Vanuatu, de paraíso vip a zona devastada por el ciclón Pam

La magnitud de los daños en el archipiélago sigue siendo difícil de calibrar. El paisaje es desolador y faltan alimentos.

Vanuatu, de paraíso vip a zona devastada por el ciclón Pam
Vanuatu, de paraíso vip a zona devastada por el ciclón Pam

Los habitantes de Vanuatu podrían carecer de alimentos rápidamente, se alarmaron este martes las autoridades del archipiélago tras el paso devastador del ciclón Pam, que dejó 24 muertos en este archipiélago del Pacífico sur.


Al amanecer del martes, montones de hojas y ramas cubrían las calles de la capital, Port Vila.

Los habitantes empezaban a retirar restos de techumbres metálicas de las carreteras alrededro de sus casas, o cortaban los árboles caídos con ayuda de machetes.

Otros intentaban secar sus enseres, directamente en el suelo o colgados en tendederos.

La magnitud de los daños en el conjunto del archipiélago, compuesto por más de 80 islas, seguía siendo difícil de calibrar al estar cortados gran parte de los medios de comunicación.

El balance es hasta el momento de 24 muertos, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés), y 30 heridos, según el presidente Baldwin Lonsdale.

Con la voz ahogada por la emoción, Lonsdale explicó el lunes que las necesidades son inmensas.

"En lo inmediato necesitamos ayuda humanitaria, a más largo plazo necesitamos ayuda financiera y asistencia para empezar a reconstruir nuestras infraestructuras. Tenemos que reconstruirlo todo", subrayó.


El ciclón de categoría 5 -la más alta- arrasó el viernes el archipiélago de 270.000 habitantes, acompañado de vientos superiores a 320 km/h.
Según Benjamin Shing, de la oficina presidencial, la penuria amenaza a los sobrevivientes.

"La primera semana, contamos con que los productos de cultivos y jardines siguen siendo comestibles (...) pero después de la primera semana, necesitaremos raciones sobre el terreno", dijo este martes a la Australian Broadcasting Corporation.

Las asociaciones humanitarias experimentaban grandes dificultades para ayudar a los sobrevivientes.

"Seguimos sin contacto con las otras provincias", se inquieta Tom Perry, de la oenegé CARE.


"Nadie sabe realmente cual es el impacto (del ciclón) pero sabemos que en el sur en particular, la región permaneció varias horas en el ojo del ciclón", añadió.

Riesgo de enfermedades 

Según los socorristas, un 90% de viviendas resultaron dañadas en Port Vila. Y si el agua se restableció en un 80%, la electricidad sigue faltando en numerosos barrios. El estado de emergencia fue decretado el domingo en todo el país, con toque de queda a partir de las seis de la tarde para evitar los saqueos.

A pesar del ballet de aviones militares franceses, australianos y neozelandeses llegados al archipiélago cargados de víveres, las oenegés no tienen manera de repartir los víveres en las islas más alejadas.


Dicen que se necesitarán días para llegar a cada localidad arrasada por el ciclón y temen la propagación de enfermedades.
Las necesidades en agua potable, baños portátiles y pastillas de purificación de agua deben determinarse rápidamente, explicó el director de la oenegé Oxfam en Vanuatu, Colin Colette. "Hay seguramente 100.000 damnificados, las escuelas están destruidas, los albergues están llenos, las clínicas y las morgues están dañadas".

Al menos 3.300 personas se encuentran en 37 albergues, según la ONU.


Según la Unicef, la catástrofe podría afectar a 60.000 niños, particularmente vulnerables en este país pobre donde el índice de malnutrición es alto.
Para el director de la oenegé Save the Children, Tom Skirrow, las condiciones son peores que en Filipinas en noviembre de 2013, cuando el supertifón Haiyan arrasó el archipiélago dejando a su paso 7.350 muertos y desaparecidos.


Charlotte Gillan, una enfermera australiana que vive en la localidad de Tango, cerca de Port Vila, también teme las epidemias.
"Con toda esta lluvia y los detritos que abundan, tendremos malaria y dengue, la contaminación del agua va a provocar diarreas y vómitos. La gente depende de su huerta para comer pero todo eso ha desaparecido", explicó a la agencia Australian Associated Press.

Cambio climático

El presidente Lonsdale dijo a una televisión australiana que "el cambio climático contribuyó al desastre" en Vanuatu. "Asistimos a la subida del nivel del mar, a la modificación de los esquemas meteorológicos".

Constatación compartida por su homólogo de las islas Seychelles, James Michel, que instó a la comunidad internacional a "despertarse". El ciclón Pam "es una manifestación clara del cambio climático que algunos siguen negando", estimó. "Hoy es el Pacífico sur, mañana podríamos ser nosotros", afirmó el jefe del Estado de ese archipiélago índico.

El Reino Unido ha prometido una ayuda de dos millones de libras (2,8 millones de euros), la Unión Europea un millón de euros, Nueva Zelanda 370.000 dólares y Australia 3,8 millones de dólares (3,6 millones de euros).

El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo estar dispuesto a ayudar urgentemente al archipiélago y a "reconstruir la economía en los próximos meses".

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