Un libro invita a los más chicos a contar su propia historia

Se trata de "Este no es un cuento: aquí me cuento", de María Luján Picabea, que invita a los chicos a interactuar y a escribir.

La periodista y escritora especialista en literatura para la infancia María Luján Picabea acaba de publicar "Este no es un cuento: aquí me cuento", un libro con el que invita a los chicos a interactuar con el texto a partir de anotaciones personales, con el objetivo de interpelar temas como el paso del tiempo, el desapego, los miedos, la muerte y el amor.

"Hace un tiempo comencé a trabajar con chicos. En los talleres de lectura leía junto a ellos, y lo que sucedió es que empezaron a aparecer temas importantes, íntimos, pocas veces abordados en otros contextos, no era una simple lectura de un cuento. A partir de ciertos disparadores se ponían a conversar sobre sus sentimientos. Es decir que una propuesta lúdica disparada por una lectura les permitía poner en palabras cosas que no son tan simples de abordar", comenta la especialista en diálogo con Télam.

Picabea nació en Rojas, provincia de Buenos Aires, en 1978, trabajó en el diario Clarín y es autora del libro "Todo lo que necesitás saber sobre literatura para la infancia"

En este nuevo texto, editado por Paidós, la escritora hace referencia al tema de la muerte y relata la historia de una nena que un día a los 8 años despidió a su abuela sabiendo que era la última vez que la vería y a los pocos días murió.

"Aún esquivando la despedida, no pude retenerla. Irreversible, la muerte es irreversible. No tiene vuelta atrás. No hay gesto ni flores ni berreos que puedan volver a insuflar vida en un cuerpo que ha quedado vacío", replica el libro.

El capítulo se completa con algunos renglones en blanco para que los lectores puedan poner con sus palabras lo que significa para ellos la muerte, o qué le contaron sobre ella y también, como para distender y reírse, qué películas con zombies o vampiros vieron en algún momento de sus vidas.

"Hay cierto temor del adulto de abordar algunos temas que a los chicos les parecen naturales pensarlos con la literatura, porque aparecen un montón de preguntas. No hay que ser ingenuos. Lo que el adulto no dice o contesta con seriedad, igual les va a llegar. Hay un variado abanico de discursos sobre la muerte: el de la religión, la escuela, el amiguito al que se le murió un familiar, y si el niño no tiene con qué confrontarlo, se vuelve verdad. Lo mismo pasa con la sexualidad, que es uno de los tabúes de la literatura infantil. No se le permite al género abordar ciertas cosas que están en el discurso cotidiano", plantea Picabea.

"A mí me parece -agrega- que los padres tienen que enfrentar y escuchar las preguntas de los niños. En el libro hay un apartado donde puse 'Cosas que quiero saber y no me animo a preguntar' para que ellos puedan expresar lo que no les contestaron nunca. Los adultos tendemos a dejar espacios vacíos pero no es un buen camino porque si el discurso no llega desde un lugar amoroso, contenedor y con palabras claras, va a llegar de manera errada".

¿Hubo algún capítulo que te haya costado especialmente?
- María Luján Picabea: Me costó mucho organizar "El origen de la vida". Es algo fundamental, aunque hay que reconocer que en un país como el nuestro, donde muchos no conocen su origen, que no tienen un relato o lo tienen equivocado o mentiroso, es difícil porque no quería dejar a ningún niño afuera. Si uno plantea que se escriba sobre "El día de tu nacimiento" me parecía que había muchos niños que no lo iban a poder resolver. Entonces propuse hacer una especie de crónica del día nacimiento, una búsqueda de datos que uno pueda recolectar del entorno familiar, fotos y documentos para pensar, en todo caso, si somos los que nos contamos que somos. Cuánto de los recuerdos que uno tiene de niños es un recuerdo original o son relatos de lo que otros contaron y esos relatos son los que forman a una persona.

La enfermedad, el amor y sus demonios, la escuela, los amigos imaginarios, las mascotas, la familia y los gritos son algunos de los tópicos que trata la especialista en su libro, pensado para chicos se sepan escribir. "Lo pensé para que los chicos se sientan invitados a leer, y ojalá se suban a esa invitación y puedan divertirse y que las palabras sean su mejor juguete, porque la lectura no es un punto de llegada sino un camino que ojalá dure toda la vida", sostiene Picabea.

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