Un ex gerente se atrincheró en Las Heras y amenazó con matar a sus hijas

Fue en la tarde-noche del 1° de mayo. Sin trabajo ni casa, quiso ocupar la vivienda de su ex. Hay cuatro detenidos. Actuó personal de la Comisaría 36ª.

Un ex directivo de una financiera local, el domingo por la noche tomó como rehenes a sus dos hijas y se atrincheró en una casa de Las Heras. Ante los policías y blandiendo un cuchillo, amenazó con que nadie saldría vivo del lugar. La vivienda es de su propiedad pero la justicia se la había dado a su ex esposa ya que ambos tienen un hijo menor de edad.

Carlos Meyer llegó el domingo por la tarde al departamento que hasta hace unos años ocupaba junto con su ex pareja, ubicado en San Rafael y Chaco, de Las Heras (hecho anticipado por Los Andes, en su edición del lunes). 

Bien sabía que no podía estar en ese lugar; la Justicia de Familia lo había excluido del hogar y prohibido acercarse tanto a su ex mujer como a su hijo. Sin trabajo y sin casa, Meyer se fue a Chile, donde vivió los últimos años.

Atrás dejó su puesto de gerente de una conocida financiera local, que le había dado un buen pasar económico.

Vuelta sin gloria
Meyer es padre de dos mujeres de entre 23 y 25 años y además había formado una nueva pareja.

A fines del mes pasado, regresó a Mendoza pero no tenía lugar dónde vivir por eso decidió infringir la pena impuesta por el Juzgado de Familia y regresó a su departamento de Las Heras.

El domingo, cuando su ex pareja y su hijo no estaban, fue hasta la casa con un cerrajero que logró abrir la puerta y cambiar las llaves. Luego llegaron sus dos hijas mayores y su novia. Esta última llevaba en bolsas de consorcio con ropa, listos para instalarse.

Grande fue la sorpresa de la ex pareja de Meyer cuando volvió a su casa y, además de que le habían cambiado la cerradura, vio "intrusos" adentro de la vivienda. La mujer llamó al 911 y pidió ayuda a sus vecinos, que rápidamente corrieron en su auxilio.

Cuando llegó el primer móvil, Meyer buscó un cuchillo de cocina y, por turnos, se lo puso en el cuello a sus hijas y hasta amenazó con quitarse la vida. "De acá nadie sale vivo. Ya me sacaron una vez", le gritaba a los efectivos.

Tras casi una hora y media de negociaciones, Meyer se entregó y fue llevado en un móvil a la Comisaría 36°.

Atrincheradas
Pero cuando Meyer desistió, sus hijas se atrincheraron en la casa de la que no se querían ir.

Entonces se siguió negociando con ellas hasta que depusieron su actitud y, como su padre y la mujer que las acompañaba, fueron aprehendidas. Tampoco ellas fueron muy bien tratadas por los vecinos, que estaban indignados.

Hasta ayer por la tarde se evaluaban las calificaciones legales: los cuatro serán imputados por usurpar el inmueble, un delito que es excarcelable.

Pero además a Meyer lo acusarán por desobediencia (violar la restricción de acercamiento),  amenazas agravadas y privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de arma y el vínculo. Aunque en este punto, los investigadores dudan de si se trató de una farsa que montaron los usurpadores con la idea de que no los echaran de la casa o si realmente Meyer amenazó a sus hijas. Para dilucidar eso se espera la declaración de las chicas, en carácter de imputadas.

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