Víctor Arrojo estrena “El Pánico”

La obra de Rafael Spregelburd, debuta esta noche en el espacio Le Parc, bajo la dirección de Víctor Arrojo, con su elenco Cajamarca. Una historia que roza el terror, lo trascendental y lo cotidiano. Gratis.

“Tiene un tratamiento muy interesante entre lo territorial, lo cotidiano, con lo trascendental y lo más ficcional. Esa dramaturgia me atrae al leerla y me atrae al producirla. Me interesa el juego. Al teatro se le puede perdonar muchas cosas, pero no se le puede perdonar que no juegue. Y este juego es complejo”.

Así describe el director y actor Víctor Arrojo, la obra y dramaturgia de Rafael Spregelburd. Esa desestructura que plantea el actor, director y dramaturgo argentino, es la clave para entender su obra y conmoverse.

El elenco Cajamarca en su totalidad y con coproducción de la Secretaría de Cultura vuelve a escena con “El Pánico”, una de las obras más representativas de Spregelburd, que debuta esta noche en el espacio Le Parc, con entrada gratuita.

Entre lo cotidiano y la ficción

Después de diferentes experiencias como el montaje de “Santa Juana de América”, “Las alegres comadres” y “El Inspector”, el elenco Cajamarca bajo la dirección de Víctor Arrojo se sube a una nueva aventura. La de llevar una texto complejo a escena, con catorce actores.

Propone, en ese sentido, un montaje diferente desde los estético hasta el tema.

“El Pánico” (que tuvo su versión mendocina en 2005 con la dirección de Lucas Olmedo), traza una historia entre el terror, lo policial y lo corriente. Con su repentina muerte, Emilio se lleva un secreto a la tumba: el escondite de la llave que abre la caja de seguridad de la familia. Su mujer e hijastros estarán dispuestos a atravesar toda clase de peripecias para encontrarla y acceder a sus ahorros. La búsqueda implicará viajar al mundo de los muertos.

"Es un relato policial que cuenta una historia secreta mientras aparenta contar otra a viva voz (la búsqueda de una llave)".

La obra  forma parte de la saga dedicada a los Siete Pecados Capitales y de las Cuatro Postrimerías (o Tabla de los Siete Pecados) y según su autor, “es un relato policial que cuenta una historia secreta (el horror al reencuentro entre vivos y muertos) mientras aparenta contar otra a viva voz (la búsqueda de una llave)".

Luego de un año y medio de trabajo, el elenco mendocino bajo las directrices de Arrojo (quien dirige por primera vez una obra Spregelburd), asumen el reto de recrear un discurso que roza lo trascendental y plantea un hiperrealismo teatral.

-¿Por qué eligieron este texto?

-Nosotros veníamos trabajando en un formato con equipos parciales y teníamos la necesidad de hacer algo todo juntos y nunca pensamos en chiquito. Tuvimos intenciones de hacer “Rinocerontes” de Ionesco, que no se ha hecho. Después “Israfel” de Abelardo Castillo, que me dio mucha pena que nos dejara y nunca la monte. Pero no descarto hacerla en algún momento. Y otra obra importante que quedaba en carpeta era “El Pánico” de Rafael Sprejerburd. Nunca había dirigido una obra de él y bueno, siempre es un desafío, una tentación a la teatralidad, a replantearse muchos esquemas y experimentar.

-¿Cómo fue el proceso de interpretar y montar esta obra?

-No existe una puesta en escena que no toques el texto. Siempre hay una dramaturgia nueva. La puesta en escena se transforma en un hecho artístico nuevo y la traductora de un texto. Pero la puesta tuvo nuestra visión, nuestra dramaturgia, siempre con el respeto. Al texto lo adoptamos, es más lindo que adaptar. Y refleja más el proceso.

-Tal vez uno de los puntos más ricos en la dramaturgia de Rafael Spregelburd es que rompe con los esquemas de la teatralidad...

-Una de las características de estas obras, que no hay un personaje principal. Va rompiendo con lo más clásico, desaparece el concepto de personaje protagonista. Es una paleta de personajes, de situaciones, muy simultáneas y con un peso dramático. Hay un emergente que evidentemente es la familia y una familia disfuncional, es la que une las historias. Pero a nivel de discurso, de peso escénico no hay un personaje. La familia es un grupo de personajes que van llevando la trama.

