Un triunfo de laboratorio

Con oficio, Maipú sacó adelante un partido que arrancó mal. Ganó 3-2 con dos goles de pelota parada y un contragolpe de colección. El Cruzado está invicto y mira a todos desde arriba.

Un triunfo de laboratorio
Un triunfo de laboratorio

Entiéndase como experiencia la enseñanza que se adquiere con la práctica. O el acontecimiento que se vive y del que se aprende algo. Así pasa del Deportivo Maipú en el presente Federal A. Lo demostró contra Gimnasia en la primera fecha cuando fue un equipo con oficio y lo definió como lo hacen los sabios viejos. En La Rioja no fue la excepción. El Cruzado obtuvo un triunfo que ganó merced a su antigüedad en la categoría. Sabe cómo y dónde pegar.

Tiene jugadores con oficio y un técnico que sabe y mucho como se juegan este tipo de cotejos. En líneas generales, el partido del Cruzado fue chato, regular. Pero, supo  definirlo en el momento justo. Casi que arrancó desde los vestuarios en desventaja. Por esta razón, cayó un desorden generalizado. Será muy difícil que este equipo repita esos primeros 15 minutos de juego. Impreciso, lento y hasta sin creatividad. Sin embargo, tuvo una pelota parada y no falló. Golazo de Matías Guerra.

A partir del empate otro fue el partido. Apareció el Maipú con oficio y el dominio territorial fue absoluto. Pero, cayó muchas veces en el centro al corazón del área, pero al no tener un referente de área, ya que Carlos Sperdutti apostó nuevamente por la dupla Piergüidi- Tambussi, muchos avances terminaron en las cabezas de los centrales riojanos o en las manos de un flojo Medina.

Esta falla en ofensiva lo llevó al DT a la tentación, como lo había anticipado durante la semana, tenía a Delorte en el área y cuando arrancó el complemento, el delantero estaba en la cancha. Y esa intuición al entrenador le dio réditos, porque llegó el primer centro al área y todos se fueron con Delorte, quien luchó en las alturas por la pelota, rebote y apareció la cabeza de Franco para desnivelar. El Cruzado había dado vuelta el resultado. Sin embargo, mucho no duró la alegría. Falló la última línea y tras una gran arremetida de Sánchez, quien tiró el centro atrás, apareció sólo Zárate y Montaña lo trabó. Mancha y penal inventado. Así llegó al empate el dueño de casa.

Más allá del golpe recibido, Maipú no renunció al triunfo y siguió atacando. Aunque muchas veces, la falta de volumen de juego le jugó en contra. Delorte se convirtió en referente y muchas pelotazos fueron para él. Ingresó Gordillo por Montaña y cuando muchos creían que el Cruzado ganaba un volante de contención, sucedió todo lo contrario.

El ex jugador del CEC fue imparable por el sector izquierdo. Con su velocidad y pique corto, hizo temblar la última línea de Tesorieri. El partido se moría y el punto no se veía con malos ojos, sin embargo, apareció un contragolpe de tiza y pizarrón, y Gordillo, el mismo que había avisado en dos oportunidades, realizó una jugada individual magistral que terminó con el balón en el fondo del arco. Golazo y triunfo. Por ahora, el Cruzado está en la cima y no se quiere bajar. Son triunfos que alimentan sueños de ascensos.

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