Viaje en el mar: de Tupungato a la Fragata Libertad

Germán Serrano supo que sería marino a los 8 años, cuando vio al emblemático barco en Mar del Plata. A bordo de ella, está por terminar una aventura de 6 meses por el mundo.

Aunque extraña a su familia, Germán se siente un “privilegiado” por todo lo que está viviendo. Regresa de una travesía por el mundo, en la que ha podido recibir el afecto de compatriotas radicados en distintos países.

Ha conocido ciudades en las que jamás pensó estar. Y lo mejor de todo, según destaca, es que lo hizo cumpliendo con su trabajo y llevando orgulloso la bandera argentina.

Algo de esto debió imaginar aquel niño de 8 años el día en que quedó fascinado al ver , amarrada al muelle en Mar del Plata, a la Fragata ARA Libertad.

Este tupungatino había llegado hasta La Feliz con sus compañeros de tercer grado de la escuela Emilia Herrera de Toro por haber ganado un torneo de fútbol. Recuerda que le impactó, más que a ninguno, la imponente imagen del buque escuela y soñó con ser parte de su tripulación.

La última semana, Germán Serrano arribó a las playas de Río de Janeiro, Brasil, y lo hizo como tripulante de la emblemática embarcación argentina. Bien lejos del mar, en el barrio Aeroclub de Tupungato, su familia sigue por internet el paso a paso del recorrido que el joven ha realizado desde que zarpó en abril de Buenos Aires.

“Cada uno vive el viaje a su manera. Siento que ha sido una experiencia increíble. Para mí, la visita a Italia fue lo mejor... poder conocer las ciudades en las que estuve no tiene precio”, confesó Germán a Los Andes en una entrevista realizada por Facebook cuando llegaba a Río.

Serrano no es el único mendocino que tiene el honor de participar de esta “Travesía Bicentenaria” de la Fragata Libertad, que a dos siglos de la Independencia busca estrechar vínculos y reforzar la presencia argentina en los puertos del mundo.

Pero, además, este es el 45° Viaje de Instrucción de este buque, cuya principal función es la de convertir en oficiales de Marina a los cadetes del último año de la Escuela Naval Militar.

“Somos varios mendocinos, tanto oficiales que están terminando su instrucción como parte de la dotación”, cuenta el marino.

Quizá lo que más llamó la atención de Germán es la buena predisposición y atención con la que han sido recibidos en cada ciudad. Además, destacó que “la comunidad argentina de esos lugares nos espera y nos trata muy bien”.

Claro que no todas son flores. A veces las largas horas sobre el mar (el itinerario tiene 133 días de mar y 63 en puerto extranjero) se hacen difíciles de llevar. Allí es cuando el marinero reconoce: “Jugamos mucho a la play para pasar el tiempo”.

Sueño cumplido

Después de aquella jornada marplatense en que soñó con ser marinero, Germán volvió a su vida junto a la montaña, pero supo mantener encendido el anhelo. Cuando egresó del secundario en la escuela Ernesto Piaggi, decidió abandonar Mendoza y anotarse en la Armada.

En la Escuela de Suboficiales se especializó como furriel, que es el cargo que ocupa actualmente en la Libertad. El furriel es el marino que se ocupa de las gestiones institucionales y los aspectos administrativos. Esta profesión lo llevó a Ushuaia, Tierra del Fuego, y ahora al mundo entero con el velero argentino.

“En este caso desarrollo mi trabajo en la parte contable de Abastecimiento, en la Tesorería de la nave”, detalló quien también cumple guardias de vigilancia durante los días de navegación en alta mar, y de mensajería operativa en tierra.

Después de navegar 6 largos meses, Germán llegará a Buenos Aires el 5 de noviembre. No ve la hora de estrechar a su familia tupungatina, pero sobre todo darle un gran abrazo a su hijo, quien seguramente disfrutará de las aventuras narradas por su padre.

Travesía del Bicentenario por 10 países

La Fragata Libertad zarpó del puerto de Buenos Aires el 23 de abril. Lleva 351 tripulantes entre oficiales, suboficiales y guardiamarinas. El propio presidente Mauricio Macri los despidió al partir, pues se trata de un itinerario especial, ya que pretende mostrar una clara apertura internacional de nuestro país.

El primer puerto de la travesía fue Recife (Brasil) y la fragata continuó su viaje por tres puertos norteamericanos: Baltimore, Norfolk y Nueva York. El 18 de junio cruzó el océano Atlántico con destino a Amsterdam (Holanda) y las siguientes escalas fueron Brest (Francia), Liverpool (Reino Unido), Dublín (Irlanda), El Ferrol (España), Tolón (Francia), Civitavecchia (Italia) y El Pireo (Grecia). Luego de visitar Cádiz (España) volvieron a cruzar el Atlántico y llegaron días atrás a Río de Janeiro (Brasil).

Durante el viaje, los aprendices argentinos de la Fragata Libertad desarrollan prácticas profesionales en el arte de la navegación, adquieren formación operativa y las primeras experiencias en administración del material y conducción del personal. Además, experimentan el intercambio cultural con la visita a más de 10 países extranjeros.

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