no tiene que quedar aquí, sino que se debe apuntar al mantenimiento del establecimiento y a su crecimiento".

Como la biblioteca está presente en la historia del departamento, un cuadro de la Fiesta de la Vendimial local, que se hará en diciembre y será la primera del calendario, con la dirección de Vilma Rúpolo y Héctor Moreno, contendrá escenas de los primeros pasos de aquellos vecinos de 1.915 que tuvieron la visión de fundar la institución. El espectáculo se llamará "Vendimia con alma de barrio".

Así se producirá la vuelta

La cita para reabrir la Almafuerte es hoy, a las 11.
La historiadora Norma Acordinaro hará entrega de ejemplares de los libros reeditados de Juan Draghi Lucero.
Además, habrá un  reconocimiento a Rosa Pereyra, socia N° 1 de la biblioteca. Por último, el intendente Luis Lobos se referirá a la histórica reapertura.

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