Una alianza opositora parcial frente al poder

“La oposición enfrenta el desafío con una ‘alianza chica’ que complica su tarea de llegar al poder”, nos dice el autor. Y destaca que el triunfo de Alfredo Cornejo en Mendoza -única de las cinco elecciones realizadas en que el oficialismo pudo ser derrota

Por Rosendo Fraga - Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría. - Especial para Los Andes

El cierre de las alianzas puso en evidencia que finalmente no hubo acuerdo entre Macri y Massa para unificar electoralmente a la oposición.

Las tres primeras fuerzas -sobre 9 que se presentan- tienen competencia: en el FpV, entre Scioli y Massa, en Cambiemos (Pro y aliados) es entre Macri, Sanz y Carrió y en el FR se enfrentarán Massa y De la Sota. Que el ex intendente de Tigre haya decidido presentarse implica que la polarización entre Scioli y Macri encontrará un límite.

La decisión de Macri parece inspirada por el principal de sus asesores (Durán Barba), quien insiste en que debe diferenciarse de la vieja política, que los “aparatos” ya no importan y que aun perdiendo Macri ganará al quedar como posible competidor y ganador para 2019.

La paradoja es que Massa y Macri apoyan o han apoyado al mismo candidato a Gobernador en 12 distritos y que en dos de ellos (Entre Ríos y Santa Cruz), el acuerdo se cerró la misma semana que rechazó el nacional.

Fracasado el acuerdo opositor, las posibilidades del oficialismo de ganar las elecciones presidenciales aumentan. Ganando Scioli las PASO -en las 12 últimas encuestas publicadas en todas está primero y en las últimas por más de 10 puntos- difícilmente los votantes de Randazzo dejen de votar por el FpV.

Además, el sistema electoral argentino facilita que la primera minoría gane en primera vuelta, ya que alcanzando 40% y 10 puntos de ventaja sobre el segundo ya gana el primero, o llegando al 45% se gana por un voto, cualquiera sea la diferencia sobre el segundo.

En cuanto a los votos que obtengan Massa y De la Sota es más probable que en la segunda vuelta vayan más hacia Scioli que en dirección a Macri, dado su origen peronista.

El cierre de candidaturas ya confirmó que la decisión de la Presidenta no tiene límites. Tanto que Scioli aceptó sin reparo que el secretario Legal y Técnico de la Presidencia (Zannini) sea su candidato a vicepresidente y que dirigentes de La Cámpora encabecen las listas de candidatos a diputados nacionales en la Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad de Buenos Aires. Máximo Kirchner es el primer candidato a diputado nacional en Santa Cruz, como anticiparon tanto Kicillof cuanto Recalde.

La Presidenta está tomando todas las decisiones, como lo mostró al rechazar el acuerdo en Chubut con el ex gobernador Das Neves, que le hubiera dado un triunfo seguro en el distrito.

En Cambiemos (la alianza del Pro con la UCR y la CC), Macri lleva como vice a Gabriela Michetti, una figura popular pero que implica una fórmula exclusivamente porteña y sólo del Pro. Carrió va con un dirigente social (Toty Flores) y Sanz con un economista (Lucas Llach), al mismo tiempo que se lamenta porque no se llegó a un acuerdo con Massa en la provincia de Buenos Aires.

En la mitad de los distritos, la UCR va con lista propia para diputados nacionales, al no lograrse acuerdo con el Pro y la Coalición Cívica lo hace tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en la Provincia de Buenos Aires.

El triunfo de la oposición en Mendoza -la única de las cinco elecciones de gobernador realizadas en la cual el oficialismo local pudo ser derrotado- confirmó que sólo una alianza opositora amplia hoy puede ganarle al poder.

Pero el kirchnerismo sigue avanzando para controlar la Justicia, al mismo tiempo que evidencia diferencias con el sindicalismo, la Iglesia y el campo, manteniendo una política exterior confrontativa.

a Cámara de Diputados dio sanción definitiva a la media docena de proyectos de ley conocidos como “el blindaje judicial”, por los efectos favorables que generan al kirchnerismo en el futuro.

Ellos implican ampliar las atribuciones de la procuradora General de la Nación (Gils Carbó), quien está alineada con el kirchnerismo y continúa en el cargo después del 10 de diciembre; se le otorga la capacidad de designar 1.300 funcionarios judiciales y empleados nuevos; aumentan las atribuciones de los fiscales, que el oficialismo está designando entre sus militantes en los últimos meses y disminuyen las de los jueces federales y creándose una nueva Cámara de Apelaciones en Santa Cruz, donde irán en segunda instancia numerosas causas de corrupción.

Al mismo tiempo, continúa la ofensiva contra la Corte Suprema, con la investigación sobre la salud mental de Fayt que lleva adelante una subcomisión de la Comisión de Juicio Político de Diputados y el pedido del bloque de diputados nacionales del FpV para que sea investigada toda la Corte por “falsedad ideológica”.

En este contexto la Corte presidió un acto al que concurrieron numerosos jueces, en el que su presidente (Lorenzetti) instó a resistir las presiones del Gobierno y reclamó independencia para el Poder Judicial.

El paro general realizado el martes 9 por los gremios del transporte y las tres centrales sindicales opositoras volvió a ser contundente, pero el Gobierno no cederá ante los reclamos. La polémica desatada por las cifras que, en Italia, dio la Presidenta sobre la pobreza y las afirmaciones de Aníbal Fernández de que la pobreza es mayor en Alemania, llevaron al Episcopado a ratificar que es más de cinco veces mayor.

La defensa de Fayt realizada por el Papa a través del arzobispo de Buenos Aires (Poli) es otra manifestación de diferencia entre el Gobierno y la Iglesia, pese al reciente encuentro de la Presidenta con el papa Francisco. Mientras el campo impulsa nuevas protestas -como las realizadas en Río Negro y Neuquén-, el Foro de Convergencia Empresaria planteó una agenda a resolver para el futuro gobierno.

En política exterior, Kicillof criticó a la agregada comercial de los Estados Unidos por decir que el cepo complicaba las inversiones, la Presidenta calificó de “maleducado” a David Cameron por criticar al canciller Timmerman en la Cumbre Celac-UE y Argentina rechazó la posibilidad de avanzar en el TLC Mercosur-UE.

En conclusión, a cuatro meses de las elecciones, el oficialismo confirma que “redobla la apuesta” tanto en la gestión de gobierno como en lo electoral, mientras que la oposición enfrenta el desafío con una “alianza chica” que complica y no facilita su tarea de llegar al poder.

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