Vacaciones… y no morir en el intento

Llega el final del año y con ello, las ganas de salir pronto de la rutina y embarcarse en las tan ansiadas vacaciones. Algunos lo hacen junto a su familia, otros con amigos y hay quienes deciden salir solos. ¿Qué es mejor?

¡A descansar que llegaron las vacaciones! Pero, estas están inconclusas si nos quedamos en casa mirándonos las caras. Tenemos que decidir al menos, salir un fin de semana a recorrer algún lugar que nos libere y cargue de energía. Y es ahí donde comienza el debate: ¿dónde ir?, ¿cuánto gastar? y lo más importante: ¿quién va? Es muy común ver en los centros turísticos jóvenes que eligen vacacionar en familia y también aquellos que deciden hacerlo con amigos o, simplemente, animarse y hacerlo solos.

Se supone que las vacaciones son un buen momento de esparcimiento familiar, donde todos vuelven a encontrarse; pero a veces es bueno comprender que nuestros chicos –adolescentes- también quieren “liberarse” de la dinámica familiar.

Pero, no todo está perdido “podemos pensar aún en salidas en familia,  siempre teniendo en cuenta escoger lugares donde realizar actividades saludables para la diversidad de edades que haya en el grupo de excursión” dice Javier Quinteros –agencia de turismo-, “buscar soluciones tanto para padres como para hijos”.

En caso de salir en familia

Antes que nada, es bueno ponerle límites al uso de la tecnología, ya que las vacaciones son un período del año destinado a pasarla bien, salir, recorrer, conocer y no podemos hacerlo si estamos conectados todo el tiempo.

“Es bueno que los padres, en la medida que puedan, sepan poner límites a estos hábitos de los chicos.  Esto lo podríamos llamar como “la época de la imaginación líquida” ya que todo es rápido, fugaz y se pierde en el camino”, dice la psicóloga Laura Giménez.

Si los hijos son pequeños, pues, aprovechar estos días de descanso y reencontrarse con ellos a través del juego y las actividades creativas: “según el lugar que se escoja serán las actividades para disfrutar en familia, pero hay varias como caminatas, cabalgatas, paseos por parques naturales o de diversiones.

Otra propuesta interesante es pasear en bicicleta por puntos principales que incluyan plazas –donde los chicos puedan jugar- así como espacios destinados a los papás, para que también disfruten del receso sin que todo sea exclusivo para los más pequeños”, agrega Quinteros.

Lo más importante de las vacaciones en familia es que durante estos diez o quince días, el grupo pueda disfrutar del lugar haciendo actividades que los incluyan a todos. Tarea difícil cuando la diversidad de edades es grande, pero no imposible.

“Tenemos que salir de casa con una regla básica….saber que salimos  para pasarla bien y en familia, por lo tanto cada uno de sus miembros tendrá voz y voto durante el paseo pero no exclusividad, ya que las vacaciones son de todos”, comparte Giménez.

Una buena idea es organizar los días y que cada miembro de la familia escoja qué hacer durante una jornada, “así todos tendrán la misma oportunidad de hacer lo que más quieren y les gusta, pero también, saber disfrutar de lo que a otro le gusta hacer”,afirma la psicóloga. ¡Nada de poner cara de mufa ni de aburrimiento, que cada cual tiene su turno!

¡No voy con ustedes, me voy con amigos!

La adolescencia. Esos años donde no queremos que nos vean con nuestra familia, sino en libertad y con amigos. ¿Quién no lo pensó alguna vez? Pues bien, los adolescente de hoy no solo lo piensan sino que lo dicen y ¡lo hacen! Quieren salir de vacaciones y prefieren hacerlo con amigos. ¿Está mal? ¡Claro que no! Es un buen momento para darles confianza y, también, para generar espacios respetables.

A veces la familia deja de ser el mejor plan para salir de paseo y eso es respetable. Las excusas son varias: “¡por qué con ustedes me aburro!”, “¡siempre van a los mismos lugares!”, “¡ese lugar no me gusta!”, etc. Y, antes de sufrir un ataque a las emociones, por qué mejor ponernos en el lugar del adolescente y consultarle: ¿qué prefiere para este verano?

“Entre los 17 y 18 años los adolescentes ya han incorporado -para sí- lo que son las pautas y valores transmitidos desde el seno familiar y si hemos hecho esa tarea como padres, no debemos morir de angustia porque nos dicen no querer veranear con nosotros” dice Giménez. Este es un buen momento para dejarlos salir del nido y que pongan en práctica lo que han aprendido.

Si hay algo importante en la crianza es formar sujetos autónomos y capaces de enfrentar situaciones y para ello, los adolescentes necesitan confianza, seguridad y son los padres quienes tienen que transmitir esos valores. Además del autorespeto y el cuidado de su cuerpo e integridad.

Bien, si un adolescente escoge salir en época de vacaciones con amigos lo mejor es “reforzar los valores y pautas de comportamiento para que, por sí solos, sepan bien cómo actuar y disfrutar de esos días”, añade la profesional. Además, tener en cuenta que a su edad son comunes los encuentros sexuales, por lo tanto debemos aconsejarlos y recomendarles métodos de cuidado.

Obviamente que sobran recomendaciones como saber dónde van, con quién y qué necesitan, ayudarlos a escoger lugares seguros donde pasar los días y dónde hospedarse; dejar claro la cantidad de días de receso, pactar horarios de comunicación diaria –no solo para saber cómo están, sino compartir qué hicieron durante el día y qué más les queda por disfrutar-, y aconsejar sobre el manejo del dinero.

Por otro lado, no es recomendable dejar a los chicos salir solos-solos de vacaciones, ya  que la adolescencia es un período de inseguridad y no es un buen  momento para hacerlo en soledad absoluta. Explicarles que para eso hay tiempo.

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