Un testigo aseguró que el ex juez Luis Leiva conocía lo que pasaba

Fue en un inesperado giro en el Megajuicio que se reanudó ayer en los Tribunales Federales.

Se reanudó en los Tribunales Federales el llamado Megajuicio y que tiene, como nunca antes, a cuatro ex magistrados que en la época de la dictadura transitaban esos mismos pasillos y que hoy lo tienen como acusados de haber omitido investigar las torturas y desapariciones de personas antes y durante el golpe militar de 1976.

Después del rechazo de las recusaciones contra Juan Antonio González Macías, uno de integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 y algunos planteamientos de nulidades, la audiencia número 90, recreó, en boca de los testigos, las desapariciones  de Rolando Bravo, un actor casado con María Rosario "Mariú” Carrera, desaparecido desde el 21 de octubre de 1976; Marcelo Carrera (hermano de la actriz) y empleado de YPF, secuestrado el 24 de noviembre de 1976 y Adriana Bonoldi, docente social y esposa de Marcelo, todos militantes del Partido Revolucionario del Pueblo (PRT).

Sin embargo el dato más sobresaliente de la jornada y que nunca antes había sido revelado, estuvo referido a la mención del nombre del ex juez federal Luis Leiva, como la persona que habría dicho a un empleado judicial de apellido Simoni, que “la mujer sería eliminada después de que diera a luz”.

Luis Leiva fue secretario de uno de los Juzgados Federales durante el gobierno militar y mucho tiempo después fue nombrado, con acuerdo del Senado, como juez federal con competencia electoral.

Pero este dato de “dar a luz” nunca había sido revelado ante la justicia ni a la policía, por cuanto nunca se habló de la desaparición de una mujer embarazada.

Estas desapariciones ocurrieron durante el año 1976, siendo  Adriana la última que fue tomada por un grupo armado, el 1º de diciembre del '76, a poco de terminar un acto de fin de año en la escuela y a pocos metros del domicilio de sus suegros, en las cercanía de la Cervecería Andes.

Sin que nadie lo revelara, Adriana se encontraba en su segundo mes de embarazo y, según algunos datos de los libros de hospital Emilio Civit,  en dicho centro habría habría dado a luz. Sin embargo, este dato nunca pudo ser corroborado por cuanto, ya en democracia, esos libros también desaparecieron.

Según el testimonio de Nino Bonoldi (hermano de la Adriana) tanto los hábeas corpus, como los reclamos en la mesa de entrada de la comisaría 7ª de Godoy Cruz, tenía respuestas calcadas: “No se sabe donde están”.

Algunos testigos de aquellos años hacen referencia a que la mujer fue llevada a un campo cerca de la montaña, pero el dato nunca hasta ahora pudo ser corroborado.

El testimonio del hermano de Adriana (que en aquel tiempo tenía 19 años) y la mención del ex juez federal recién se conoció ahora, cuando el informante lo ratificó este año, ante algunas personas vinculadas a la joven docente desaparecida.

Las audiencias, que comenzaron en febrero del año pasado, continuarán hoy, mientras que se espera que se prolonguen, por lo menos, unos meses antes de llegar a la hora de alegatos y sentencia.

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