Un necesario relevamiento hídrico

El Departamento General de Irrigación se encuentra realizando un relevamiento de las distintas cuencas de la provincia, con la intención de conformar un Balance Hídrico, que resultará fundamental tanto para la actual como para las futuras generaciones.

Las informaciones que llegan desde los organismos mundiales especializados no son para nada alentadoras. Dicen que el mes pasado fue el agosto más caliente del que se tenga registro, y toman como base el promedio mundial de temperaturas sobre las superficies de continentes y océanos.

También advierten sobre los cambios climáticos que generará esa situación, destacando que habrá más lluvias pero menos precipitaciones níveas.

Esos aspectos resultan esenciales para una provincia como Mendoza, con un clima desértico que vive de los deshielos cordilleranos, lo que ha provocado también que la población y la actividad agrícola se haya desarrollado a lo largo de los tres oasis ubicados a los costados de los ríos Mendoza, en el norte; Tunuyán, en el Valle de Uco y centro; y Atuel, en el sur, alcanzando a solo el 3 por ciento de la totalidad del territorio provincial.

Para los mendocinos, el agua que desciende de la montaña es vida y por ese motivo también es que los habitantes han generado a través de los años una verdadera cultura para su cuidado, a punto tal que le dio marco constitucional al Departamento General de Irrigación, estableciendo criterios fundamentales para su funcionamiento, como es el hecho de que su titular trasciende los límites en el tiempo de una gestión gubernamental y que son los propios regantes, a través del voto directo, quienes eligen a los responsables de las diferentes zonas de la provincia.

Su actividad ha ganado prestigio internacional y países como Israel tomaron su funcionamiento para desarrollar allí el manejo del agua.

Precisamente Irrigación ha declarado la emergencia hídrica como consecuencia de la reducción de los deshielos en la alta montaña; ha desarrollado un plan estratégico a 20 años y estudia la posibilidad de crear grandes lagunas en diferentes zonas de la provincia a los efectos de mantener el agua de las lluvias, en el verano, para distribuirla luego en la medida que vaya haciendo falta.

Ahora ha anunciado la realización de un relevamiento y la concreción de un denominado Balance Hídrico, que es considerado una herramienta fundamental de gestión y planificación.

Según se indicó, a través de un estudio se determinará la disponibilidad hídrica por cuencas y, a partir de allí, se aplicarán los actos administrativos necesarios para su mejor aprovechamiento.

Ya se está trabajando en la cuenca del Tunuyán, del Diamante y del Atuel, y se espera contar con los datos totales definitivos en 2017, con la decisión de que, a partir de allí, trabajos similares se realizarán cada 5 años.

El estudio le servirá a Irrigación para establecer pautas futuras, pero también al resto de la actividad provincial, especialmente en el caso del tratamiento del futuro ordenamiento territorial.

Especialmente porque, en la distribución del líquido, el consumo humano tiene prioridad por sobre el del riego y el gasto excesivo de la población va a terminar afectando a quienes tienen necesidad del agua para los cultivos. No debemos olvidar tampoco que Mendoza es uno de los lugares con mayor consumo de agua per cápita en el mundo.

En la tarea para conformar el Balance Hídrico están trabajando distintos organismos provinciales, incluyendo los municipios, profesionales extranjeros y cuenta con la validación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación; un relevamiento y un balance que resultarán fundamentales no solo para establecer pautas para la coyuntura, sino también para el el largo plazo, porque está en juego el bienestar de las futuras generaciones.

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