Versiones sobre la devaluación impactan en la economía cotidiana

Autos con sobreprecio, pasajes más caros, empresarios que estoquean y chacareros que no venden los granos cosechados.

En el último mes, el precio del trigo en el exterior bajó 1,9%. Pero en la Argentina, también en dólares, subió un 19,3%. La Fundación Mediterránea, en un estudio difundido, lo llama el “Efecto Elecciones”.

O cómo los anuncios que van desgranando los candidatos están golpeando en la realidad económica. Mayor demanda de algunos productos, problemas de abastecimiento de otros empiezan a ser corrientes al ritmo de la discusión sobre la devaluación.

“En 2013, una tonelada de trigo llegó a valer $ 4.000, y la bolsa de harina entre 360 y 400 pesos -dijo Diego Cifarelli, presidente de la Federación de la Industria Molinera-. Hoy hablamos que con un incremento del 20% estamos alrededor de los $ 200 a nivel país”. ¿Por qué sube el trigo? Es una combinación de las promesas electorales de menores retenciones y la posibilidad de una devaluación.

“Los chacareros no están vendiendo ni un kilo de granos, y eso está complicando todo”, dicen los productores de semillas y productos agrícolas.

“Veníamos con una caída de 15 a 20% en los despachos de insumos, pero en las últimas tres semanas se pararon totalmente”, coinciden en dos de las mayores empresas del sector. Siguiendo con el estudio de la Mediterránea, en un mes el maíz subió en el mundo 2,8% y aquí 10,8%; en el caso de la soja, afuera bajó 1,9% y aquí tuvo un alza de 3,9%. Más “Efecto Elecciones”.

“Si los productores no se deciden a vender el grano que tienen en los silobolsa y a empezar a sembrar ya la soja, el maíz y el girasol del año próximo, la producción podría verse afectada”, dicen en una productora de semillas. “¿Usted vendería sus granos cuando le dicen que le van a bajar los impuestos y que habrá devaluación?”, preguntan en otra. Sobre la baja de retenciones coinciden Macri y Scioli.

Cambiemos habla de un “dólar libre” que todos imaginan superior al oficial de hoy. Scioli dijo que el dólar costaría “menos de $ 10 en enero”. Pero no aclaró qué pasaría después.

Los chacareros no son los únicos que actúan en esa línea. “En las últimas semanas tuvimos una mayor demanda de parte de los mayoristas, que quieren comprarnos más que lo habitual -cuentan en una fábrica de alimentos-. Les decimos que si pretenden sobreestoquearse para quedar mejor parados contra una devaluación, que no nos tomen a nosotros de punto. Les estamos despachando sólo los volúmenes que compraron en promedio en el último trimestre”.

“Estamos con una quincena récord de ventas”, añaden en una cadena de electrodomésticos. ¿Es porque la gente quiere preservar sus ahorros transformándolos en computadoras, televisores, heladeras?, fue la pregunta. “Puede ser una parte, pero también pesaron mucho los descuentos del Black Friday y el Ciber Monday. Aunque lo que más vendimos fueron los televisores Led de mayor tamaño”.

En la vida cotidiana la posibilidad de una devaluación impacta. “Sabemos que algunos concesionarios están cobrando sobreprecios por los cero kilómetro”, reconocen en una automotriz. “¿Quién te va a entregar un auto, que es como un dólar, a un valor en pesos, cuando lo tendrá que reponer a otro precio más alto por la devaluación”, justifican.

En las líneas aéreas también tienen mayor demanda de gente que quiere comprar pasajes antes que la devaluación los encarezcan. “Para no quedar descalzados frenamos las ventas", reconocen en una compañía. Otras aumentaron los precios al doble.

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