Un Expreso con dos caras

El Tomba exhibe variantes interesantes en ofensiva, pero sigue sufriendo los problemas defensivos del pasado. A mejorar.

Un Expreso con dos caras
Un Expreso con dos caras

“¡Pusiste cuatro delanteros! En un momento creí que eran el Bayern Munich!, entre risas, Iván Borghello disparó la frase mientras se estrechaba en un abrazo con Daniel Oldrá. Viejos conocidos de épocas no tan lejanas en el Expreso, el Memo no estaba tan alejado de la realidad. Al contrario.

Fueron 14 minutos los minutos en los que el equipo del Gato se paró con ese híper ofensivo 3-3-1-3 en el que el Rifle Caruso fluctuó de enlace por detrás de Garro-Ayoví y Fernández. El Tomba ganaba 1 a 0, pero Oldrá quería más.

Como Agustín Díaz (un jugador por el que hay centradas muchas expectativas) había tenido dificultades para entrar en la sintonía fina de la conducción, el DT de Godoy Cruz metió mano a una opción que maneja desde el mismo momento en el que Leandro Caruso firmó su tercer regreso al club: que juegue como un mediapunta detrás de Fernández y Ayoví. Y eso fue lo que sucedió.

La puesta en escena duró casi un cuarto de hora. Suficientes para sacar conclusiones y disponer de recetas y variantes para atacar con más gente. Y fue justamente el ingreso de Iván Borghello (por el volante de contención Gabriel Robledo) el que alteró el osado esquema. Detrás del cambio de Apuzzo, Oldrá mandó a la cancha a Zárate (por Fernández) y rearmó la línea de cuatro en el fondo.

Antes de esa situación, y su afán de atacar al Globo, Godoy Cruz dejó al desnudo todas sus falencias del medio para atrás. El funcionamiento defensivo sigue brillando por su ausencia.

Es cierto que la temprana lesión de Alvacete obligó a Ceballos a jugar como stopper por derecha. Tanto como que durante todo el primer tiempo los tres del fondo se pararon excesivamente en línea y los pelotazos llovidos o cruzados para Ramón Ábila fueron un problema sin solución.

El Rolfi Montenegro tuvo tiempo y espacio para meter estiletazos y si el Globo no se puso en ventaja fue porque Wanchope anduvo con la pólvora mojada.

Huracán no presionó en toda la noche sobre la salida del Expreso, que tuvo comodidad para salir jugando desde las manos de Moyano. Así llegó el primer gol de Ayoví. Desde el “1” hasta el moreno hubo seis toques normales.

La diferencia estuvo en la precisión, el cambio de ritmo de Leandro Fernández (de buen primer tiempo bajando a buscar en tres cuartos de cancha) y en la velocidad de la jugada. La buena zurda de Iván Bella es otra variante ofensiva interesante.

A eso se le sumó el ida y vuelta del capitán Zuqui (deberá cuidarse porque fue amonestado en los tres primeros partidos del torneo) y a la mejoría de Emma García en el pase corto y en la ubicación.

En 270 minutos el Tomba ha evidenciado que tiene armas para lastimar en ofensiva. Lo preocupante es que todavía está lejos funcionamiento defensivo que pretende Oldrá. Un equipo con dos caras.

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