Porque la obra lo requiere y las condiciones naturales del elenco lo permiten, se da un cruce generacional, pocas veces visto en una producción teatral. David Maya, Sandra Viggiani, Hernán Ortiz Bandes, Alicia Casares y Víctor Arrojo, la parte troncal del grupo, a ellos se unen Mariela Locarno, Luli Battistini, Mirta Rodríguez, Verónica Manzone,  Luisina González,  Ailén Díaz, Melisa Lara, Mau Funes, Laura Bagnato y Licia Kûhne, son quienes le dan vida a estos personajes y relato.

Desde el aspecto técnico, hubo un estudio previo y la creación de un dispositivo escenográfico, que permita recrear los escenarios, que plantea la historia. A su vez, la música original de Aballay, confluye en el tiempo dramático.

"Spregelburd reivindica el juego desde la teatralidad. Pone en valor al aspecto lúdico, que es lo más importante y al que no se tiene que renunciar"

-En el trabajo, ¿cuál fue el desafío mayor que se les presentó?

-El desafío fue el tono de las actuaciones, el tratamiento de las atmósferas de cada escena. De alguna manera nosotros tomamos decisiones, que el desafío fuera mayor. Por un tema de perspectiva de producción y del espacio, no podíamos centrarnos en el hiperrealismo que proponen los espacios en la obra. Y nos desviamos a una propuesta más constructivista, minimalista, más teatral, menos cotidiano los espacios. Y eso hubo que trabajarlo mucho, para que funcionara orgánicamente en la puesta.

Este tipo de obras del hiperrealismo a comienzos de 2000, pasa por el ámbito cotidiano. Y cuando tomamos el texto, quedarnos en ese lugar no nos resultaba. Además por una cuestión de autogestión, no te podés quedar a mitad de camino. O invadis una casa para hacer una obra o haces un esfuerzo por construir ese hiperrealismo en un teatro. Y ahí se corren más riesgos. Son espacios muy diferentes que había que trabajar y construimos un dispositivo escénico que funciona muy bien.

-Además de la envergadura de dirigir catorce actores, hay un confluencia importante con la experiencia de los artistas del elenco...

-Hay un cruce generacional en escena, que no se da siempre. Y eso te permite analizar desde diferentes miradas. Además se da una organicidad con los personajes. El que tiene 50, lo interpreta un actor de 50. El que tiene 20, lo hace uno de 20 y no siempre se da esa situación. Es un grupo de base el Cajamarca, pero para esta puesta hemos reforzado con otros actores.

-¿Qué es lo que más te atrapa de la dramaturgia de Spregelburd?

-Reivindica el juego desde la teatralidad. Pone en valor al aspecto lúdico, que es lo más importante y al que no se tiene que renunciar. Y esta obra tiene ese componente, desde lo narrativo, desde los personajes, los espacios. Además,  el espectador tiene que estar muy atento, muy activo. Es una fábulas complejas en términos de cruce de historias, influenciadas por el cine contemporáneo, donde la narración es fragmentada, el personaje más chico es el más importante.

La ficha

EL PÁNICO
Dramaturgia: Rafael Spregelburd.
Dirección: Víctor Arrojo. 
Actúan: Mariela Locarno, Luli Battistini, David Maya, Sandra Viggiani, Hernán Ortiz Bandes, Mirta Rodríguez, Verónica Manzone, Luisina González, Alicia Casáres, Ailén Díaz, Melisa Lara, Mau Funes, Laura Bagnato y Licia Kûhne. 
Música original: Abalay.
Realización dispositivo escénico: Álvaro Benavente. 
Diseño de iluminación: David Maya y Victor Arrojo. 
Día y hora: hoy, a las 21.30.
Lugar: sala Armando Tejada Gómez, Espacio Julio Le Parc (Mitre y Godoy Cruz, Guaymallén). 
Entrada: Gratis (hasta 4 entradas por persona), desde las 12 a 19, en la boletería del espacio.

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