Usar el cactus como forraje

Nuevo recurso para alimentar animales en zonas áridas

Prácticamente desde su creación en 1972, el Iadiza está abocado, entre otras múltiples temáticas,  a resolver problemas regionales de zonas áridas, tales como la producción ganadera. Una de las líneas de trabajo se refiere a la utilización de cactáceas como forraje en los sistemas de producción animal en tierras secas.

Las cactáceas, en su proceso evolutivo, desarrollaron mecanismos que les han permitido sobrevivir  en condiciones desfavorables, y en la actualidad forman parte del ambiente natural de muchas regiones.

Dentro de las familias de los cactus, el género Opuntia puede ser considerado como uno de los más importantes, existiendo numerosas razones para su difusión alrededor del mundo como, por ejemplo, crecer en ambientes hostiles con características de altas o bajas temperaturas.

Al final del siglo pasado, el área cultivada de especies de Opuntia era estimada en 900.000 hectáreas, sobrepasando ampliamente a las 100.000 hectáreas destinadas a la producción de frutos. En nuestro país, el área cultivada de cactus  es estimada en unas 10.000 hectáreas destinadas a la producción de forraje y frutos.

Si bien Opuntia ellisiana Griffiths es una especie de menor crecimiento comparada con otros  cactus, ha demostrado ser la única especie sin espinas y con destino a forraje, que es resistente a las heladas en algunas zonas de EEUU, como Texas, y en la provincia de Mendoza.  

En condiciones de secano, la baja calidad del forraje conjuntamente con la falta de agua, son situaciones que pueden ser paliadas con la introducción de la Opuntia. Es un alimento rico en energía, calcio y carotenos pero pobre en fibra y proteínas. Por ello, numerosos esfuerzos en distintas partes del mundo se realizan con el propósito de aumentar el contenido proteico de los cactus destinados a la alimentación animal, como por ejemplo el uso de fertilizantes.

Múltiples servicios

Por otra parte, en nuestra región existe una especie arbórea como el algarrobo (Prosopis sp.) que al igual que el cactus tiene la capacidad  de tolerar condiciones edáficas desfavorables como la salinidad y alcalinidad, y también está bien adaptada a la herbivoría. Estas razones le dan una posición dominante en los sistemas silvopastoriles del árido y semiáridos de América.

Asimismo, el algarrobo genera heterogeneidad espacial que afecta la distribución de arbustos y herbáceas debido a la modificación de las condiciones microclimáticas bajo su cobertura: moderación de temperaturas extremas, disminución de evaporación, redistribución de las precipitaciones y de la intensidad lumínica; incremento de la fertilidad a través de la fijación de nitrógeno atmosférico; efectos físicos y químicos del mantillo y competencia por luz y agua.

Sobre la base de las evidencias mencionadas anteriormente,  se iniciaron estudios en el CCT Conicet Mendoza para determinar el efecto de la asociación árbol-cactus sobre el contenido de proteína y productividad de O. ellisiana implantadas bajo y fuera  de la copa de Prosopis sp., considerando la orientación norte- sur respecto al tronco del árbol.

Los resultados preliminares  indican que la productividad y el contenido de proteína de los cactus fueron 3,2 y 5,7 cladodios (paletas) por planta y 4,4 y 8,0 % de proteína fuera y bajo la cobertura del algarrobo, respectivamente. Es destacable que los valores de proteína fueron prácticamente duplicados.  También fueron influenciados positivamente los valores de materia orgánica, potasio y fósforo. La orientación norte-sur no tuvo influencia en los parámetros anteriormente mencionados. Luego de un período de dos años, los cladodios de O. ellisiana no presentaron signos de congelamiento,  corroborando la bondad de esta especie en cuanto a su resistencia a las bajas temperaturas, frecuentes en algunas áreas de nuestra provincia.

Existen evidencias de la factibilidad técnica del reemplazo de un forraje convencional como el maíz por cactus, sin afectar la conversión del alimento ni presentar disturbios digestivos. Niveles crecientes de cactus en la dieta favorecen una alta digestibilidad de nutrientes, mejoran la calidad del forraje y reducen el consumo voluntario de agua. Estas razones lo tornan un excelente alimento y reserva de agua para ser utilizado en condiciones de aridez.

Cultivos apropiados

Análisis de factibilidad económica, comparando los costos de producción de cactus y de maíz, indican la conveniencia de la utilización del cactus como  reemplazo del maíz en la alimentación de ovinos.

El futuro de las regiones áridas y semiáridas depende del desarrollo de sistemas agronómicos sustentables y la implementación de cultivos apropiados. El cactus puede satisfacer estos requerimientos y actuar como reserva estratégica de alimento para mitigar los efectos de la sequía en los sistemas de producción de ganado en las regiones citadas anteriormente.

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